El sector agroexportador en la Argentina vuelve a recibir un cachetazo del mundo. Esta semana, el gobierno chino convocó a los principales importadores para pedirles que detengan las compras de cebada y sorgo, en el marco de previsiones internas de cosecha récord de granos este año. La medida busca aliviar el exceso de oferta interna y fortalecer los precios locales. La medida tendrá impacto directo en las exportaciones primarias argentinas, que para esta cosecha habían apostado a un mayor porcentaje de siembra para estos granos forrajeros. En los últimos meses, los precios promedio en sorgo y cebada retrocedieron en un 20 por ciento promedio. Las exportaciones de cebada a China en el primer semestre sumaron 757 millones de dólares, un 12 por ciento por debajo de igual período del año pasado. En sorgo, el comercio en el mundo es aún poco representativo, con unas 60 millones de toneladas anuales.
Un renovado interés por parte de los productores en el sorgo granífero podría impactar en un fuerte crecimiento en la próxima campaña en la Argentina. Este comportamiento, advierten especialistas, se basaría en la estabilidad del sorgo frente a distintas condiciones climáticas, su resistencia a plagas que atacan al maíz y al doble propósito que permite su rastrojo de gran volumen, muy aprovechable por la ganadería y con efecto favorable sobre la mejora del suelo. Los tres principales exportadores mundiales de sorgo son Estados Unidos, Australia y la Argentina. La siembra avanza en Estados Unidos.
En el ámbito interno se prevé un incremento del área sembrada en la campaña 2024/25, principalmente por los ataques de chicharrita al maíz y por los pronósticos de evento La Niña que reduciría las lluvias estivales. El aumento de la producción será destinado principalmente a la exportación, que representa el 85 por ciento del volumen generado; el resto va al consumo interno para alimento. Por el lado de la demanda, China es el principal importador mundial de cebada y sorgo y se encuentra activo comprando principalmente en Estados Unidos, Australia y la Argentina.
Los recientes cambios arancelarios que implementó Estados Unidos a productos tecnológicos de China podría traer una nueva reorientación de origen de distintos productos. Cualquier restricción sostenida a las importaciones sería un golpe para los agricultores en los principales exportadores. A principios de este año, las autoridades pidieron a los comerciantes que limiten las compras en el extranjero de maíz debido a que la oferta local creció.
También peligran las exportaciones de soja. Las especulaciones de una guerra comercial EEUU-China ponen en tensión el mercado sojero, por la posibilidad de una menor demanda del gigante asiático. “Estas especulaciones tienden a ganar fuerzas cuando a esta altura solo se comprometió 1 millón de toneladas de soja de la campaña 2024/25 desde Estados Unidos hacia el gigante asiático; siendo que a este momento del año es normal que los compromisos de nueva mercadería entre ambas potencias alcancen 7,6 millones contemplando el promedio de los últimos cuatro años”, detalla el relevamiento de la Bolsa de Cereales de Rosario.
China importa sorgo y cebada para alimentar su enorme manada de ganado, principalmente como sustituto del maíz. La cebada de mayor calidad también se utiliza para hacer cerveza. Beijing gestiona la compra en el extranjero de maíz y trigo bajo un sistema de cuota de tarifa anual, pero no hay cuota oficial para la cebada y el sorgo.
El poderoso país asiático está luchando contra una desaceleración económica y una confianza menguante a medida que el aumento en los estándares de vida muestra signos de estancamiento. Las autoridades aumentaron la supervisión y la llamada "orientación de ventana" sobre las importaciones de materias primas en los últimos años, con la esperanza de reducir el impacto en los procesadores y consumidores nacionales de las grandes fluctuaciones en los precios globales.
Fuentes en Beijing aseguraron que los envíos de cebada y sorgo que ya fueron reservados no se ven afectados, mientras que las nuevas medidas probablemente afectarían las llegadas a partir de noviembre y durante el primer trimestre del próximo año. Los precios del maíz, el sorgo y la cebada en China están todos cerca del nivel más bajo en más de tres años. Las existencias de maíz en los puertos del sur del país están cerca del nivel más alto en dos años.