Mientras el agro presionó al Gobierno durante todo el año para mejorar sus beneficios mediante especulaciones, un informe privado y otro del Indec revelaron cómo el sector logró extraordinarias ganancias sin mostrar mejoras en su productividad. A contramano de lo que pasó con la mayoría de las actividades económicas durante 2022, en el campo las cifras de actividad fueron negativas.
Las exportaciones del sector agroindustrial finalizaron noviembre con un crecimiento del 11% interanual y arribaron a los US$ 3.977 millones, lo que representó un incremento en el ingreso de divisas de US$ 394,1 millones, según apuntó un informe del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). De acuerdo a este informe, entre enero y noviembre las exportaciones alcanzaron los US$ 51.570,1 millones, representando una suba del 9,1% respecto al mismo período de 2021, con una incidencia importante del complejo sojero, que aportó el 40,9% del total de los dólares que ingresaron al país.
En detalle, la cadena de la oleaginosa exportó en noviembre USD 2.201 millones, un 58,8% más que el mismo mes del año pasado y alcanzó un acumulado de USD 21.071 millones entre enero y noviembre, 1,6% más que en los primeros 11 meses del año pasado. Los otros dos complejos que más aportaron, pero que tuvieron un saldo negativo en la comparación interanual fueron los de maíz y trigo.
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El complejo que presentó la mayor suba durante noviembre fue el girasol, quinto en importancia en el sector agroindustrial con un aporte del 3,5% en exportaciones en toda su cadena. Durante el mes pasado, el incremento en los embarques fue del 125,1% interanual con US$ 105,7 millones ingresados y con un acumulado de US$ 1.803,42 millones en los primeros 11 meses del año.
Todas estas cifras deberían explicar una mejora en términos de productividad para el sector, pero no fue el caso. Los niveles de actividad del agro fueron negativos y se contrapusieron al resto de la economía en lo que va del año, pero los efectos alcistas de la guerra en Europa sobre los precios de las materias primas propiciaron ganancias extraordinarias que fueron capitalizadas.
Baja producción, pero ganancias récord
El nivel de actividad económica registró un incremento en octubre del 4,5% respecto a igual mes de 2021, impulsado por el comercio mayorista y minorista, la industria manufacturera, el sector de hoteles y restaurantes y la exploración de minas y canteras, informó el Indec. Los únicos que exhibieron una variación negativa, en cambio, fueron la Pesca (-29,6%), la Intermediación Financiera (-1,8%) y la Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura (-0,3%).
Un análisis anual más fino, sin embargo, revela que el balance es aún peor para el agro: de 10 meses relevados por el Indec, en siete hubo una contracción en los niveles de actividad para este sector. En tanto, la molienda de oleaginosas descendió 12,8% a nivel interanual y en lo que va del año disminuyó 10%
A pesar de atravesar un año sin saltos de productividad, las exportaciones superaron los US$ 50.000 millones por la abrupta suba de precios en materias primas debido al impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania, especialmente durante el primer semestre.
Otro factor a tener en cuenta es la implementación del programa de incentivo a las exportaciones, usualmente llamado dólar soja. En la primera edición, realizada en septiembre, los agroexportadores se comprometieron a liquidar US$ 5.000 millones y terminaron generando ventas por US$ 8.125 millones, es decir, un 71% más.
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Ya en su segunda etapa (del 28 de noviembre al 31 de diciembre), las liquidaciones del sector ascienden a US$ 3.654 millones. A falta de un puñado de días para cerrar esta segunda etapa, el objetivo de liquidación inicial (US$ 3.000 millones) que preveía el Gobierno ya fue sobrepasado.
A pesar de que los grandes jugadores del mercado fueron beneficiados con un dólar diferencial, incluso presionaron a la baja el precio del pago al productor y el Gobierno tuvo que salir a intervenir al inicio de la segunda etapa del programa. A partir del restablecimiento del dólar soja, el precio tiene que tener un incremento que fije en $ 80.000 la tonelada, cuando al inicio de las operaciones se encontró en alrededor de $ 65.000.
Finalmente, tras la intervención del Gobierno, el valor de referencia de la Pizarra Rosario quedó en $ 85.000 por tonelada, aunque se llegaron a pagar $ 90.000 en negocios puntuales. No hay zanahoria que alcance para el mar de especulaciones al que tiene acostumbrado el sector.