En el último tiempo el ayuno intermitente se volvió una moda y muchos consideran que trae consecuencias positivas en el organismo, entre ellas, la longevidad. Pero ¿están relacionados necesariamente? ¿Es bueno hacer una restricción calórica? ¿Qué rol juega la genética? Un estudio estadounidense buscó responderlo.
La revista científica Nature publicó un estudio liderado Gary Churchill, genetista del Jackson Laboratory (Maine, Estados Unidos) y el biólogo Andrea di Francesco, que se realizó en ratones genéticamente diversos donde se analizó cómo afectó la restricción calórica y el ayuno a la longevidad de los roedores y su salud. En sí, el trabajo quería probar hasta qué punto la genética podía condicionar los resultados. Por lo que sometieron a 960 ratones hembra genéticamente diversos a cinco intervenciones diferentes. Unos tendrían una dieta normal; otros, una reducción de la ingesta calórica del 20%; y los últimos, de hasta el 40%. Hubo dos grupos de ratones que se sometieron a una dieta de ayuno intermitente, en la que los roedores estaban sin comer uno o dos días consecutivos por semana.
Los especialistas descubrieron que “la restricción dietética aumentaba la esperanza de vida de los ratones en general”. Incluso en aquellos que se sometieron al plan más estricto de reducción de un 40% de su dieta normal, lo que sorprendió a los investigadores. “Es una restricción extrema. Pero no hubo ningún indicador de que algo fuera mal, aparte de que los ratones eran más pequeños de lo normal”, dijo Churchill. Además, se estableció que los efectos de la restricción calórica en la esperanza de vida eran distintos según el tipo de dieta seguida y la edad, la ascendencia genética e incluso la resistencia del ratón a su nueva situación.
"Los animales que fueron capaces de mantener sus grasas corporales y sus niveles de glucosa altos, vivieron más. Y mi suposición aquí es que estos animales tienen una resiliencia intrínseca”, explica Churchill marcando la diferencia con los humanos y añade: “Estas intervenciones son estresantes y los animales que están perdiendo peso te están demostrando que responden negativamente a la dieta. En este sentido, las dietas simplemente revelan algo sobre la naturaleza del animal”.
Entonces, ¿podría el ayuno alargar la esperanza de vida?
Durante el estudio constataron que “la reducción de la grasa corporal y de los niveles de azúcar en sangre, no estaban necesariamente correlacionados con una mayor esperanza de vida”. Es decir, que no es que los ratones vivieran más por no tener problemas relacionados con el sobrepeso.
Al respecto, Churchill explicó: “Hay algunas buenas hipótesis al respecto, por ejemplo, la limitación de calorías cambia el funcionamiento interno de una célula, aumenta el reciclaje celular y la autofagia”, esto que se conoce como “comerse a sí mismo”, sirve para explicar el proceso por el que las células queman sus componentes innecesarios o dañados para producir energía. Esto serviría para limpiar nuestro cuerpo a nivel celular. “Podemos sospecharlo, pero no hicimos estudios a nivel molecular”, explica Churchill. El especialista es cauto a la hora de trasladar sus resultados con ratones al entorno médico.
“De momento, los estudios que se han realizado en humanos sobre la restricción calórica y el ayuno intermitente se centran en los efectos metabólicos. Son cosas importantes, pero no creo que a corto plazo veamos que se demuestre que estas dietas extienden la esperanza de vida de las personas”, advierte. Ya un estudio anterior, publicado por la revista Science, destacaba en 2021 como, a pesar de la cantidad de estudios en animales, “no es posible saber si las dietas de restricción calórica afectan al envejecimiento biológico de las personas”.