Javier Milei viajará a Estados Unidos a la asunción presidencial si Donald Trump se impone en las elecciones que terminan de definirse hoy en ese país. La ceremonia está pautada para el 20 de enero de 2025. Ese día asumirá el ganador de la contienda entre demócratas y republicanos que los tiene como protagonistas a Kamala Harris y Trump.
El Presidente esperará los resultados con atención entre la Casa Rosada y la quinta de Olivos. Los resultados se esperan para pasada la medianoche en nuestro país. De hecho, se espera que se resuelva la elección en los próximos días, debido a la paridad que hay entre ambos candidatos.
"Esperemos que Kamala reconozca rápido la derrota", bromean ante El Destape en Balcarce 50 sobre su favorito en estos comicios. El candidato de la Rosada es Trump, claramente. Pero el Gobierno mantuvo un prudente silencio debido a la relación carnal de Milei con el gobierno de Joe Biden. "Si gana Trump, Estados Unidos va a tener en Sudamérica un representante de las ideas de la libertad con Milei. Queremos que gane Trump en parte por eso. Sería importante en términos geopolíticos para nosotros", contó una fuente del entorno de Milei a El Destape.
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Aunque en Casa Rosada, sobre las relaciones comerciales con los países y la parte diplomática, un hombre con despacho en Balcarce 50 también avisó: "Si gana Kamala también va a estar todo bien. Si está gobernando Biden y la relación continúa bien. Los negocios van por otro lado".
Aún resta por resolverse el nuevo embajador argentino en EEUU tras la salida de Gerardo Werthein, el "empresario demócrata" que se convirtió en Canciller por el despido de Diana Mondino. Hay cuatro candidatos para ese lugar. El primero es el Nº2 de Werthein en esa embajada, Francisco Tropepi. Otro candidato es el asesor de Milei, Demián Reidel, un hombre que conoce mucho al empresariado de la tecnología en EEUU.
Otro de los nombres es el de Daniel Scioli, actual secretario de Turismo, Ambiente y Deportes que en su momento también había sonado para el Ministerio de Relaciones Exteriores y que ya tiene una experiencia en la Embajada de Brasil. "Nunca den por vencido al Pichichi", afirmó una fuente de Rosada a este portal.
También oriundo de la provincia de Buenos Aires como el peronista, aunque del PRO, circuló el nombre de Alex Campbell. El senador bonaerense tiene lazos con el trumpismo a través de Carlos Trujillo, abogado del republicano en distinats causas judiciales. El nombre de Trujillo no es menor ya que es socio de Campbell en la consultora Continental Strategy y a través de él tiene llegada a Werthein, el flamante canciller. Asimismo, Campbell mantiene un buen vínculo con la mesa chica de Javier Milei: Santiago Caputo y Karina Milei.
Uno que aparecía también pero en el Gobierno lo desmintieron en repetidas oportunidades es Guillermo Francos. "No hay manera de que deje la Jefatura de Gabinete ahora", destacaron.
Cómo afectará a Argentina el resultado
Una eventual victoria de Kamala Harris probablemente signifique una continuidad para las relaciones carnales que Milei logró reeditar sin ningún problema ni chispa ideológica grave con el gobierno de Biden. Es decir, se profundizarán los acuerdos de cooperación militar, los intercambios de información -desde inteligencia para la lucha contra las drogas hasta para invertir en recursos naturales- y el fluído contacto político. Además, un nuevo Ejecutivo demócrata en Estados Unidos seguramente mantendría la tensión en las principales vías comerciales, como sucede hoy, pero no las profundizaría con una abierta guerra comercial con China y otras potencias en ascenso, como promete Trump.
Esto es clave para las aspiraciones de endeudamiento de Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Por el contrario y pese a la sintonía ideología, una eventual victoria del ex presidente republicano podría provocar un nuevo pico de inflación en Estados Unidos -por la promesa de aranceles a todos los productos de China y, quizás también a otros países como México, ambos importantes para el consumo interno estadounidense-, lo que llevaría a la Reserva Federal (el banco central norteamericano) a reaccionar como suele hacerlo: subiendo las tasas. Esto no solo volvería menos atractivo a Argentina para inversiones especulativas, sino que además pondría en peligro la senda descendiente de la inflación y el Riesgo País, que tanto celebran desde la Rosada.
Pero desde el gobierno argentino no parecen estar barajando ese posible escenario. En cambio, apuestan a la simpatía política que les provoca Trump, un defensor de la nueva extrema derecha global que, no obstante, defiende a rajatabla un nacionalismo económico que choca de frente con el liberalismo comercial extremo de Milei.