El Fondo Monetario Internacional prevé que el comercio mundial crecerá apenas 0,9% en 2023, respecto al período anterior, aseveró hoy la subdirectora gerente del organismo, Githa Gopinath, en un encuentro internacional.
"El crecimiento del comercio mundial es históricamente bajo y no hay señales de mejora. De hecho, se prevé que disminuya del 5,1 % en 2022 al 0,9 % en 2023", afirmó Gopinath, al inicio de su discurso en la Conferencia de Investigaciones del Comercio Mundial, una mesa que comparte el el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio.
Según la número dos de Kristalina Gerogieva, el sistema de comercio global enfrenta varios desafíos: que van desde tensiones y fragmentación geopolíticas hasta políticas industriales y el cambio climático.
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"Es probable que el débil crecimiento del comercio mundial refleje no sólo la trayectoria de la demanda mundial, sino también la creciente incertidumbre en materia de políticas comerciales y el aumento de las barreras comerciales", consideró.
Gopinath subrayó que el año pasado "se impusieron casi 3.000 restricciones comerciales, casi tres veces más que en 2019" y que "la inversión extranjera directa (IED) está cada vez más impulsada por preferencias geopolíticas más que por fundamentos empresariales".
Esto apunta a un cambio hacia políticas orientadas hacia el interior y las alianzas, que a menudo son ineficaces.
A modo de ejemplo, citó un estudio reciente de economistas del FMI y el Banco Mundial que muestra que las importaciones estadounidenses de productos chinos sujetos a los aranceles de 2018-2019 fueron reemplazadas principalmente por exportaciones de Vietnam y México de empresas que están estrechamente vinculadas a las cadenas de suministro de China.
Si bien las políticas industriales pueden ayudar a abordar las fallas del mercado, históricamente han sido costosas y a menudo fracasadas, consideró la número dos del FMI.
En primer lugar, explicó, "muchas de estas políticas tienen un componente explícito de política comercial. Incluso en ausencia de características discriminatorias, las políticas industriales aún pueden distorsionar los patrones del comercio y la IED, crear efectos de contagio negativos y correr el riesgo de represalias".
Según un estudio, cuando Estados Unidos, China o la Unión Europea implementan una medida de subsidio, hay un 73% de posibilidades de que uno de los otros países tome represalias dentro de 12 meses.
Al respecto, una investigación más reciente del FMI que analiza el impacto de la fragmentación en las materias primas muestra que los efectos aún pueden ser considerables.
Los países de bajos ingresos podrían enfrentar pérdidas de PIB a largo plazo de un promedio de 1,2 por ciento, en gran medida derivadas de perturbaciones en las exportaciones agrícolas.
"Para algunos países, especialmente las economías que dependen de las materias primas, las pérdidas podrían superar el 2 por ciento", advirtió.
Con información de Télam