El astronauta Butch Wilmore, a bordo de la Estación Espacial Internacional, protagonizó un escalofriante momento cuando informó a la NASA sobre un sonido extraño que provenía del altavoz de la nave espacial Starliner de Boeing. Un video del incidente se volvió viral en las redes sociales y generó gran intriga entre los usuarios.
En el video, publicado por la cuenta Latest in space en la red social X (antes Twitter), se puede escuchar a Wilmore reportando el ruido inusual al Control de Misión en Houston. En busca de respuestas, pidió permiso para conectarse a la cápsula espacial y averiguar qué podía estar causando ese fenómeno desconcertante.
Después de unos segundos de silencio, en el video se pueden escuchar los misteriosos sonidos, similares a un sonar, utilizado para detectar objetos cercanos a una embarcación. El personal en Tierra confirmó que también habían captado el extraño sonido, comparándolo con el pulso de un radar.
Pasadas 24 horas, la NASA informó que el sonido pulsante proveniente del altavoz se había detenido. Explicaron que se trató de una configuración de audio entre la Estación Espacial Internacional y la nave Starliner de Boeing, debido a la complejidad del sistema de audio que permite la interconexión de varias naves espaciales y módulos. Es común experimentar ruidos y retroalimentación en esta configuración.
El astronauta Butch Wilmore aseguró que el ruido del altavoz no afectó en ningún aspecto técnico a la tripulación ni a las operaciones, incluido el desacoplamiento sin tripulación de la nave espacial Starliner de la Estación Espacial Internacional. Según lo programado, la nave se separará de la estación espacial de forma autónoma y emprenderá el viaje de regreso a casa.
El aterrizaje y la conclusión de la prueba de vuelo están previstos para el sábado 7 de septiembre. La NASA y Boeing brindarán cobertura en vivo de este importante evento a través de su aplicación y sitio web, así como en el canal NASA+. Finalmente, la nave espacial tocará tierra el próximo sábado a las 12.03 hora del Este de EE. UU. (01.03 hora argentina), descendiendo con paracaídas y bolsas de aire infladas para amortiguar el impacto.
Por qué dos astronautas de la NASA pueden quedar varados en el espacio hasta el 2025
En el vasto y desafiante entorno del espacio, incluso las misiones mejor planificadas pueden enfrentarse a situaciones imprevistas. Esto es lo que les ocurrió a Butch Wilmore (61) y Suni Williams (58), dos astronautas experimentados que se embarcaron en una misión a la Estación Espacial Internacional (EEI) con la esperanza de completar un viaje de prueba en la nave CST-100 Starliner de Boeing. Lo que se suponía sería una estancia de 8 días, terminó resultando en una prolongada y problemática estadía de más de dos meses en el espacio exterior, sin una fecha de regreso segura.
Desde el principio, la misión estuvo plagada de problemas. El vuelo, originalmente programado para diciembre de 2022, fue aplazado varias veces hasta finalmente despegar el 5 de junio de 2023. Sin embargo, las dificultades no terminaron ahí. En plena microgravedad, Wilmore y Williams comenzaron a experimentar fallos en los motores y fugas de helio gaseoso, lo que provocó una serie de preocupaciones técnicas.
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A pesar de estos contratiempos, los astronautas lograron llegar a la EEI después de 27 horas de vuelo. Pero el verdadero problema surgió cuando, tras completar sus procedimientos estándar, los controladores de la misión informaron sobre desperfectos críticos en el módulo de servicio de la Starliner, lo que imposibilitó un regreso seguro a la Tierra. Desde entonces, la Starliner permaneció acoplada a la EEI, mientras la tripulación espera una solución.
Convivencia en el espacio: un desafío adicional
La capacidad máxima de la EEI es de siete personas, pero con Wilmore y Williams a bordo, ahora hay 9 cuerpos flotando en un espacio limitado. Esta sobrepoblación complicó la convivencia, especialmente en lo que respecta a las horas de sueño. Con solo 6 cámaras disponibles, los astronautas han tenido que improvisar sus lugares de descanso en espacios reducidos, lo que ha generado un malestar adicional.
Además, la prolongada estancia trajo consigo desafíos inesperados. Los astronautas, que no estaban preparados para una misión tan larga, tuvieron que racionar su ropa y adaptarse a una rutina completamente diferente a la planeada. En lugar de centrarse en la Starliner, han estado colaborando en experimentos científicos y en tareas de mantenimiento, algunas de las cuales son tan básicas como la reparación de una bomba de procesamiento de orina.
Los astronautas y su largo camino a casa
La incertidumbre sobre el regreso de Wilmore y Williams persiste. Aunque Boeing asegura que la Starliner es capaz de traer a la tripulación de vuelta a salvo, la NASA está considerando la posibilidad de enviar una nave de rescate de SpaceX. Este plan B, que implicaría el uso de la Crew Dragon, que podría prolongar la estancia de los astronautas en el espacio por varios meses más, ya que la misión de SpaceX está programada para mediados de septiembre.
Mientras tanto, la NASA sigue evaluando las opciones y realizando pruebas para garantizar un regreso seguro. La situación ya puso en duda el futuro de la Starliner como la segunda nave espacial estadounidense para misiones tripuladas, un golpe significativo para Boeing, que ya enfrenta una crisis de reputación.
En resumen, lo que comenzó como una misión de prueba rutinaria se terminó por convertir en una odisea espacial con un final incierto. La historia de Wilmore y Williams es un recordatorio de que, en el espacio, los problemas pueden crecer de manera exponencial y que la preparación y la resiliencia son esenciales para enfrentar los desafíos que surgen más allá de la Tierra.