Una mujer británica de 30 años, que fue engañada y violada por una banda criminal cuando era adolescente, sigue viviendo con miedo 15 años después.
La mujer, que habló bajo condición de anonimato, fue una de las miles de víctimas del escándalo de las llamadas "bandas de pederastas", una serie de casos criminales en múltiples ciudades inglesas en los que grupos organizados explotaron sexualmente a jóvenes vulnerables durante décadas.
En las últimas semanas, el escándalo ha vuelto a las portadas, obligándola a revivir recuerdos traumáticos, pero dándole esperanzas de que un nuevo escrutinio pueda presionar al gobierno para que actúe.
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Las demandas de los políticos de la oposición británica de una nueva investigación pública se han visto amplificadas en la última semana por una serie de publicaciones en las redes sociales de Elon Musk, el hombre más rico del mundo y propietario de la red social X.
Musk también acusó al primer ministro, Keir Starmer, que llegó al poder en julio, de no haber abordado el escándalo cuando era fiscal jefe del país, afirmando que fue "cómplice de la violación de Reino Unido" y debe irse.
A lo largo de los años se han llevado a cabo numerosas investigaciones locales y en 2022 hubo una pesquisa pública más amplia a escala nacional sobre los abusos sexuales a menores, en la que se hicieron una serie de recomendaciones que aún no se han puesto en práctica.
"En cierto modo, me hizo recordar todo", dijo la víctima, hablando en el departamento donde pasa gran parte de su tiempo, ya que está demasiado asustada para aventurarse a salir. "Puede que no sea agradable de ver, pero es útil que alguien nos conciencie y nos defienda. Siento que nos han olvidado".
Nueve hombres fueron condenados por abusar de la víctima, que vivía en una residencia del Gran Manchester, en el noroeste de Inglaterra, cuando se produjeron los abusos. En una entrevista con Reuters recordó cómo en una ocasión fue drogada y encerrada en una casa durante cuatro días: "No podía moverme (...) y entraba un hombre tras otro".
Dijo que quienes la engañaron y violaron eran de Pakistán. Un informe de 2014 sobre los abusos en una ciudad cercana señaló que la mayoría de los agresores conocidos eran británicos paquistaníes y que, en algunos casos, los funcionarios locales y otros organismos no identificaron los orígenes étnicos por miedo a alterar la cohesión de la comunidad o ser llamados racistas.
(Editado en español por Carlos Serrano)