Precisamente en el Día Internacional de la Madre Tierra, la humanidad alcanzó un logro histórico que permite empezar a pensar en la posibilidad de colonizar otro planeta. El rover Perseverance de la NASA consiguió convertir dióxido de carbono de Marte en oxígeno. Se trata de un avance considerable en el camino a futuras exploraciones humanas en el planeta rojo, ya que gracias a esto no se precisará llevar el oxígeno desde la Tierra para futuros viajes a Marte.
La compleja tarea de convertir dióxido de carbono marciano en oxígeno fue llevada a cabo por MOXIE (Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment), un instrumento experimental que tiene el tamaño de una tostadora y pesa alrededor de 17 kilogramos. Aunque se trata solo del principio en la utilización de esta tecnología, la misma implica una serie de excelentes noticias para los expertos. Una de ellas es que al desarrollar este instrumento y su trabajo, se podrá aislar y almacenar oxígeno para impulsar cohetes desde Marte que lleven naves con astronautas, e inclusive también podría brindarle aire para respirar a los propios viajantes espaciales.
"MOXIE tiene más trabajo por hacer, pero los resultados de esta demostración de tecnología son prometedores a medida que avanzamos hacia nuestro objetivo de ver algún día humanos en Marte", aseguró Michael Hecht, del Observatorio Haystack del Instituto Tecnológico de Massachusetts y principal investigador de MOXIE. El mismo experto explicó que el instrumento funciona "separando los átomos de oxígeno de las moléculas de dióxido de carbono, que están formadas por un átomo de carbono y dos átomos de oxígeno".
La primera producción de MOXIE fue algo modesta: solo 5 gramos de oxígeno, lo que equivalen a unos 10 minutos de oxígeno respirable para un astronauta. De todos modos, el instrumento está diseñado para generar unos 10 gramos de oxígeno por hora. Según Hecht, un grupo de cuatro astronautas necesitaría una tonelada de oxígeno para sobrevivir durante un año entero. Para que esos cuatro astronautas puedan salir de Marte, se necesitarían unas 7 toneladas de combustible para cohetes y unas 25 toneladas de oxígeno. El 95% de la atmósfera marciana está compuesta por dióxido de carbono, por lo que en caso de ser necesario, no faltará.
El reto principal para MOXIE en esta primera etapa era sobrevivir. La idea inicial de la NASA era ver cómo respondía este instrumento experimental al lanzamiento, viaje de siete meses y posterior descenso hasta la superficie marciana. No solo logró superar todo eso sino que también demostró que funciona. Vale destacar que durante el próximo año marciano (dos años de la Tierra), MOXIE extraerá oxígeno de la atmósfera otras nueve veces más, al menos.