Escapadas: paraíso natural "oculto" para relajarse entre cascadas

Descubrí Toro Muerto, el destino secreto a solo 160 km de Córdoba. Relajate en cascadas y paisajes serranos en una escapada de fin de semana.

18 de septiembre, 2024 | 19.02

A tan solo 160 kilómetros de la ciudad de Córdoba, se encuentra el secreto mejor guardado para aquellos que buscan relajarse rodeados de cascadas, piscinas naturales y paisajes serranos. Toro Muerto, ubicado en San Lorenzo, es un paraíso natural que ofreció una experiencia única para una escapada de fin de semana.

Este destino se convirtió en el refugio ideal para aquellos turistas que quieren desconectar del bullicio de la ciudad y disfrutar del contacto directo con la naturaleza. Con servicios como proveeduría, baños, asadores, mesas, bancos y estacionamiento, Toro Muerto garantiza una jornada cómoda y segura. Además, la entrada al paraje incluye acceso a todas las instalaciones, lo que agregó comodidad a la experiencia.

El protagonista indiscutido de Toro Muerto es su impresionante cascada natural, que cautiva a todos los visitantes. Para los más valientes, desde las alturas fue posible saltar al piletón natural, una olla profunda donde se encontraban las cristalinas aguas del río Panaholma, siempre tomando las medidas de seguridad necesarias. La emoción de la adrenalina se fusiona con la belleza del entorno, haciendo de este salto una experiencia inolvidable.

Ubicado a 11 km de Mina Clavero este paraje privado cuenta con servicios de proveeduría, baños, asadores, sombra, mesas y bancos, y estacionamiento pago. Es un paseo de todo el día, el agua tiene partes de arroyo con playa de arena y piedra, ideal para los más pequeños.

Suele ser un lugar muy concurrido en enero (únicamente abre en temporada de verano), pero la mayoría de las personas suelen permanecer cerca de la entrada, por lo que es muy fácil conseguir un lugar con sombra, alejándose un poco por el sendero que une las dos cascadas. Según los comentarios de TripAdvisor, hasta marzo el precio de la entrada era de $ 4.000.

Furor por el balneario de Toro Muerto en Córdoba.

Cómo llegar a Toro Muerto, Córdoba

Para llegar hay que tomar la ruta desde Mina Clavero a San Lorenzo hasta que se hace de tierra y doblar donde indica el cartel. Hay que prestar atención porque hay otro parador muy cerca que se llama Quebrada del Toro muerto, lo que puede resultar confuso pero igual los dos valen la pena ser visitados. El parador Toro Muerto se encuentra a 11km de Mina Clavero y 8km de Villa Cura Brochero.

Es un lugar muy concurrido, por lo que hay que estar temprano para conseguir sombra y buen estacionamiento. El camino se encuentra parcialmente asfaltado, la parte de tierra es un paseo atractivo en sí mismo, si anda a pie puede contratar la excursión en los distintos operadores

Escapadas: el pueblo fantasma de Buenos Aires que tiene termas curativas

El pueblo de Villa Epecuén alguna vez fue considerado uno de los destinos turísticos más importantes y exclusivos de Argentina. Sin embargo, en 1985, una inundación catastrófica sumergió la ciudad. No obstante, en el último tempo recobró el interés entre las personas a las que le gusta la historia, el misterio y el arte. Además, a menos de 10 kilómetros hay unas termas con propiedades medicinales que la vuelven un destino ideal para una escapada de fin de semana

La historia de Epecuén comenzó en 1821, cuando Arturo Vatteone inauguró el primer balneario, llamado "Mar de Epecuén". A partir de la llegada del ferrocarril en 1899, la localidad empezó a crecer rápidamente, atrayendo a turistas que poblaron importantes hoteles y comercios. Además, en 1909 se descubrió que el agua salada de la laguna tenía propiedades curativas para enfermedades reumáticas y de la piel.

Todo ese esplendor se vio abruptamente interrumpido en 1985, cuando una inundación y la falta de mantenimiento de las obras hidráulicas provocaron la destrucción del pueblo. A pesar de no haber víctimas fatales y de haber logrado evacuar a los habitantes, Epecuén quedó en ruinas y se convirtió en un pueblo fantasma.

Recién en 2005 el agua comenzó a retroceder, revelando un paisaje desolador. Hasta enero de este año, Villa Epecuén tenía un único habitante: Pablo Novak murió a los 93 años y durante varios años estuvo cuidando de un territorio que fue destruido a causa de una inundación en 1985, una tragedia que ha sido recordada por la publicación de varios documentales y crónicas.