La científica María Totaro, del Laboratorio de Biología Molecular Aplicada, llevó adelante una investigación sobre el Virus del Papiloma Humano tipo 6 que tiene alta incidencia en el cáncer de cuello uterino. En sus conclusiones, describe que en la población estudiada - mujeres de Posadas, Misiones - existe una variante más riesgosa que aquella denominada "salvaje o europea".
El Virus Papiloma Humano (VPH o HPV por sus siglas en inglés) es un grupo de virus que infecta la piel y las zonas genitales. Su incidencia en el desarrollo del cáncer de cuello uterino lo convirtió en un objeto de estudio destacado para la ciencia y la medicina.
Desde el Laboratorio de Biología Molecular Aplicada, dependiente de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), la científica María Totaro llevó adelante una investigación centralizada en el VPH, tipo 16, considerado el más agresivo. Se analizaron unas 500 muestras tomadas de mujeres de la ciudad de Posadas, en el transcurso de los años 2007 y 2015.
En la charla que tuvo como punto de encuentro su lugar de trabajo, describe paso a paso el proyecto que arrojó como conclusión que, en la población estudiada que se circunscribe a la capital misionera, existe una variante de VPH 16 más riesgosa que aquella denominada "salvaje o europea".
Totaro es oriunda de Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, pero vive en la tierra colorada desde 1993. Se autodefine como un producto de la educación pública, es licenciada en genética y recientemente doctora en Ciencias Aplicadas, ambos títulos obtenidos en la Facultad de Ciencias Exactas Químicas y Naturales de la UNaM.
Se desempeña como profesora en la casa de estudios desde el año 2000 y en el laboratorio desde 2012. Comencé como estudiante y ahora soy docente; la docencia es mi gran pasión, comenta en diálogo con Télam-Confiar.
"Es un trabajo de mucho tiempo y costoso porque, de todas las muestras, hubo que seleccionar sólo las del tipo 16. Lo que hice fue analizar el genoma para ver qué variaciones existían en nuestra población y cómo esas variaciones podían afectar o no al desarrollo de la enfermedad", explicó Totaro.
Luego, avanzó en los detalles: "Básicamente aislé el ADN del virus, y realicé una amplificación y secuenciación. Secuenciarlo hace referencia a lo siguiente: si pensamos en el ADN como un idioma de información genética, las variaciones vendrían a hacer cambios en el abecedario, entonces la secuenciación lo que hace es decirme las letras que componen ese genoma, qué cambios se producen y cómo esos cambios pueden llegar a afectar el desarrollo del ciclo del virus".
"El VPH es un virus de 8.000 pares de bases. Esto significa que su genoma tiene 8.000 letras; ese genoma se va a traducir posteriormente dentro de sus huéspedes que son nuestras células y se va a traducir en proteínas. Y las proteínas son las que muestran los cambios. El estudio fue ver qué modificaciones había y cómo podía afectar a las proteínas, y así cómo afectaba en la salud". indica la doctora.
"Analizamos los genomas completos de una variante tipo 16 que anteriormente se denominaba asiático americano porque se estima que evolucionó con esas poblaciones humanas y es una variante agresiva; luego analicé tres proteínas de todas las variantes del virus encontradas en nuestra población, la proteína de la cápside, y otras dos que se llaman oncogenes porque regulan puntos claves del ciclo celular que tiene por función replicar el virus y el efecto secundario de esa replicación es el efecto canceroso", manifiesta.
Finalmente, comparte el resultado de los años invertidos en el laboratorio: "En nuestra población en particular - en referencia a la pacientes estudiadas en Posadas, Misiones -, encontramos una mutación de un sólo aminoácido en esas proteínas y ese cambio hace que esa variante sea 19 veces más riesgosa que la variante salvaje o europea. Esto quiere decir que de dos mujeres infectadas con VPH tipo 16 la que tiene la variante con este cambio de aminoácido tiene 19 veces más riesgo que la mujer infectada con tipo salvaje de desarrollar lesiones graves y cáncer".
"Posadas tiene en general poblaciones multiétnicas porque tiene aportes de distintas poblaciones del mundo, diferente a Europa por ejemplo. Es muy interesante ver cómo interaccionan los virus con estas poblaciones multiétnicas porque no solo depende del genoma del virus sino del genoma del cuerpo", acota.
La investigación refuerza la necesidad de cumplir con los controles de rutina. En ese sentido, el Papanicolaou (PAP) anual es un examen sencillo que permite la detección de células anormales o lesiones en el cuello del útero.
"La consecuencia de un VPH tipo 16 puede derivar en un carcinoma de cuello uterino. Por eso siempre fue la población más estudiada. La infección dura mucho tiempo y la consecuencia se ve muchos años después, diez años o más, y generalmente afecta a las mujeres de entre 35 y 50 años, que son el núcleo familiar. Entonces es una enfermedad de salud pública que ha sido muy importante a lo largo de los años. Se ha comprobado que el 60 % de los casos de cáncer de cuello uterino son causados por el VPH tipo 16, y el 40% restante por otros tipos de VPH", concluye Totaro.
Con información de Télam
(Télam, CONFIAR - Por Griselda Acuña de la Red Argentina de Periodismo Científico)