La Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebran todos los años la Semana Mundial de la Lactancia Materna, del 1° al 7 de agosto. Fue instaurada por la OMS y UNICEF en 1992 y actualmente es uno de los movimientos sociales más extendidos en el mundo en defensa de la lactancia, celebrándose en más de 120 países. Este año el lema es “Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable” y se da en el marco de la pandemia por COVID-19.
Desde el Hospital de Clínicas, la licenciada obstétrica y titular especialista en Lactancia Materna y Crianza, Yudith Teresa Conde Ocampos, sostiene: "La leche materna es el alimento ideal, completo y saludable para recién nacidos y niños menores de 2 años o más por contener más de 300 nutrientes y cantidades exactas de grasas, azúcares, agua, proteínas y vitaminas que el niño necesita para crecer y desarrollarse". Y agregó: "Brinda muchos beneficios para el bebé, la madre, la familia, la sociedad y a las empresas e instituciones de los sectores públicos y privados".
Entre los principales beneficios para el recién nacido, la especialista destaca que la leche materna contiene nutrientes necesarios para el óptimo crecimiento; disminuye el riesgo de desnutrición; brinda anticuerpos que protegen de enfermedades prevalentes de la infancia (diarrea, alergias, asma y las infecciones respiratorias); reduce de 1,5 a 5 veces el riesgo de muerte súbita; es de fácil digestión (disminuye los cólicos del bebé); tiene los líquidos y electrolitos suficientes para su hidratación; cuenta con la mejor biodisponibilidad de hierro, calcio, magnesio y zinc; favorece el desarrollo emocional e intelectual; previene problemas de salud mental a futuro; y ayuda a desarrollar un lenguaje claro de manera temprana.
Asimismo, Conde Ocampos remarca que ella protege contra las caries dentales y reduce el riesgo de realizar ortodoncia en la infancia y la adolescencia; tiene efectos de largo plazo en la salud y disminuye la probabilidad de desarrollar en la edad adulta enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares e hipercolesterolemia. "Crea un vínculo afectivo con la madre, gracias al cual los niños y niñas amamantados crecen más felices, seguros y estables emocionalmente", sostiene.
Mientras que, respecto a los beneficios para la madre, la licenciada obstétrica resalta que el vínculo afectivo que se crea favorece el desarrollo de su autoestima y una personalidad saludable. "Amamantar produce hormonas especiales que le ayudan a sentirse relajada y cariñosa hacia su bebé; ayuda a la rápida recuperación después del parto, ya que tiende a quemar calorías adicionales -lo que permite recuperar rápidamente el preso previo al embarazo- y previene la depresión post-parto; a largo plazo previene tanto la osteoporosis como el cáncer de mama y de ovario; y disminuye el riesgo de sangrado en el post parto, por lo tanto disminuye el riesgo de desarrollar anemia", agrega.
¿Cuánto tiempo debería durar la lactancia y cómo se debería acompañar con la alimentación?
La especialista del Clínicas remarca que los bebés deben ser amamantados "exclusivamente" durante los primeros seis meses de vida y después, poco a poco, introducir alimentos complementarios nutricionalmente "adecuaos y seguros", mientras se continúa con la lactancia materna hasta los dos años o más. Conde Ocampos añade: "Es el binomio madre/hijo quienes deciden hasta cuándo mantener la lactancia. Dar el pecho más allá de los dos años del lactante, aunque es poco frecuente, sigue siendo beneficioso para ambos. Cuando llegue el momento del destete, se realizará de forma progresiva y lenta, para evitar problemas tanto al bebé como a su madre".
En cuanto a la madre, la licenciada indica que no precisa de dietas especiales y sostiene que la mejor alimentación proviene de una dieta sana y variada, evitando aditivos y contaminantes. "Sólo en algunos casos, por enfermedad o problemas nutricionales, puede el médico aconsejar algunos suplementos", aclara. Además, destaca que no existen alimentos "prohibidos" durante la lactancia. Y suma: "El aroma de los alimentos pasa a la leche y puede hacer cambiar su olor y su sabor, esto ayuda al bebé a familiarizarse con diversos sabores, lo que le permitirá aceptar más fácilmente la alimentación complementaria. Sólo en el caso de observar de forma repetida que tras haber comido la madre un determinado alimento y el bebé muestre algún tipo de molestia (vómitos, diarreas, erupciones, malestar o rechazo de la leche), puede que sea necesario evitar ese alimento en concreto".
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Mitos sobre la lactancia
Conde Ocampos señala que hay "innumerables mitos" alrededor de la lactancia materna. Entre ellos menciona: este tipo de lactancia es más fácil; que amamantar duele; se deben lavar los pezones para amamantar; hay que separar al binomio para que la madre descanse y se recupere; el ejercicio es contraproducente para amamantar; se deben comer alimentos sencillos; si no se prende de inmediato al nacimiento será más dificultoso; nunca hay que usar fórmula si se quiere amamantar; muchas madres no pueden producir suficiente leche; no se debe amamantar si se está enferma; no se puede ingerir ningún medicamento durante la lactancia; los bebés amamantados son más apegados; es difícil destetar si se amamanta más de un año; si se retoma el trabajo se deberá destetar.
Más allá de esto, la licenciada del Clínicas remarca: "Debemos tener en claro que la lactancia materna es una responsabilidad compartida que involucra no sólo a la madre y su recién nacido, sino también a la familia, el entorno social y el ámbito laboral". Y frente a esto, plantea que existen dos problemas: por un lado, la OMS recomienda la “lactancia materna exclusiva” la cual no puede ser garantizada si la mujer debe retomar una vida laboral que le brinde su independencia y autonomía; y por otro lado, recuerda que existen mujeres que, en su pleno derecho, no sienten el deseo de amamantar o no tienen la posibilidad, ya sea física o emocional, de hacerlo. "Las que quieren y pueden, no tienen cómo ni dónde y las que no pueden o no quieren, son tratadas casi como desalmadas”, señaló.
En nuestro país existen las leyes 26.873 y 27.611, esta última conocida como la "Ley de los 1000 días". Ambas son responsables de ofrecer acompañamiento y asistencia en el embarazo durante los primeros tres años de vida de los niños a todas las personas gestantes, aunque no siempre se cumpla. "Hay pocos lugares de trabajo donde tienen un lactario o jardines que tengan un espacio amigable para la lactancia materna. La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) ha comprobado que se ha llevado al abandono de esta práctica por estos y otros obstáculos que se le presentan a las madres", sentencia. Según la SAP, por cada mes de licencia que se extienda, podría reducirse un 13% la mortalidad infantil.
Recomendaciones para una lactancia exitosa
- Prepararse durante el embarazo, ambos progenitores.
- Comenzar la lactancia en la primera hora de vida.
- Acudir a un grupo de apoyo y compartir experiencias con otras familias.
- Contar con palabras de aliento, evitar críticas y dar frases que ayudan.
- Recordar siempre que la lactancia es a libre demanda, es decir, sin horarios, ya que a mayor succión del bebé, mayor estimulación y mayor producción láctea.
- Cada mamá y cada familia puede tomar la decisión que crea más apropiada en su estilo de crianza.
El Servicio de Obstetricia del Hospital de Clínicas impulsa desde hace muchos años la Preparación Integral para la Maternidad. Ésta se desarrolla tanto de forma virtual como presencial y tiene como principal objetivo de aportar a la enseñanza de los beneficios, técnicas y dificultades relacionados con lactancia, así como brindar asesoramiento en el posparto.