Estados Unidos incorporó durante mayo 528.000 puestos de trabajo y disminuyó su tasa de desempleo a 3,5%, la misma que precedió a la pandemia de coronavirus, según datos publicados hoy por la Oficina de Estadísticas (BLS) del Departamento de Trabajo en Washington.
Los números casi duplicaron las previsiones de los analistas que estimaban en torno de 250.000 puestos, y ubican tanto al número de desempleados (5,7 millones) como a la tasa de desempleo (3,5%) a niveles previos a la pandemia, según las agencias AFP y Bloomberg.
Dicha tasa sólo se registró en enero y febrero de 2020 y, previamente, era inédita desde diciembre de 1969.
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Pese a los temores de una desaceleración económica por el impacto de la suba de las tasas de interés y a un Producto Bruto que registró dos trimestres consecutivos de merma (ubicándolo en una recesión técnica), la economía estadounidense incorporó 528.000 empleos en julio distribuidos en todos los sectores pero especialmente en el ocio y alojamiento -uno de sectores los más afectados por el coronavirus y que se ubica aún por detrás de la prepandemia- que sumó 96.000 puestos.
Detrás se ubican servicios empresariales (+89.000 puestos); salud (+70.000), gobierno (+57.000), construcción (+32.000), manufactura (+30.000), asistencia social (+27.000) y comercio minorista (+22.000).
De esta forma, el reporte sugiere una fuerte demanda laboral, especialmente en las firmas de servicios que, en algunos casos, tuvieron complicaciones al buscar postulantes para sus puestos.
El promedio de salario horario, en tanto, creció 0,5% mensual (5,2% anual) hasta los US$ 32,27, por detrás de la inflación que, en junio fue de 9,1% anual, aunque dos décimas superior al dato de junio, lo cual podría generar mayores presiones a los precios.
En ese sentido, las cifras positivas del reporte le otorgan mayor margen a la Reserva Federal (FED) para que esta continúe con el endurecimiento de su política monetaria.
Para enfriar los números de la inflación, la entidad dispuso una suba en las tasas de interés de referencia de 25 puntos porcentuales en marzo, 50 en mayo, 75 en junio y otros 75 en julio, llevándola de niveles cercanos a cero a un rango de entre 2,25% y 2,50%.
El presidente de la entidad, Jerome Powell, abrió las puertas para que la FED realice un tercer incremento de 75 puntos en septiembre, dependiendo de la evolución de la inflación y de otros indicadores como el empleo, algo que, con los datos de hoy, cada vez más el mercado apuesta a que se produzca.
"Con los efectos de la política de la FED, se espera que el mercado laboral se ralentice en los próximos meses pero, por ahora, permanece sólido y tal vez disipe los temores de recesión", señaló el economista Daniel Zhao a Bloomberg.
En tanto, según datos publicados el último martes por la BLS, el número de vacantes cayó ligeramente a 10,7 millones, número que aún duplica la cantidad de desempleados.
La solidez del mercado laboral es uno de los aspectos que tratara de capitalizar el presidente Joe Biden de cara a las próximas elecciones de medio término.
"Más gente está trabajando que en cualquier otro punto en la historia de América, y eso son millones de familias con la dignidad y la tranquilidad que un sueldo provee. Es el resultado de mi plan económico", celebró Biden en un comunicado de la Casa Blanca tras la publicación del informe.
De hecho, el mandatario estadounidense suele citar a los números del empleo como un dato que indica que el país no está en una recesión.
En ese marco, añadió que "queda trabajo por hacer, pero el informe sobre el empleo de hoy muestra que estamos haciendo buenos progresos".
Con información de Télam