La inflación interanual en la Eurozona (los países que utilizan el euro como moneda) marcó un nuevo récord desde la creación de la moneda en junio al ubicarse en 8,6%, cinco décimas por encima del mes anterior y más que cuadruplicando la meta del Banco Central Europeo (BCE), según los datos preliminares publicados hoy por el instituto de estadísticas europeo Eurostat.
Los datos implican una nueva aceleración para la tasa inflacionaria en los 19 países que utilizan el euro: en julio del año pasado la inflación había marcado sólo 2,2% interanual, apenas por encima de la meta del 2% fijada por el Banco Central Europeo (BCE), para luego tras el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania- atravesar el 7% en marzo último.
Reiterando lo acontecido en los últimos meses, la cifra no se había registrado nunca desde el comienzo de la serie en 1997, es inédita en la historia de la moneda común.
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Inicialmente promovido por los problemas en las cadenas de suministro tras el rebote económico posterior a la pandemia, el ataque de Rusia en Ucrania acentuó el fenómeno afectando a la energía y los alimentos.
En ese sentido, en junio el precio de la energía continúo escalando y registró una suba de 41,9% frente al 39,1% de mayo, y existe la posibilidad de que se recrudezca si continúan reduciéndose los flujos de gas que Rusia envía a Europa.
Por detrás, aunque también superando el promedio general, se ubicaron los alimentos, los cuales también registraron un fuerte alza al subir 8,9%, frente al 7,5% de mayo.
Otras categorías con subas más moderadas en sus precios fueron los bienes industriales que avanzaron 4,3% (comparado con el 4,2% de febrero) y los servicios 3,4% (con una tenue baja frente al 3,5% del período anterior).
Es tal el peso de los alimentos y la energía que, si se quitaran a ambos componentes cuyos precios son tradicionalmente volátiles-, la inflación núcleo fue del 3,7%, una décima menos que en mayo.
Los países más afectados son especialmente los de los Bálticos con Estonia con 22% interanual (1,9% más que en el número anual del mes anterior), Estonia con 20,5% (+2%), Letonia 19% (+2,2%), y Eslovaquia 12,5% (+0,7%).
En tanto, entre los principales países, España lidera la lista con 10% (+1,5%), seguido por Italia con 8,5% (+1,2%), Alemania 8,2% (-0,5%) y Francia 6,5% (+0,7%).
Entre los 19 miembros de la eurozona, todos los países registraron alzas respecto de junio con excepción de Alemania con ayuda de políticas públicas como recortes a los precios de la nafta y reducciones temporarias en el transporte público- y Países Bajos.
El dato de este mes intensificará aún más la presión hacia el Banco Central Europeo (BCE), el cual ya anunció la primera suba de tasas en más de una década, poniendo fin a una era en la cual la tasa de depósitos desde hace ocho años es negativa.
El Banco tratará de hacer equilibrio para evitar una recesión, cuya probabilidad se ha acrecentado en el último tiempo de la mano de una desaceleración en la actividad.
Por el momento, la entidad monetaria anunció que incrementará las tasas en 25 puntos porcentuales durante la próxima reunión monetaria del 21 de julio, aunque ahora se especula con un alza de 50 puntos.
Asimismo, se subirán nuevamente en septiembre, aunque el banco evitó dar precisiones sobre el rango.
Frente a las presiones en los precios, la presidenta del BCE y ex gerenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo esta semana que la entidad monetaria irá tan lejos como sea necesario para luchar con una inflación, a la que considera excesivamente alta, según la agencia AFP.
Lagarde reconoció que la inflación se mantendrá alta durante un cierto tiempo aún y que el objetivo es que regrese a la meta de un 2% anual.
Al contrario del BCE que no aumentó aún las tasas, la Reserva Federal estadounidense (FED) ya lo hizo en tres ocasiones este año para intentar combatir una inflación que en mayo marcó lo mismo que en junio en la Eurozona (8,6%).
Con información de Télam