La bióloga molecular Luz Eggel, becaria doctoral del Conicet e investigadora de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), lleva adelante una investigación sobre el impacto que tienen las altas temperaturas, provocadas por el cambio climático, en la producción de maíz, el tercer cereal más cultivado en el mundo, debido al estrés al que son sometidas, que afectan su proceso de germinación.
Eggel, en diálogo con Télam, dijo que a temperaturas cercanas a los 50 grados que se ven ya en los veranos de distintos países y se sostienen por algunos días, existe un desbalance en las moléculas de estrés oxidativo que regulan un equilibrio en las semillas de maíz y modifican su fisiología y su morfología una vez que comienza a germinar.
Esto puede desencadenar que la semilla no germine completamente, o que se tengan que volver a sembrar, la semilla pierda vigor o poder germinativo, lo que se traduce en cosechas malas que afecten las economías, advirtió.
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Las temperaturas se consideran estresores abióticos y hay muchos otros como suelos con salinidad muy alta o el aumento de los rayos UV porque la capa de ozono esta disminuida, describió.
Este año perdimos 3 puntos del PBI por la sequía, porque se sembró y las olas de calor extrema hicieron que se perdieran gran parte de las cosechas, por eso es importante que el cambio climático se tome en serio no como agenda blanda, sino para el diseño de todas las políticas públicas y proyecciones de un país ya que afectan en todo.
Por esto, la investigadora consideró que es necesario un sistema científico fuerte que actué en consonancia con las universidades públicas, ya que es donde se da el puntapié inicial para la continuidad de los estudios.
El Conicet quedo en el puesto N°1 de las instituciones técnicas investigativas de Latinoamérica resaltó y agregó- que no es lo mismo trabajar para el Estado con sus condiciones de resguardo que trabajar para un privado que siempre viene de la mano de la mayor explotación, inestabilidad laboral y desfinanciación de acuerdo al interés empresarial que establece que es importante investigar o no.
Indicó además que la extensión y la articulación científica para la parte privada no es redituable y esto evitaría la extensión de redes que son muy importante para el diseño de políticas públicas y potencia la búsqueda de soluciones en paridad con nuevas investigaciones.
Sabemos que existen semillas más resistentes y otras más susceptibles, por eso se necesita muchas otras líneas para abrir la imaginación para poder determinar cómo afecta el cambio climático en otras dimensiones, apuntó.
Esta investigación científica se realiza bajo condiciones controladas en el Laboratorio de Morfofisiología de la Facultad de Química Bioquímica y Farmacia (FQByF) y en el área de Fisiología Vegetal de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
La investigación forma parte del proyecto científico denominado "Efectos producidos por estresores ambientales sobre especies vegetales nativas y de interés agrícola", que es dirigida por la especialista Verónica Pérez Chaca.
Con información de Télam