Anoche, el Estadio Vélez Sarsfield se llenó de acordes violeros y emociones fuertes durante la cuarta visita de Eric Clapton, de 79 años, a la Argentina luego de 13 años. Además de hacer un repaso por su extensa carrera y sus más grandes hits, aunque con la ausencia de su clásico Wonderful Tonight, el legendario guitarrista británico cerró su concierto de manera memorable con un gesto político que resonó entre el público: tocó su interpretación de Before You Accuse Me con una guitarra que lucía los colores de la bandera de Palestina.
Clapton, apodado “Slowhand” desde sus días con The Yardbirds, compartió el escenario con el talentoso guitarrista estadounidense Gary Clark Jr. y más temprano con David Lebón, quien cumplió su sueño de telonear a una de las grandes leyendas de la guitarra. Con una asistencia de unas 30.000 personas, el público se reunió para presenciar la primera vez del británico en el escenario de Vélez, un cambio significativo respecto a sus anteriores presentaciones en River Plate en 1990, 2001 y 2011.
Con la puntualidad que caracteriza a los ingleses, a las 21, Clapton y su banda se apoderaron del escenario. Acompañado por músicos de renombre, como Doyle Bramhall II y Nathan East, la banda fue recibida con una ovación estruendosa. Clapton, vestido con un poncho, jeans y gorra, mostró un lado más accesible de su personalidad, sonriendo y agradeciendo en varias ocasiones, aunque sus palabras fueron breves.
Eric Clapton dio cátedra en el Estadio Vélez
La noche comenzó con el emblemático Sunshine of Your Love, un hit de Cream que Clapton usualmente reserva para los bises. El setlist incluyó una serie de covers de leyendas como Charles Segar y Willie Dixon, así como clásicos de su tiempo con Cream, como Badge. El sonido era impecable, y la voz de Clapton sonó clara y emotiva.
Uno de los momentos más destacados fue el set acústico, donde Clapton comenzó solo con su guitarra, interpretando Kind Hearted Woman, un homenaje a su ídolo Robert Johnson. Luego, la banda se unió para temas como Running on Faith y Change the World, además de un estreno titulado The Call, que anticipó su próximo disco que saldrá este año. En este mismo segmento, Clapton dedicó Tears in Heaven a su hijo, quien falleció trágicamente a los cuatro años al caer de un rascacielos, lo que añadió un toque profundamente emocional a la noche.
El viaje musical continuó con su guitarra eléctrica, donde Clapton dio una verdadera cátedra con temas como Behind the Mask, Old Love y Cocaine. Cada interpretación fue un recordatorio de su estatus como uno de los grandes del rock.
Para el bis, Clapton brilló junto a Gary Clark Jr. en Before You Accuse Me, un momento culminante que dejó al público pidiendo más. La conexión entre ambos guitarristas fue impecable, y muchos anhelaban ver a David Lebón unirse a ellos, haciendo que la noche fuera aún más antológica, aunque lamentablemente no sucedió.
Al final, Clapton no solo entregó un concierto; ofreció un viaje emocional que resonará en la memoria de sus fanáticos. A lo largo de dos horas, el "Dios de la guitarra" reafirmó su legado y su conexión con el público argentino, y pese a sus buenos años de vida muchos, esperan que vuelva a existir un reencuentro con Buenos Aires.