Pese a la interrupción democrática y la campaña de descrédito montada sobre la administración Evo Morales, los números, en más de un sentido, se impusieron y allanaron la victoria aplastante del candidato por el Movimiento al Socialismo (MAS) Luis Arce. Si bien recibirá un país fuertemente castigado por la crisis que generó la aparición del coronavirus, principalmente en materia sanitaria, y con alta polarización política, la estructura económica se presenta sólida para una rápida recuperación post pandemia. La clave fue el proceso de desdolarización que llevó a cabo el gobierno boliviano, bajo el comando en la cartera económica de Arce, lo que le permite amortiguar los efectos de la guerra de monedas que se libra en la región.
Fue un amplio paquete de medidas, muchas de las cuales se intentan establecer en la Argentina, que le permitió al país andino revertir una economía incluso más dolarizada que la argentina.
Arce fue ministro de Economía y Finanzas Públicas de Bolivia en dos ocasiones. La primera fue entre enero de 2006 y junio de 2017 y estuvo enfocada en revertir décadas de política neoliberales. Al igual la que Argentina actual, Bolivia era un país bimonetario. En 2005, año en que fue elegido Morales, sólo el 15 por ciento de los depósitos estaban en moneda nacional y apenas el 7 por ciento de los préstamos se otorgaba en pesos bolivianos. También el dólar se había convertido en el único refugio frente a la pérdida de poder adquisitivo de su moneda y existía un circuito informal en el que las familias compraban dólares mensualmente para luego venderlos a medida que se necesitaban gastar.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
MÁS INFO
Al fin del mandato, el 99 por ciento de los depósitos y el 87 por ciento de los préstamos eran ya en pesos bolivianos. En la actualidad, todos prefieren prestar en pesos y tomar depósitos en pesos porque es considerada una moneda sólida y rentable. El precio del dólar se mantiene por debajo de los 7 pesos bolivianos que fijo en 2006 mientras que la inflación acumulada este año, en plena pandemia, es de 0,5 por ciento. El equipo económico que lidera el ministro Martín Guzmán está llevando a cabo varias de las medidas que aplicó Arce, pero la irrupción de la pandemia y la falta de timing en su aplicación --además de no ir a fondo políticamente en muchas-- no está dando los resultados que reflejó la economía boliviana y mantuvo en la última década.
Un largo y firme camino
Evo recibió el país con un tipo de cambio de 8 pesos por dólar. A poco de asumir “apreció” la moneda a 7 pesos y, actualmente, se mantiene estable (cotiza hoy en 6,91). Este primer movimiento le generó una pérdida a los tenedores de dólares con la que rompió la inercia y quebró una seguidilla de ganancias por apuesta en favor del dólar.
Al mantener el valor desalentó la compraventa de divisas ampliando el diferencial cambiario entre compra y venta de divisas hasta una diferencia de 10 centavos. "Aumentó a un 66,5 por ciento el encaje líquido que los bancos deben tener por cada depósito en dólares, mientras que el encaje para los depósitos en pesos es de 11 por ciento. La medida encarece el costo de los créditos en dólares", recuerda un informe del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG).
Para estimular el ahorro en moneda doméstica la cartera económica conducida por Arce ofreció tasas ligeramente más altas (respecto de la inflación) para los depósitos en pesos y estableció un impuesto a las transacciones financieras en dólares, que afecta a las cajas de ahorros con más de 2.000 dólares y a los depósitos a plazos menores al año. "También aumentaron los requisitos para otorgar créditos en moneda extranjera y se facilitó el crédito en moneda nacional, por lo que aumentó mucho la preferencia a otorgar préstamos en pesos", según la CELAG.
El entonces ministro Arce (presidente electo) utilizó la Unidad de Fomento a la Vivienda como unidad de cuenta actualizada con la inflación local, con el objetivo de crear un instrumento para realizar todo tipo de contratos en moneda local y desalentar el uso del dólar como unidad de cuenta. En la Argentina se busca utilizar los UVA para indexar depósitos en pesos, que se suman a los ajustados por CER y, ahora, los que están por tipo de cambio (dollar-linked).
Las bases para el crecimiento.
El gobierno de Evo emitió títulos públicos en moneda nacional y desaparecieron los títulos en dólares y prohibió indexar las tarifas en función de la evolución del dólar. Emitieron adicionalmente títulos especiales en pesos para pequeños tenedores.
Mediante distintos ajustes financieros, se orientó el crédito bancario a actividades productivas, especialmente vivienda, vivienda social, empresas, microcréditos y a pequeñas y medianas empresas. El resultado es que la cartera de crédito se expandió siete veces. "Las tasas de interés que resultaron de esta política son envidiables: por debajo del 10 por ciento para los créditos hipotecarios, por debajo del 7 por ciento a los créditos de vivienda social, cercanos al 20 por ciento para el consumo, por debajo del 5 por ciento si es crédito empresarial y de 7 por ciento cuando se trata de pymes", explica la CELAG.
Para contener presiones sobre la economía de sectores concentrados, Morales Implementó una política deliberada de control del monopolio y abuso de posición dominante, con seguimiento casi diario y control directo por parte de Presidencia sobre precios relevantes de la economía. También se creó un fondo contra-cíclico de reservas internacionales que ronda el 25 por ciento del PIB.
La frutilla del postre fue un proceso de nacionalizaciones que, según cifras de la CELAG, generó 74.000 millones de dólares de riqueza y 670.000 puestos de trabajo, un ahorro de divisas del 45 por ciento, aumento de consumo de 125 por ciento e incremento de la inversión hasta 11.200 millones de dólares (equivalente el 29,9 por ciento del PIB). Desde 2011 el precio del dólar se mantiene casi inalterable y durante la gestión 2006-2017, Bolivia fue el segundo país de mayor crecimiento de la región.