El estreptococo del grupo B (estreptococo) es una bacteria que comúnmente se encuentra en los intestinos o el tracto genital inferior. La bacteria suele ser inofensiva en los adultos sanos. No obstante, en los recién nacidos puede provocar una enfermedad grave conocida como enfermedad estreptocócica del grupo B.
El estreptococo del grupo B también puede provocar infecciones peligrosas en adultos con ciertas afecciones crónicas, como diabetes o enfermedades hepáticas. Los adultos mayores también tienen mayor riesgo de contraer una enfermedad por el estreptococo del grupo B.
Si eres un adulto sano, no tienes que preocuparte por el estreptococo del grupo B. Si estás embarazada, solicita un análisis de detección del estreptococo del grupo B durante el tercer trimestre de embarazo. Si tienes el estreptococo del grupo B, un tratamiento con antibióticos puede proteger al bebé durante el trabajo de parto.
Causas del estreptococo:
Muchas personas sanas son portadoras de la bacteria estreptococo del grupo B en sus cuerpos. Tú puede ser portador de la bacteria en tu cuerpo por un corto período de tiempo (puede ir y venir), o puede ser que siempre la tengas. Las bacterias estreptococo del grupo B no se trasmiten por vía sexual, y tampoco por la comida o el agua. Se desconoce cómo se transmiten las bacterias a otras personas que no sean recién nacidos.
El estreptococo del grupo B puede propagarse a un bebé durante un parto vaginal si el bebé está expuesto a fluidos que contienen estreptococo del grupo B, o si los traga.
Los síntomas del estreptococo:
- Celulitis: la piel infectada está enrojecida, el tejido bajo la piel se inflama y causa dolor.
- Impétigo: se caracteriza generalmente por úlceras con costras amarillas.
- Fascitis necrosante: el tejido conjuntivo que cubre los músculos (fascia) está infectado. Los afectados sufren escalofríos repentinos, fiebre y dolor intenso y sensibilidad en la zona afectada. La piel parece normal hasta que la infección es grave.
- Infección estreptocócica de la garganta (faringoamigdalitis estreptocócica): esta infección ocurre habitualmente en niños de 5 a 15 años. Los niños menores de 3 años raramente padecen faringoamigdalitis estreptocócica. Los síntomas, con frecuencia, aparecen repentinamente e incluyen dolor de garganta, en ocasiones con escalofríos, fiebre, cefalea, náuseas, vómito y malestar general. La garganta es de color rojo intenso, y las amígdalas están inflamadas, con o sin manchas de pus. Los ganglios linfáticos situados a los lados del cuello se agrandan y son sensibles al tacto. Sin embargo, los niños menores de 3 años pueden no presentar esos síntomas; el único síntoma puede ser el goteo nasal. Si las personas con dolor de garganta sufren tos, enrojecimiento ocular, congestión nasal, diarrea o ronquera, la causa es probablemente una infección vírica, no una infección estreptocócica.
- Escarlatina: la erupción aparece primero en la cara, luego se extiende al tronco y las extremidades; presenta un tacto similar al papel de lija grueso. La erupción es más intensa en los pliegues cutáneos, como el pliegue entre las piernas y el tronco. A medida que la erupción desaparece, la piel se exfolia. Aparecen protuberancias rojas en la lengua, que se presenta recubierta por una capa blanca amarillenta. Esta película luego se desprende y la lengua aparece carnosa y roja (lengua de fresa).
La escarlatina es poco frecuente hoy en día, pero todavía se producen brotes. Tiende a contagiarse cuando las personas tienen contacto cercano, por ejemplo, en escuelas o guarderías. La escarlatina se presenta principalmente en niños, por lo general después de una faringitis estreptocócica, pero a veces aparece después de infecciones cutáneas por estreptococos.
Complicaciones de las infecciones por estreptococos:
Si no se tratan, las infecciones por estreptococos pueden dar lugar a complicaciones. Algunas complicaciones son el resultado de la propagación de la infección a los tejidos cercanos. Por ejemplo, una infección del oído se puede diseminar a los senos paranasales, causando sinusitis, o al hueso mastoides (el hueso prominente detrás de la oreja), causando mastoiditis.
Otras complicaciones afectan órganos distantes. Por ejemplo, algunas personas desarrollan inflamación renal (glomerulonefritis) o fiebre reumática.
El síndrome de choque tóxico causa síntomas de progresión rápida y grave que incluye fiebre, erupción cutánea, presión arterial peligrosamente baja e insuficiencia de varios órganos. Está causado por toxinas producidas por estreptococos del grupo A o Staphylococcus aureus.