Después de que se descubriera el año pasado que 2.000 antigüedades habían sido robadas o dañadas durante un período de más de 20 años en el Museo Británico, escándalo que le costó el puesto de director a Hartwig Fischer, la institución ha decidido abrir la búsqueda para encontrar a un nuevo director, un cargo que será remunerado con la cifra de 275 mil dólares por año pero que tendrá el gran desafío de devolverle la credibilidad y reputación al museo público nacional más antiguo del mundo, creado en 1753.
La empresa Saxton Bampfylde Ltd, a cargo de la búsqueda del nuevo director, advierte en el anuncio que difundió que los posibles solicitantes deben liderar a una fuerza laboral de casi 1.000 personas y supervisar "un cambio cultural positivo dentro del museo y liderar un equipo ejecutivo dinámico".
La búsqueda, vigente hasta el 26 de enero, solicita que el candidato sea capaz de generar las condiciones para que el museo tenga "un flujo continuo de programación de clase mundial, incluyendo investigación, exposiciones, exhibiciones y otros medios de participación pública con la colección", además de gestionar adecuadamente "el riesgo dentro del museo".
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Hartwig Fischer, director del Museo Británico desde 2016, renunció en agosto último diciendo que aceptaba la responsabilidad por el hecho de que el museo no respondiera adecuadamente a las advertencias sobre los presuntos robos de miles de objetos en 2021.
Alrededor de tres cuartas partes de los 2.000 artículos en cuestión habían sido robados o estaban desaparecidos; a otros 350 artículos les habían quitado partes, como monturas de oro para gemas; y otros 140 resultaron dañados por marcas de herramientas, presumiblemente para realizar procedimientos de extracción fallidos, que derivaban en la venta de oro y plata en mercados ilegales.
De los 1.500 objetos desaparecidos o robados, 351 fueron recuperados, en tanto que se identificaron más de 300 objetos más, lo cual significa que pueden ser objetos puestos a la venta en redes o que están circulando por mercados negros.
Quién alertó sobre los robos fue un tal Ittai Gradel, investigador independiente, en 2021, pero el museo consideró en ese momento que la acusación "no tenía fundamento". Más tarde ese año, una auditoría interna aleatoria reveló que un artículo no estaba en su ubicación adecuada dentro de la cámara acorazada de Grecia y Roma; eso llevó a una auditoría más amplia que para abril de 2022 reveló pruebas de numerosos objetos faltantes. El anuncio público de los robos llegó prácticamente un año y medio después: en agosto de 2023.
Con información de Télam