El gobierno desreguló importaciones y complica a la producción nacional

Las normas que se derogan implicaban sobrecostos que ahora desaparecerán por lo que debería impactar en los precios de los bienes traídos del exterior.

09 de octubre, 2024 | 10.20

El Gobierno avanza en la apertura indiscriminada del comercio, sin cuidar ningún sector sensible que pueda quedar en el camino. En la agenda desreguladora, el equipo económico de La Libertad Avanza derogó cuatro normas que, hasta ahora, formaban parte del control aduanero: eliminó directamente determinados trámites y herramientas de fiscalización, el valor criterio, las estampillas y los veedores de cámaras empresariales locales, por el lado de la importación, y los valores de referencia en exportación. Tal como la ventana desreguladora que aplicó en marzo para forzar con el arribo de productos importados una baja de precios, esta medida atenta contra la oferta, producción y empleo de las empresas nacionales, principalmente pymes.

Atado de pies y manos con su propia cuerda, el Gobierno se quedó sin herramientas para evitar abusos en los precios y solo le queda acceder al reclamo de los sectores concentrados de la economía.

En marzo, como una manera de mostrarse activo frente al descalabro inflacionario, el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunió con empresarios supermercadistas con el objetivo de atemperar los precios que, el propio Gobierno aceleró con la devaluación de diciembre. El Gobierno aceptó en ese convite la suspensión por 120 días del cobro de la percepción de IVA adicional e impuesto a las ganancias a las importaciones de estos productos y de los medicamentos.

Está claro que al Gobierno no le preocupa la producción ni el empleo local. Había quedado demostrado cuando a principio de año focalizó el alcance del programa de compras en cuotas (Cuota Simple) para artículos escolares que se compren en el exterior y no sobre la fabricación local. De esta manera desnaturalizó el sentido de este tipo de programas, que no solo buscaban incentivar el consumo, sino que se adquieran bienes y servicios de producción nacional. La eliminación de la Ley de Góndolas y los beneficios fiscales para la compra de artículos importados también va en sentido contrario.

En esa misma línea, a principio de año abrió por 120 días el ingreso sin impuestos productos hasta en los que la Argentina es líder a nivel mundial: aceite de soja, rubros emblemáticos, como carne bovina y yerba mate; productos para consumo de altos ingresos, como grosellas, arándanos -que también se produce en el país- y nueces de areca y, dentro el rubro calificado como "estupefacientes", cannabis (marihuana) con fines medicinales.

Importar para abaratar

Ahora el Gobierno justifica nuevamente en que la posibilidad de que haya cada vez más bienes extranjeros que compitan con la producción local contribuirá a desacelerar la inflación. Según los funcionarios, las normas que se derogan implicaban sobrecostos que ahora desaparecerán, por lo que debería impactar en los precios de los bienes traídos del exterior y en una mejora pequeña del tipo de cambio exportador (en ambos casos para algunos sectores puntuales). El anuncio lo realizaron desde la sede de la AFIP el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger; la titular de la AFIP, Florencia Misrahi; y la directora de Coordinación y Evaluación Operativa Aduanera, Gladys Morando.

Las medidas desreguladoras saldrán en dos tandas. Este miércoles, se oficializará la eliminación del valor criterio y del estampillado para los sectores importadores que aún los conservaban mediante dos resoluciones generales de la AFIP.

En el primer caso, se trata de valores parámetros que definen que, si una mercadería importada se distancia mucho, vaya directamente al llamado “canal rojo” y establece el pago de una garantía para que el importador pueda retirarla de la Aduana. Según Sturzenegger, esto implicaba, en promedio, un sobrecosto del 1 por ciento para los sectores alcanzados: entre ellos, mencionó neumáticos, prendas de vestir, grifería, juguetes, calzado, hilados. La expectativa que buscó transmitir, en un encuentro con periodistas del que participó Ámbito, es que esto contribuya a moderar los precios.

La semana que viene, llegará la segunda tanda de este combo desregulador. Se derogarán las normas que habilitan a las cámaras empresariales locales a participar como veedoras de los procesos de control aduanero de la mercadería que ingresó al canal rojo, al tiempo que se dejarán sin efecto los valores de referencia de exportación.

Esto implica que los sectores que producen localmente los productos importados que ingresaron al canal rojo ya no podrán participar del proceso de fiscalización. La derogación de la norma se dará a pesar de que los funcionarios explicaron que los veedores no tenían capacidad de vetar el ingreso de la mercadería (solo podían observar) y que no en todos los casos las cámaras locales enviaban un observador. “Es la casta en su representación máxima, es la casta explícita”, argumentó Sturzenegger.

Respecto de la cuarta medida, los funcionarios explicaron que ya no habrá más valores de referencia de exportación para ningún producto. Como ya hubo una tanda previa de eliminación para algunos bienes en particular, son algunos pocos los que aún los conservan, como por ejemplo minería y pesca, ejemplificó el ministro.

Precisamente, la desregulación del comercio, tanto externo como interno, son factores que explican buena parte de los abusos. No explica toda la inflación, pero sí la parte que corresponde a los abusos especulativos que denuncian sottovoce los funcionarios que atizan los precios por encima del promedio. A esto se suma la inflación importada, sin barreras por la desregulación del comercio externo. Por su parte, la apertura para las exportaciones, que invita a competir precios internos con las cotizaciones internacionales, lo que genera -como a todo país exportador de materias primas- en la economía doméstica un incremento de los alimentos y la energía.