Un hombre al que se le retiró el tratamiento antirretroviral contra el VIH de forma supervisada, tras someterse a un trasplante de células madre, se convirtió en el tercer caso de curación en el mundo. Un estudio publicado este lunes en la prestigiosa revista Nature por el consorcio científico IciStem afirmó que se pudo constatar la ausencia de partículas virales y de respuesta inmunitaria contra el virus en su cuerpo después de cuatro años.
Los expertos denominaron a este hombre como el "paciente de Düsseldor". Antes de él, dos personas con VIH habían logrado curarse, la primera de ellas en Berlín en 2009 y la segunda en Londres en 2019. Los tres tienen el mismo punto en común: padecían un cáncer de sangre y por ese motivo fueron tratados con un trasplante de células madre, que renovó en profundidad su sistema inmunitario. Además, sus donantes presentaban una mutación extraña en el gen CCR5, un cambio genético que impide la entrada del VIH en las células.
"Junto a un excelente equipo de profesionales de todo el mundo llevamos nueve años estudiando estos casos excepcionales en los que, gracias a una estrategia terapéutica, el virus queda totalmente eliminado del cuerpo", explicó Javier Martínez-Picado, investigador ICREA en IrsiCaixa y coautor del artículo. "Queremos entender detalladamente cada paso del proceso de curación para poder diseñar estrategias que sean replicables a toda la población", sumó.
En este caso, el hombre había sido diagnosticado con VIH en 2008 y automáticamente inició el tratamiento antirretroviral, que le permitió controlar la infección y reducir la cantidad de virus hasta niveles indetectables en la sangre. Cuatro años más tarde, en 2012, sufrió una leucemia, por lo que tuvieron que realizarle un trasplante de células madre, pero no cualquiera, porque estas tenían que tener además la mutación CCR5Δ32, que hace que no se produzca una de las puertas de entrada del VIH en las células y, por tanto, dificulta la infección.
Una mujer que tenía las características solicitadas participó del trasplante, que logró estabilizar al paciente después de dos recaídas y varias complicaciones. "Durante un trasplante de médula ósea, las células inmunitarias del paciente son sustituidas integralmente por células del donante, lo que permite hacer desaparecer la inmensa mayoría de las células infectadas", explicó en un comunicado el virólogo Asier Sáez-Cirion, uno de los autores del estudio.
A partir de ahí, el equipo investigador consensuó retirarle el tratamiento antirretroviral contra el VIH. "Cuando dejó de tomar el tratamiento, le hicimos un seguimiento durante 44 meses y no detectamos ningún rastro de virus en la sangre ni en los tejidos del paciente”, destacó por su parte Salgado. Y agregó, respecto a los estudios que arrojaron buenos resultados: "Tampoco hemos visto ninguna respuesta inmunitaria característica de un rebrote viral. Sus defensas no están activadas contra el VIH porque no tienen que defenderse contra el virus", detalla.
Al día de hoy, el paciente de Düsseldorf tiene 53 años y está en buen estado de salud. Como menos del 1% de la población suele beneficiarse de la mutación genética protectora del VIH, pocos donantes de células madre la disponen. Aunque estos casos dan esperanza a los científicos para encontrar una cura a la enfermedad, un trasplante de células madre es un tratamiento arriesgado y que no se adapta a la situación de la mayoría de enfermos del VIH.
Si bien es la tercera prueba que demuestra que existe la posibilidad de curar el VIH y enciende, de nuevo, las esperanzas del mundo científico tras los recientes fracasos de las vacunas de Johnson & Johnson, esta estrategia es muy agresiva y no es escalable al resto de la población, de acuerdo a los expertos.