El gobierno de Javier Milei lleva adelante un brutal ajuste en el gasto para poder mostrar ante los burócratas del Fondo Monetario un acelerado equilibrio fiscal, incluso por encima del exigido por el organismo, aunque en el mundo esa no es la principal preocupación. El Gobierno insiste en que el déficit es la mayor causa de la inflación, pero las principales economías del planeta, que ya llevan varios años domada su inflación, mantienen elevados rojos presupuestarios. De acuerdo con el Monitor Fiscal del FMI, para este año se prevé que el déficit mundial se ubicará este año en 4,9 por ciento del Producto, manteniéndose por encima del 4 por ciento al menos en los próximos cinco años. Lo que realmente preocupa a los analistas del FMI es el elevado endeudamiento de los países.
El equipo económico argentino recortó partidas clave de la economía y licuó salarios y jubilaciones, con lo cual logró un ficticio equilibrio fiscal con el objetivo de conseguir fondos frescos del FMI. Sin embargo, el propio organismo advirtió por la insustentabilidad del 'tijeteretazo', del cual no haya comparación ni antecedente. El ajuste enfocó en el gasto en obras de infraestructura, transferencias a las provincias e inversión en Seguridad Social; es decir en jubilaciones y pensiones. Con ese achicamiento, el Gobierno pretende cerrar el año con equilibrio fiscal primarios y fiscales.
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“El FMI no debería tener problemas porque proponemos un ajuste fiscal mucho más profundo del que ellos plantean”, había adelantado Milei. Y en eso no mintió. No solo es más de lo que exige el Fondo sino más de lo que permite a otros países. De acuerdo con el Monitor Fiscal, los países con mayores déficits este año serán Estados Unidos (-6,5 por ciento), China (-7,4), Japón (-6,5), Italia (-4,6), Alemania (-1,5), Reino Unido, Francia (-4,9), Brasil (-6,3) y México (-5,5). En la mayoría de los casos mantendrían hasta el 2029 rojos presupuestarios promedio superiores a 4 por ciento.
Los pesos pesados
El déficit fiscal general de China se mantuvo por encima 7 por ciento del PBI en 2023, ya que un modesto aumento de los ingresos compensará los aumentos del gasto. “Se prevé que el déficit fiscal se mantenga elevado e incluso aumente gradualmente hasta alrededor del 8 por ciento del PIB para 2029 a medida que el gasto en pensiones aumente y los gastos por intereses aumentan gradualmente en el mediano plazo”, pronostica el informe. A pesar de los diferenciales de interés-crecimiento muy favorables, se prevé que los déficits primarios persistentemente elevados sigan aumentando la deuda pública en el país y los gastos por intereses aumentarán gradualmente en el mediano plazo.
La evolución económica y fiscal de China puede tener importantes efectos de contagio en las economías del resto del mundo, incluidas sus finanzas públicas. Una desaceleración del crecimiento mayor de lo esperado en China, potencialmente exacerbada por un ajuste fiscal no intencionado dados los importantes desequilibrios fiscales en los gobiernos locales, podría generar efectos de contagio negativos al resto del mundo a través de menores niveles de comercio internacional, financiamiento externo e inversiones.
Subsidios y energía
“Los gobiernos no eliminaron por completo los subsidios y transferencias para mitigar el impacto de los shocks de los precios de la energía a pesar de una marcada caída de los precios de la energía en 2023. Algunos gobiernos también ampliaron ciertas medidas de apoyo relacionadas con la pandemia, como el programa Superbonus en Italia. Además, varias economías (Italia, Japón) anunciaron nuevos planes de estímulo fiscal, incluidos cambios costosos en la política tributaria, recortes de las contribuciones a la seguridad social y nuevas iniciativas de gasto, a menudo basadas en supuestos financieros optimistas”, relató el organismo que conduce Kristalina Georgieva.
Se prevé que la mayoría de las economías avanzadas reanuden sus actividades consolidación fiscal en 2024 y se espera que los déficits primarios disminuyan al 1,7 por ciento del PBI, en promedio. La mejora depende fundamentalmente de la eliminación gradual de la energía y otras medidas de apoyo de la era de la pandemia”, concluye el documento que, en ningún caso habla de déficit cero en el corto plazo.