Entre Ríos busca renegociar su propia deuda de U$S 500 millones

La provincia tratará de reestructurar los compromisos de deuda en un contexto más favorable tras el acuerdo logrado entre Nación y los bonistas más duros.

14 de agosto, 2020 | 21.05

En el contexto del acuerdo arribado por el gobierno nacional con acreedores para el canje de deuda externa bajo legislación extranjera, la Administración de Gustavo Bordet se prepara para renegociar su propia deuda en Entre Ríos. Se trata de un título de 500 millones de dólares tomado en 2017, con intereses a pagar en febrero y agosto y con capital que vence entre 2023 y 2025, bajo la ley de Nueva York. Desde la Casa Gris confían en que la negociación no será traumática, por el tipo de pasivo acordado.

Hace más de un mes el equipo económico de la Gobernación, con el ministro Hugo Ballay a la cabeza, viene trabajando en los diversos aspectos de la reestructuración, como el banco y los estudios jurídicos internacionales que acompañarán el proceso. Los vencimientos fueron en febrero y el último 8 de agosto.

Consultado sobre los acreedores de la provincia, Ballay detalló a fuentes oficiales que son tenedores de un título que puede estar concentrado -como se dio en el gobierno nacional en el que tres fondos de inversión tenían la mayoría suficiente para negociar-, pero también puede haber tenedores individuales de bonos.

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La entidad seleccionada fue HSBC: “Es uno de los tres bancos que nos acompañó en la emisión”. Los planteles de abogados, por su lado, tienen como única finalidad presentarse en la negociación para identificar a los tenedores y generar los contactos con el banco.

Si bien el planteo en relación a la deuda será el mismo –bajar intereses y mejorar plazos de pago de capital-, Ballay cree que no será sencillo obtener el mismo resultado que a nivel nacional: “Como antecedente están otras provincias, como por ejemplo Mendoza, que ofreció algo mucho más alto y todavía no llegó a un acuerdo; y la provincia de Buenos Aires. Estas dos provincias están en una situación de cesación de pagos. En el caso nuestro no, porque hacemos la comunicación antes del vencimiento”.

En efecto, en Mendoza la estrategia del gobierno provincial es ofrecer más de 70 dólares respecto de 100 –Martín Guzmán selló acuerdo con 54,8 dólares-, en un bono de 590 millones de pesos que debe ser aceptado por al menos el 75% de los acreedores. Buenos Aires, por su parte, se ofreció más de 60 dólares respecto de cada 100.

“Lo que consigan las provincias va a ser menos ventajoso que lo del gobierno nacional. Esto también se reflejó en el momento de las colocaciones, puesto que las provincias pagamos un interés más alto del que conseguía el gobierno nacional. En esto tienen mucho que ver los montos de deudas y seguramente las condiciones de la provincia”, remarcó Ballay.

Para cerrar, el titular de la cartera de Hacienda hizo hincapié en que los bonos fueron adquiridos al 8,75% de interés. La garantía puesta por la Provincia es la autorización del soberano, es decir, la autorización del gobierno nacional: “Ni siquiera tienen garantía de coparticipación. Algunas provincias han emitido con garantías de regalías, pero en el caso nuestro no tiene una afectación directa de la coparticipación como garantía”.

La opinión de los especialistas

Gabriel Weidman es licenciado en Economía, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos –UNER-. En contacto con El Destape, brindó su mirada en torno a la deuda de la provincia. “Hay que tener en cuenta que esta deuda fue colocada en 2017, antes de la megadevaluación del dólar. Entonces el panorama cambió porque los recursos tributarios de la provincia se devaluaron fuerte en dólares y las previsiones de pagarla en moneda extranjera de distorsionó”, explicó el especialista.

Weidmann ve lejano un panorama de cuasimonedas, pero recordó que en algún momento fue tema de conversación: “Está lejísimos, me parece. Ahora bien, a las provincias por lo general con lo que recaudan no le alcanza para pagar los sueldos. Ahora más, porque en el contexto de pandemia lo primero en caer son los ingresos por tributos. Si la provincia tuviera que destinar pesos para comprar dólares y pagar la deuda, quizás se volvería a hablar del tema”. Asimismo, el economista remarcó: “Claro que la Nación rápidamente salió a cubrir, emitió y oxigenó. Eso alivianó bastante el panorama. Es posible que Entre Ríos entre con un mejor perfil de pago, ‘pateando’ vencimientos y bajando la tasa de interés”.

Nahuel Amore es Licenciado en Comunicación Social y redactor en Dos Florines, medio especializado en temas económicos. En contacto con El Destape, resaltó el contexto en el que fue tomada la deuda entrerriana. “El arreglo de Alfonso Prat Gay en 2016 facilitó que las provincias, al igual que la Nación, pudiera acceder nuevamente a fondos extranjeros. Hasta ese momento las provincias emitían títulos en pesos con plazos a 90 días, con tasas de interés muy elevadas en el mercado interno, que provocaba una bicicleta eterna. Bordet asumió el gobierno en términos deficitarios. Intentó ordenar la economía, se dio la devolución de coparticipación y eso permitió tener más ingresos. A partir de ahí se abre la posibilidad de entrar al mercado externo porque en ese contexto convenía. La crisis que arrastra Entre Ríos, si bien recuperó el superávit primario, se volvió a profundizar en los últimos meses del macrismo, por la inflación que obligaba a más gastos y una devaluación fuerte que hizo perder lo ganado en los años anteriores”, indicó el especialista, que además es uno de los responsables de la plataforma de noticias AHORA de Canal Nueve Litoral.

Para Amore, el punto principal es el peso de la deuda sobre la estructura de gastos: “Es cada vez más significativo y quita las posibilidades de avanzar como la obra pública, que ha caído notoriamente. Hay claramente un condicionamiento del plan de gobierno, en una provincia que no genera muchos ingresos propios y donde la mayoría de los recursos provienen de la coparticipación”. Y agregó: “Bordet fue cauto y va a acompañar la estrategia. Esperó que cerrara Nación y ahora sí avanzará con la negociación propia”.

La estrategia que buscará Entre Ríos apunta a una reestructuración a 10 años: “Es un proceso más complejo, con un cambio de modelo de gobierno más productivo. Piensa en el largo plazo para hacer frente al compromiso, encontrando en las condiciones de desarrollo y crecimiento la posibilidad de pagar sin que eso implique poner en riesgo las políticas puertas adentro”.

Amore cree que la negociación será más sencilla que la nacional –por ser un solo título y no tener varios frentes de diálogo abiertos- pero advierte que, en caso de no haber una negociación, se podría caer en un default técnico: “Le pasó a la Nación y le pasó a Buenos Aires, con lo cual es posible que le pase a Entre Ríos, cuyo poder de negociación es mucho menor”.

Para Ricardo Couchot, jefe de Mesa de Operaciones Bursátiles de la empresa de inversiones Leiva Hnos., la importancia de la negociación provincial pasa por tener una “deuda sostenible”, en un contexto de situación fiscal que se ha debilitado por la emergencia sanitaria: “Eso requiere un esfuerzo de emisión que se combinación presupuestos ajustados. Esto provoca que el peso de la deuda dentro del Presupuesto sea mayor”.

Couchot cree que un default en la provincia es muy lejano, pero advierte que la evolución del tipo de cambio no favoreció a la situación en torno a la deuda: “Se tomó con dólar a 15 y hoy está a 73. Eso lleva el total de un aproximado de 7.900 millones de pesos a 36.500 millones de pesos. Se multiplicó casi por cinco veces, sin intereses. Pese a que los intereses no son de gran peso, el capital implica un primer pago de más de 12 mil millones de pesos, que representa un 5% del presupuesto. Es mucho”.

Para cerrar, el experto indicó cuáles serían los puntos a favor de un posible acuerdo: “Recursos de deuda se podrían destinar a atender necesidades más urgentes, actuales. Redestinar partidas puede significar un alivio importante. Se van a ganar años sin pagos importantes. Además, las empresas pueden acceder a créditos que les permiten financiar capital y podría redundar en más trabajo y más producción. Es decir, se va a ganar aire. Pero ese aire hay que usarlo para algo. Si las cuentas siguen con déficit, es difícil que no se vuelva al mismo problema en el futuro”.

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