Las cerealeras y sojeros juegan a dos bandas para presionar al Gobierno

Con la suba del contado con liquidación, las exportadoras de soja mejoran su rentabilidad. Sin embargo, frenaron las liquidaciones de divisas. 

22 de mayo, 2024 | 17.46

La administración de Javier Milei se quedó sin tiempo de descuento en el frente financiero externo. La corrida cambiaria que llevó la cotización del contado con liquidación a los 1258 pesos podría asemejarse a la sirena del Titanic. Tanto Luis Caputo, ministro de Economía, como Santiago Bausili, presidente del Banco Central, no vieron, no quisieron o no supieron cómo conseguir los dólares prometidos que debían llegar, según los planes oficiales, para el inicio de la cosecha gruesa.

Luego del reinicio de las relaciones con el FMI, el tándem Milei – Caputo había depositado sus rezos en el sector agroexportador. Sin embargo, las prédicas cayeron en oídos sordos. Las grandes cerealeras liquidan sus divisas con cuenta gotas. Las compañías nucleadas en la CIARA – CEC presionan por una devaluación, aunque también se benefician con la disparada del CCL. Por su parte, los pequeños y medianos productores frenan sus ventas y se debaten si invertir o en insumos importados cada vez más caros.

Ante este escenario, los grandes jugadores del mercado (que también juegan su partido con el CCL) se preguntan de dónde sacará el BCRA los dólares para cubrir, por ejemplo, los 12 barcos de GNL que deberán importarse.

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Doble banda

Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, las exportaciones proyectadas tanto de maíz como soja y derivados para este año, “aportarían neto de importaciones 23.000 millones de dólares, de las cuales 8000 millones se concretarían entre mano, junio y julio”. La mirada optimista de este cónclave financiero de la Pampa Húmeda acompaña los deseos del Gobierno. Sin embargo, en el día a día, todo puede ser diferente. Las cerealeras juegan a diferentes bandas.

El viernes de la semana pasada, las cerealeras ingresaron en el mercado único y libre de cambios 91 millones de dólares; el lunes de esta semana, aumentaron un poco su ritmo hasta los 139 millones de dólares. Con la corrida cambiaria en plena ejecución, bajaron su ritmo de venta de divisas a 86 millones.

Las exportadoras presionan para una devaluación directa. Según había manifestado Gustavo Idigoras en diálogo con El Destape, Caputo les había prometido la unificación cambiaria como principal incentivo para seguir exportando. El plazo mencionado era junio.

Ya con el avance de la cosecha gruesa y una recomposición de los precios internacionales para la soja, es probable que las exportadoras hayan tomado la iniciativa con una suerte de Plan B. Como todavía son beneficiadas por el régimen que les permite liquidar hasta el 20% de sus divisas a través del contado con liquidación, cuanto más aumente el valor de referencia de esta cotización (que además se utiliza para fugar divisas), mayores ganancias para las cerealeras.

“El viento de cola de los últimos quince días para continuar con la cosecha de la gruesa, principalmente en soja, se ha confabulado con mejores precios sobre la plaza local. En este sentido, la pizarra por la oleaginosa ya llega a $263.000/t y $165.000/t por maíz; al tipo de cambio exportador y teniendo en cuenta la evolución de los precios en la economía, la soja llegaría a posicionarse en términos reales a la par del último pico de marzo”, indicaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.

¿No serán las exportadoras de soja las más interesadas en que se dispare el CCL?

Este miércoles, el valor de exportación se ubicó en los 957 pesos por dólar cuando a principio de mes se ubicaba en los 919 pesos por dólar, de acuerdo a la publicación que realiza diariamente la Bolsa de Rosario.

Juegan los productores

De acuerdo a lo informado a través del sistema oficial SIO Granos, durante abril se comercializaron 5,9 millones de toneladas de soja, cuando el año pasado habían sido 2,7 millones. La mejora en las ventas fue del 55%. Así y todo, varios analistas del mercado granario coincidieron en señalar que el ritmo de comercialización es menor al de otros períodos.

Según las estimaciones de la Secretaría de Bioeconomía, al 16 de mayo la proporción de superficie cosechada sería la más baja desde la campaña 2015/16. El rezago, comparado con el histórico de las campañas, sería de un 38%.

Esto se explicaría por varios motivos. Por un lado, las fuertes precipitaciones del mes pasado complicaron los trabajos en los campos. Pero también juega otro factor, por ejemplo, la relación producto/insumo y el encarecimiento de algunos bienes importadores claves para la próxima cosecha.

“Se está produciendo un achicamiento de los márgenes tanto para la campaña 2023/24 como para la campaña 2025/25 producto de la relación insumo/producto, donde muchos insumos importados se compran a un dólar muy superior (incluye Impuesto País) que, al dólar exportador, reduciendo así la rentabilidad”, puede leerse en un reciente informe del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.

“En este sentido, se observa un muy lento ritmo de ventas en esta campaña. Esto se atribuye en mayor medida a la expectativa de mejores precios que tienen los productores. Sin duda, los compromisos financieros pueden acelerar el ritmo de ventas de los productores”, agregaron desde la Universidad Austral.

La cosecha de soja de esta campaña rondaría los 50 millones de toneladas; sin embargo, el ritmo de ventas es menor en comparación con el último quinqueño.