Elon Musk, el hombre más rico del mundo, con una fortuna de 330 mil millones de dólares, construyó su imperio con Tesla y SpaceX, gracias al respaldo de programas y contratos del gobierno de Estados Unidos. Ahora, con la victoria de Donald Trump y su cercana conexión con el futuro presidente podría hacer que sus negocios crezcan aún mucho más.
Tesla, la empresa de autos eléctricos fundada por Musk, no siempre fue la gigante que es hoy. En sus primeros años, la compañía luchaba por sobrevivir, y fue entonces cuando recurrió a la ayuda estatal para continuar su desarrollo. En el año 2010, Tesla recibió un préstamo de 465 millones de dólares del Departamento de Energía de Estados Unidos a baja tasa de interés.
Este financiamiento permitió a la empresa lanzar su primer modelo de producción masiva, el Model S, un vehículo eléctrico de lujo que marcó un hito en la industria. Tesla pudo, así, saldar la deuda con el gobierno de manera anticipada, gracias a la venta de acciones en 2013.
Pero la ayuda no terminó ahí. En paralelo, los compradores de vehículos Tesla se beneficiaron de un crédito fiscal federal de 7.500 dólares por la compra de autos eléctricos, lo que incentivó la demanda y permitió a Tesla vender más unidades, muchas veces por encima de lo que el mercado habría permitido sin estos incentivos que ofrecía el Gobierno.
Por otro lado, SpaceX, la empresa de exploración espacial de Musk, recibió contratos por millones de dólares del Gobierno, especialmente de la NASA y del Departamento de Defensa. SpaceX inició con una inversión modesta en 2008, pero al poco tiempo consiguió hasta el envío de suministros a la Estación Espacial Internacional (EEI) y el desarrollo de la cápsula Dragon.
Es que, la empresa de Musk no solo depende de sus propios logros tecnológicos, sino también de la colaboración constante con el gobierno estadounidense.
En este sentido, el lanzamiento del megacohete Starship de SpaceX marcó un hito en la exploración espacial, con la presencia destacada de Donald Trump, presidente electo de EE.UU. El evento, que tuvo lugar en Boca Chica, Texas, refleja la estrecha relación entre Trump y Elon Musk.
¿Qué implicaría para Musk la vuelta de Trump a la Casa Blanca?
Con la elección de Donald Trump como presidente, la relación entre Musk y el gobierno de EE.UU. podría dar un giro aún más favorable para el empresario. Este respaldo político se fortalece con el nombramiento de Musk como codirector del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU., un organismo encargado de eliminar el despilfarro dentro de la administración pública
Con la vuelta de Trump al poder, es probable que Musk se beneficie de regulaciones más flexibles, especialmente en áreas como la seguridad de los vuelos espaciales privados y las políticas ambientales que afectan a Tesla. La relación entre ambos podría fortalecer aún más el imperio de Musk, lo que a su vez podría hacer aún más grande su fortuna.