"Latinoamérica no puede convertirse en basurero de autos que el mundo no va a querer", alerta Alamos

02 de diciembre, 2023 | 09.25

Los países de América Latina deben avanzar en la aplicación de políticas públicas para favorecer el desarrollo de la movilidad eléctrica, ya que, en caso de no hacerlo, la región "puede convertirse en el basurero de autos que el mundo no va a querer" en un futuro no muy lejano, advirtió la presidenta de la Asociación Latinoamericana de Movilidad Sustentable (Alamos), Silvia Rojas Soto.

En el marco de la presentación de la Ruta Eléctrica del Cono Sur, que establece corredores viales con equipos de recarga eléctrica entre Santiago (Chile), Buenos Aires, Montevideo, San Pablo y Asunción, Rojas instó a que la Argentina "se sume a las olas altas" en materia de incentivos a la electromovilidad.

En una entrevista con Télam, señaló que, por no contar con una normativa específica para el sector, la Argentina es uno de los países "rezagados" en América Latina, donde por el contrario destacó los avances registrados en su país, Costa Rica.

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Télam: ¿Cómo surgió la idea de formar una asociación que nuclee a los impulsores de la electromovilidad de América Latina?

Silvia Rojas Soto: Somos 14 países trabajando juntos, desde México, Centroamérica, el Caribe con República Dominicana y prácticamente todos los países de Sudamérica. Estamos trabajando principalmente en dos vías: una es crear más infraestructura de carga, de ahí el reciente lanzamiento de la Ruta Eléctrica del Cono Sur, que se suma a la Centroamericana, la del Norte y la Andina, con redes de cargadores cada 200 kilómetros para que cualquier persona pueda viajar en su vehículo eléctrico haciendo un trayecto entre capitales, viajando de país a país. Son cinco países conectados desde Santiago de Chile, pasando por Buenos Aires, Montevideo, Punta del Este, San Pablo y Asunción. Y así lo hicimos con el resto de los países.

El segundo eje es la política pública, cómo hacemos para que todos los países de la región tengan metas claras de introducción de vehículos, cero emisiones y todo un ecosistema normativo, no solamente sobre la adquisición del vehículo, sino toda la experiencia de la persona usuaria: dónde lo cargo, quién me da el crédito, quién me lo asegura, qué taller hace la revisión técnica. Tomando todos esos ejes de la experiencia, estamos trabajando con políticas públicas en todos los países.

En el caso de la Argentina, el objetivo que tenemos en Álamos de la mano de Aavea (Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos), es avanzar en la propuesta que ya está en el Congreso para promover vehículos eléctricos y que ojalá pueda ser ley pronto.

T: En América Latina hay más de 14 países. ¿De esto cabe inferir que hay países en los que la movilidad eléctrica aún no es un tema de discusión?

SRS: Hay que irlos a buscar, porque en otros países donde no hay una asociación, trabajamos con gobiernos o con el sector privado. Honduras y Nicaragua no tienen una asociación en Álamos, pero trabajamos directamente con los gobiernos en ambos países y hemos hecho proyectos de política pública. Participaron de la Ruta Eléctrica Centroamericana, por dar un ejemplo. Del mismo modo en Sudamérica, Bolivia es un país que nos interesa que se sume, al igual que otros países del Caribe. No es que no esté pasando nada, es que aún no tienen una asociación que los represente.

T: ¿Cuáles son las demandas en cada país?

SRS: Hay países mucho más ambiciosos que otros. Ojalá que Argentina en su ley pueda ser lo más ambiciosa posible y que el país se sume a las olas altas, no a las pequeñitas. Chile estableció que en 2035 todo lo que es vehículo particular, micromovilidad, carga liviana, sea sólo 100% eléctrico, es decir que para ese año no podrán entrar vehículos de combustión, como en la Unión Europea. Son países que tienen una normativa más ambiciosa. Hay otros países que tienen normativa para incentivar vehículos, pero han incluido lo que nosotros llamamos tecnologías contaminantes de transición, que contaminan menos, pero igual contaminan. Se debe avanzar de manera sostenida y coordinada para no quedar en desventaja respecto del resto del planeta, porque Latinoamérica no puede convertirse en el basurero de autos que el mundo no va a querer.

T: En ese camino, ¿en qué posición está la Argentina?

SRS: Lamentablemente es de los países más rezagados porque no tienen una norma. Prácticamente la mayoría de los países de la región tienen una ley para promover los vehículos eléctricos. Ojalá puedan aprovechar el momento con el cambio de gobierno para impulsar ese proyecto que está ahí en el Congreso (en referencia al presentado por Aavea en febrero de este año). Lo que se necesita es que el Congreso lo apruebe.

T: ¿Atribuye esas demoras a una razón en particular?

SRS: Tengo que decir que trabajar una política pública es complicado, hay muchos intereses económicos, mucho lobby. Todavía hay algunos sectores que necesitan atrasar el ingreso de vehículos eléctricos porque no los quieren y entonces ejercen presión. Por eso es importante que haya sectores que logren hacer un equilibrio entre los tomadores de decisiones.

Con información de Télam