Tres iniciativas del G20 que fueron aprobadas este fin de semana por los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales del foro fueron recibidas con optimismo por la Argentina. Las mismas están en sintonía con la posición del país en favor de lograr un perfil de deuda sostenible y con la posibilidad de acumulación de reservas de las naciones de ingresos medios.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, participó del foro del G20 que llamó al FMI a revisar su política de sobrecargos a los préstamos excepcionales que otorga la entidad, un pedido que lideraron la Argentina y México. De esta forma, se acordó sobre "la necesidad de que el FMI realice una revisión de la política de sobretasas que aplica el organismo financiero internacional en sus créditos", como una medida concreta para solucionar el problema de financiamiento en el contexto de la pandemia.
"El FMI impone sobrecargos de 200 puntos básicos para los créditos pendientes de pago por encima del 187,5 % de la cuota y también de hasta 100 puntos básicos que dependen del tiempo que se tarda en pagar el crédito pendiente; en algún momento, esta política fue una forma de abordar las preocupaciones sobre el riesgo moral; esto no es lo que está sucediendo ahora", expresó Guzmán durante su discurso ante su pares el fin de semana.
En efecto, para la Argentina, pueden significar montos de cerca de U$S 1.000 millones adicionales anuales, debido al megapréstamo de U$S 45.000 millones otorgado durante la gestión del expresidente Mauricio Macri. También se acordó un medida histórica de aplicar una tasa mínima corporativa global, que si bien no se definió aún de cuánto, un 15% sería el piso y no como techo, y era un pedido que la Argentina también fogoneaba para que los países e ingresos medios tengan algo de ingreso por este concepto.
El acuerdo de los países que ostentan el 80% del PIB mundial estableció "una tasa mínima global de impuestos corporativos y pide resolver los asuntos pendientes en su próximo encuentro de octubre", indicaron en el texto del comunicado. En este contexto, el Gobierno reconoció que, "aunque queda mucho camino por recorrer, se está frente a un momento histórico", una verdadera oportunidad para coordinar globalmente y terminar con las guaridas fiscales que perjudican a los pueblos de todo el mundo y a las posibilidades de desarrollo de los pueblos.
"Pensamos que la idea de un impuesto global mínimo de al menos 15% es un paso positivo. Por supuesto, más sería mejor", recalcó Guzmán durante las deliberaciones el fin de semana. Asimismo, respecto a la reasignación de los DEG, los ministros y presidentes de bancos centrales también respaldaron la propuesta del Directorio del FMI de una "nueva asignación general de Derechos Especiales de Giro (DEG)".
Por último, desde el G20 indicaron que "esto sería por un importe equivalente a U$S 650 mil millones que contribuirá a inyectar liquidez internacional para potenciar la recuperación de la economía mundial post pandemia" e instaron a "su rápida implementación antes de finales de agosto".