Pueblos escondidos de Buenos Aires que hay que conocer

24 de junio, 2022 | 11.30

En la provincia de Buenos Aires existen una gran cantidad de pueblos que, estando la mayoría a menos de 200 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires o de otros centros neurálgicos, permanecen sorprendentemente ocultos.

Muchos conservan vestigios de otra época, de trenes que ya no volvieron a circular y los dejaron en medio de la nada. También de comportamientos, como dejar todas las puertas de las casas abiertas durante el día, con bicicletas y otros vehículos sin ningún tipo de seguro (o peligro) en las entradas. Es muy interesante el contraste que se puede hacer en relación a lo que pasaría en las grandes ciudades.

Muchas personas no suelen planificar salidas si no cuentan con muchos días de descanso. Salir de la vorágine de las grandes capitales siempre es una buena alternativa para desconectar un poco. Por eso, muchos bonaerenses y porteños se vuelcan los fines de semana a recorrer algunos de los pequeños paradores que la provincia esconde a menos de 2 horas de viaje en auto. A continuación, haremos una recopilación por algunos sitios que no te vas a querer perder si estás buscando relajarte, conocer nuevos lugares y no creés que sea necesario irte tan lejos y gastar tanta plata para conseguirlo.

Castilla

A 173 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, encontramos a Castilla, un pueblo con una población estimada que ronda los 700 habitantes. Es un parte de extrema tranquilidad y con mucha influencia de los espacios verdes. Los castillenses poseen una sola calle pavimentada, la avenida principal del pueblo. El resto siguen siendo, a día de hoy, caminos de tierra.

Las formas de acceso a este lugar son la Ruta Provincial 43 y también por medio del Ferrocarril General San Martín que une Buenos Aires y Junín, parando en la Estación Castilla.

Castilla tiene dos plazas, la Belgrano y el San Martín, que sirven como centro urbano, teniendo los edificios municipales, la estación de bomberos, el cuartel de policía y la escuela Domingo Sarmiento en sus alrededores. Otro centro interesante si querés visitar este pueblo es el Comedor de Stella, que tiene una condecoración de la revista el Federal por tener los mejores milanesas de Buenos Aires.

Berdier

A 195 kilómetros de CABA y a 15 de Salto, cabecera del partido del que forma parte, nos encontramos con Berdier. Un lugar con una cantidad asombrosa de vegetación y árboles, producto de una exitosa reforestación que se hizo a mitad de la década del 2000 y del trabajo de la dirección de Parques y Jardines de la Municipalidad de Salto.

La población está alrededor de los 200 habitantes y más allá de que esto vuelva al pueblo más pintoresco, es importante saber por qué se llegó a ese número. En épocas de esplendor, Berdier tenía aproximadamente 2000 pueblerinos o más y se destacaban su excelente ubicación y la inmejorable calidad de su territorio. Todo esto se vino a pique con la privatización de los trenes de los 90.

El levantamiento del ferrocarril sumió a Berdier en el olvido, obligando a muchos a irse a lugares con más posibilidades. Desde hace un tiempo, los habitantes impulsan un proyecto de “ferrobús” (adaptar un ómnibus, dándole ruedas que permitan circular por el entramado de vías) permitiendo más acceso y movimiento en el pueblo. Aunque de momento el proyecto sigue estancado.

Uribelarrea

A unos 90 kilómetros de la capital y entre las ciudades más conocidas de Cañuelas y Lobos, nos encontramos con Uribelarrea, que, como nos invita a suponer el nombre, surge de pobladores vascos. Al día de hoy incluso puede verse la bandera vasca en algunas casas. Es un pueblo al que se accede por la Ruta Nacional 205 o por tren, tomando el que va a Temperley o Cañuelas, desde Constitución y desde ahí, tenés que tomar otro tren que te lleve al pueblo.

Es una localidad pequeña, de 1300 habitantes, y que tiene muy poca actividad durante la semana. Lo recomendable es ir en los fines de semana, donde la oferta de restaurantes y tiendas abren desde antes del mediodía, atrayendo, sobre todo, a gente de Cañuelas, volviendo al pueblo un polo gastronómico de la región. Las pulperías y tiendas con productos artesanales locales son muy comunes y una recomendación es visitar este lugar en octubre, cuando realizan la fiesta de la picada y la cerveza artesanal.

General Rivas

La mayor atracción que tiene esta localidad de casi 150 años y 500 personas es su conformación: está emplazada con forma de triángulo. Se encuentra en el partido de Suipacha (a la que se une por medio de un camino asfaltado que nace de la Ruta Provincial 43), a 152 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.

Todos los 16 de agosto, se hace la fiesta al patrono del pueblo, San Roque, donde los rivenses y los turistas pueden disfrutar de un día de comidas abundantes, desfiles y espectáculos gauchescos.

Villa Epecuén

Este podría considerarse el más “escondido” de los pueblos de esta lista, ya que, literalmente, es un pueblo en ruinas. A 500 kilómetros de CABA nos encontramos con este atractivo turístico, que era muy visitado por las propiedades del lago Epecuén, similares a las del Mar Muerto, consideradas aguas “sanadoras”.

En 1985, una inundación del lago sumergió al poblado totalmente, obligando a su evacuación total. Luego de unos años, el retroceso de las aguas, permitió que lo que antes fuera el pueblo resurja del agua, completamente arruinado.

La velocidad con la que el pueblo fue destruido por el lago y el renacer de sus ruinas, convirtió al poblado en un atractivo turístico, muy visitado todos los años. Y tenemos que seguir diciéndole poblado porque cuenta con un habitante: Pablo Novak, de 92 años, aún vive en una casa en la entrada del pueblo y ha sido declarado custodio de las ruinas y Embajador Cultural y Turístico del distrito de Adolfo Alsina.

Estas son solo algunas de las ofertas que Buenos Aires tiene para vos si lo que querés es pasar unos días relajado, conociendo nuevas localidades que no están tan lejos y son pintorescas a pesar de no ser muy populares. Son muchos más los pueblos que reúnen condiciones similares y que podrán interesarte si te ponés a buscar. 

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