La reapertura económica es una realidad en el 85% del país, excepto en el Conurbano bonaerense

La nueva normalidad parecería estar más cerca y la economía no sufriría una abrupta caída similar a la de los últimos días de marzo. En las próximas semanas se sentirá el efecto de las flexibilizaciones.

07 de junio, 2020 | 11.00

Como si lentamente se vislumbrara un halo de luz al final del túnel, en el 85% del país la reapertura económica comienza a notarse como una realidad, paulatina, pero concreta. Pasados los próximos 21 días de confinamiento, la nueva normalidad parecería estar cada vez más cerca y la economía no sufriría una abrupta caída similar a la de los últimos diez días de marzo, la cual alcanzó el 11,9% a nivel interanual, la cifra más baja desde 2009.

Es así que, en estas tres semanas, se sentirá el efecto del aumento de pequeñas flexibilizaciones en CABA, como la apertura de locales de calzado e indumentaria, y, en el resto de Buenos Aires, del paquete de actividades autorizadas adaptado a la fase de cada uno de los 135 municipios, de los cuales 61 ya podrían ingresar a la fase 5 si finalizaran este período sin contagios.

Lo contrario sucederá en el Conurbano, donde el gobernador Axel Kicillof indicó que se mantendrá en el mismo nivel de restricciones porque allí se triplicaron los casos y tiene bajo su responsabilidad a 13 millones de personas. A nivel nacional, entonces, la economía notará avances y retrocesos de acuerdo a la situación epidemiológica del momento, el tiempo que lleve regenerar la demanda y a cuánto logre controlarse el miedo de salir a la calle y exponerse al contagio. En ese enorme gris se encuentran miles de cooperativas y pymes que se obligan a responderse varios interrogantes cruciales: ¿Es lo mismo reinventarse que adaptarse? ¿Todos los rubros van a poder sortear la crisis o cuáles se quedarán en el camino? ¿Si el comercio electrónico llega para quedarse, implica menos puestos de trabajo? Un panorama de los nuevos desafíos para el día después de mañana.

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El Estado a la cabeza de la crisis y detrás de los bancos

En primer lugar, es importante resaltar que gran parte del empresariado pequeño y mediano argentino considera fundamental la implementación del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para el pago del 50% del salario y los créditos a tasa 24%. “El ATP se desarrolló para mantener el empleo de empresas con caídas del 70% u 80%”, recalcó Guillermo Siro, dirigente de la Confederación General Empresaria (CGERA) y presidente de la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (CEPBA). En la misma línea está Pedro Bergaglio, presidente de la Cámara Argentina del Sweater: “Uno, como empresario, nunca está satisfecho, pero se está poniendo un gran empeño en la ayuda estatal”, reconoció. Sin embargo, concuerdan en que el BCRA no tuvo una postura determinante frente a los bancos privados, instituciones que les jugaron una mala pasada a las pymes de menor investidura, al solicitar requisitos que no estaban cerca de cumplir, ya sea por su baja categoría o su informalidad. “Miraremos muy de cerca a los bancos. Vamos a promover que las entidades que tengan rentabilidad financiera en pandemia sean castigadas por nuestros clientes y quiten sus cuentas de allí”, enfatizó Siro y aseguró que “les dieron la espalda” al tiempo que los bancos públicos “hicieron lo que pudieron” por estar cuatro años “colocando préstamos para un estado ineficiente”. Solo este mes, la ayuda llegó a 194 mil empresas. .Hay acuerdo en que, si los bancos hubieran facilitado el acceso al salvataje financiero, el número habría sido mayor.

Por otro lado, están las cooperativas, asociaciones que jurídicamente no poseen la figura de empresa y su vínculo laboral con los integrantes no es el de “empleador-empleado”, sino que todos son socios que ocupan el mismo lugar. Eso les generó el gran impedimento para acceder al programa ATP o al crédito 24%. En su lugar, se distribuyó la línea 1 del Programa de Trabajo Autogestionado (PTA) del Ministerio de Trabajo, que consiste en una ayuda individual de $6.500 mensuales por socio. Luego, recientemente el Ministerio de Desarrollo Productivo junto al Banco Nación lanzó una línea especial de créditos a tasa 18% para estas organizaciones, con un monto total de 2.000 millones de pesos. “Muchas cooperativas ya estaban en una situación muy frágil durante el macrismo y la pandemia lo agravó. Estas medidas brindan ‘oxígeno’ y nos reivindica con el resto del sector productivo, pero todavía no son suficientes”, expresó Julia Cófreces, presidenta de la cooperativa de trabajo 27 de octubre y secretaria de la Federación de Cooperativas Autogestionadas de Buenos Aires (FEDECABA).

Como delinear el repunte

En plena renegociación de la deuda como factor clave para la estabilidad del país, el presidente Alberto Fernández se reunió el jueves con los máximos empresarios nacionales para sentar bases y redactar borradores que eviten que esta recesión no se convierta en depresión. Por su parte, las PyMes y cooperativas se encuentran en lo mismo.

Miguela Varela, integrante de Red de Alimentos Cooperativos, aseguró que falta  "una mirada integral sobre las cooperativas". ”Hay que abordar toda la cadena de producción, logística y comercialización desde la óptica de los trabajadores, para fortalecer el esquema productivo por fuera de las grandes empresas, que fugan su excedente en vez de reinvertirlo en las economías regionales”, opinó la trabajadora integrada al sistema agroalimentario argentino. Determinante, la directora de FEDECABA  enfatizó: “Una cooperativa no busca maximizar ganancias sino generar cada vez más fuentes de trabajo, y eso es lo que necesita la Argentina para salir adelante”.

Por otro lado, para las empresas superar el nivel de formalidad es un desafío por delante; primero por el derecho del trabajador, y segundo, de acuerdo a los empresarios, para equilibrar la competencia. “Tenemos que pensar en la marginalidad que va a tener la pandemia. El 50% de las panaderías trabajan a puertas cerradas, sin controles, empleados registrados o costos de impuestos o cargas sociales. Es difícil competir así”, opinó Siro. Sin embargo, admitió que “la estructura de costos cambió” por los gastos que implica el cumplimiento de los protocolos sanitarios. “Si tenes un local del 100 metros, aunque permitan ingresar a menos clientes, los costos de mantenimiento sigue siendo por el mismo local”, ejemplificó. Si bien no es un reclamo actual, el descenso de un 22% de la recaudación tributaria en abril y el déficit fiscal de $228.821 millones expone, en parte, la falta de aportes del 35% de los trabajadores que se desarrollan en la informalidad. Bergaglio se sumó al listado de ítems a debatir: “Hay que forzar la demanda, retomar el Ahora 12, pensar en una moratoria impositiva y aumentar la base de contribuyentes. Acá falta un Plan Marshall a la Argentina”, concluyó.

¿Reconvertirse es necesario?

Muchas de las empresas vinculadas a rubros no esenciales, particularmente el turismo, hotelería, gastronomía y espectáculos, podrían virar a otro mercado si no aguantaran la situación actual. ¿Reconvertirse es la solución? “Tuvimos 3 meses de gobierno donde se empezó a desarrollar la posibilidad de un mercado interno fuerte, no creo  que haga falta reconversión, aunque sí hay un ajuste de la propia gente en el consumo, pero se recuperará cuando empecemos a rodar. El empresario deberá tener mucha creatividad y pasión para mantener la empresa viva”, respondió Marcelo. En cambio, para la cooperativista Cófreces, sí existen casos de cooperativas que tuvieron que reconvertirse. Es el ejemplo de la empresa recuperada Farmacoop (ex Roux Ocefa) que producirá test rápidos o Patria Grande, la cooperativa textil que integra a 40 personas de Sudamérica y que ahora fabrica barbijos.

Si dentro de esa reconversión se incluyera el comercio electrónico, que creció hasta un 300% en supermercados, Bergaglio aseguró que el ahorro de puestos laborales será “indudable”, pero que espera que el nuevo tiempo traiga otras tareas, ya que el trabajo “es el gran paradigma del futuro”. En tanto, Varela opinó que el uso de canales comerciales alternativos es inminente, pero su aprovechamiento "dependerá de las manos en las que caiga". “Como generadores de empleo, no hay que reducir los costos sin tener en cuenta el factor humano”, concluyó.

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