(Por Mercedes Ezquiaga) Una exhibición de la reconocida Delia Cancela, "Catwalk (Pasarela)", que inaugura hoy en la galería Herlitzka & Co, reúne un centenar de dibujos y bocetos, un registro de performance y un vestido, obras históricas de los años 70 y 80 que conforman un universo exuberante, lúdico y sensual, como "cuadros que cobraron vida en la ropa", en palabras de la artista.
La muestra, que además reúne algunos pocos trabajos de los años 90, da cuenta de una época brillante aunque poco difundida de Cancela en Buenos Aires -luego de sus inicios en el Instituto Di Tella- cuando se mudó a París, Nueva York y Londres, a partir de 1969 y trabajó con las más destacadas revistas de moda como Vogue, Harper's Bazaar, L'Officiel o destacados diseñadores como Kenzo, quien le pidió en los 90 que diseñe su "colección joven".
"Para mí siempre se trató de trabajar con el cuerpo. Por eso no digo si son ilustraciones, o que 'tienen que ver con la moda'. Yo no hago diferencias. Cuando decido trabajar en la moda es para mí es un medio que tiene que ver con el arte. Yo trabajo con el cuerpo", cuenta la artista Delia Cancela durante una recorrida para prensa por su exposición.
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En una de las paredes de la sala, como si fuera un friso, se presenta una hilera de figurines con vestidos variados de los más diversos colores, pintados sobre papel con tinta y lápices, pero también -en otra parte del recorrido- retratos que hizo de personajes cercanos a su mundo íntimo, el registro de un desfile/performance que realizó junto a Pablo Mesejean en París en 1979 y el script de ese mismo evento: 79 dibujos presentados como un gran mosaico, donde detalla la secuencia de pasada de cada modelo, vestido y accesorio. Son en su mayoría obras de los 70 y 80, aunque también algunas pocas de los años 90, pero en todos los casos, muy pocas veces vista en Argentina.
"Éramos artistas y decidimos trabajar en moda. Queríamos expresarnos a través de cualquier medio. No era necesario que fuese pintura o hacer vestidos, pero cualquier medio posible para expresarnos. Y tomamos la moda con esa idea. Para mí la moda es eso. Pienso que éramos pioneros en ese momento", reza el texto de sala que recibe al visitante apenas ingresar al primer piso de la galería de arte.
Los bocetos, los dibujos, las ilustraciones, los personajes que integran la imaginería de esta reconocida artista argentina dan cuenta de una mirada de avanzada para la época, personajes andróginos, lejos de categorías o clasificaciones, masculinidades impensadas, una diversidad de identidades sexuales que tenía que ver sencillamente con la mirada personal y la sensibilidad de la creadora.
"En ese momento decíamos lo que sentíamos. Nos gustaba que nos saquen fotos, aunque ya no me gusta más. Me gustaban las girls-girls, las girls-boys, los boys-boys y los boys girls. Todo eso era parte de nuestra mirada", resume Cancela (Buenos Aires, 1940) y parafrasea así uno de los manifiestos más destacados que ha dado la historia del arte argentino, que lleva su firma y la de su por entonces pareja Pablo Mesejean.
Aquel famoso "Manifiesto", de 1966, rezaba: "Nosotros amamos los días de sol, las plantas, los Rolling Stones, las medias blancas, rosas y plateadas, a Sonny and Cher, a Rita Tushingham y a Bob Dylan. Las pieles, Saint Laurent y el young savage look, las canciones de moda, el campo, el celeste y el rosa, las camisas con flores, las camisas con rayas, que nos saquen fotos, los pelos, 'Alicia en el País de las Maravillas', los cuerpos tostados, las gorras de color, las caras blancas y los finales felices, el mar, bailar, las revistas, el cine, la cebellina. Ringo y Antoine, las nubes, el negro, las ropas brillantes, las baby-girls, las girl-girls, las boy-girls, los girl-boys y los boys-boy".
"Como artistas nunca nos interesaron las categorías. Trabajar en la moda fue simplemente como cambiar de soporte", relata la creadora que trabajaba con Mesejean como un dúo artístico, cuyas colecciones fueron adquiridas por ejemplo por el Victoria and Albert Museum de Reino Unido.
Cancela recuerda por ejemplo cómo fue apenas llegar a Londres en aquellos años: "Vieron nuestros dibujos y enloquecieron, entonces nos pidieron hacer una tapa para la revista Vogue en la que convertimos a la modelo en un camarón, creamos una naturaleza en el cuerpo de ella, algo que no se hacía en ese momento en las revistas de moda. La modelo estaba totalmente transformada y los accesorios los hacíamos y los pintábamos a mano", detalla.
Para la artista, ese período -en el que llamaron a su propia marca de ropa "Pablo & Delia"- implicó un salto que unió arte y vida, donde los cuadros cobraron vida en la ropa, mientras que en los desfiles de sus colecciones participaron actrices, modelos y bailarines, fusionando moda y performance.
"Nunca antes había mostrado gran parte de este trabajo. Esto es mi vida en París, esto son los 70 y los 80", resume la artista mientras se pase por la sala contando detalles de cada una de sus obras. "Es una parte mía que la gente acá no conoce", revela.
Para Mauro Herlitzka, director de la galería, esta muestra revela "un trabajo más íntimo de Delia, el proceso creativo, con una mirada sobre las distintas formas de expresión. Ella tiene una sensibilidad muy especial. Y capta lo queer -en aquel entonces- desde una mirada muy original. En todos sus diseños y bocetos el soporte es el cuerpo. Desde allí ella concibe el arte", señala el galerista.
En el entrepiso de la galería, además de la exposición de Cancela, se inaugura la muestra "A Canoe Trip" (Un viaje en canoa) que condensa una experiencia del artista Leandro Katz, en los años 70 por las ruinas mayas.
En ese entonces, Katz -actualmente afincado en Los Ángeles- visitó Tikal (Guatemala), se desplazó hacia el sur por tierra y agua, atravesó el lago Petén Itzá, llegó a la ciudad circular de Flores y arribó finalmente al sitio arqueológico QuiriguaÌ.
La muestra da cuenta de ese viaje singular y apasionante: "El único rollo de película que me quedaba era un rollo en color de tipo infrarrojo, que se usaba para detectar cambios de color en las estelas dentro de los murales mayas", recuerda Katz. "Cuando llegué al final me encontré con esa escultura que amo tanto, que se llama Dragón de QuiriguaÌ".
Las exposiciones de Delia Cancela, "Catwalk" y de Leandro Katz, "A Canoe Trip", se podrán visitar hasta el 11 de octubre, de lunes a viernes de 11.30 a 19 en la galería ubicada en Libertad 1630, con entrada gratuita.
Con información de Télam