Por primera vez, la Argentina detectó el virus de la influenza aviar en su territorio. A última hora de ayer el servicio de Sanidad Animal (Senasa) confirmó su hallazgo en una especie de ganso andino de la Provincia de Jujuy, un ave silvestre que encontró personal de Parques Nacionales en la laguna de Pozuelos, al norte de la provincia. “Nos vemos obligados a declarar la emergencia sanitaria en nuestro territorio”, dijo el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, en una conferencia de prensa realizada en la cartera de su área.
“Esto se conjuga con la noticia de que Uruguay también admitió la presencia del virus en cisnes de la zona de Maldonado”, agregó Bahillo. Según el funcionario, la novedad enciende las alertas pero no sorprende, ya que venían trabajando con el INTA, la Administración Nacional de Parques Nacionales, y los ministerios de Seguridad, Ambiente y Salud, así como con autoridades provinciales y del sector privado para tratar de evitar la introducción de esta enfermedad a través de aves migratorias. “Teníamos información de que México, Panamá, Honduras, Ecuador, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Bolivia, Chile y Uruguay habían reconocido la presencia del virus –destacó–. Ya habíamos reforzado los controles ante la detección en Bolivia, trabajando en conjunto con las autoridades provinciales de Jujuy. La muestra que dio positivo ayer es la tercera que nos remiten desde esa jurisdicción, después de otras dos que habían dado negativo”.
Por su parte, Rodolfo Acerbi, vicepresidente del Senasa, aclaró que Para la Organización Mundial de la Salud Animal, el país solo pierde el status de “libre de influenza aviar” cuando el virus se detecta en explotaciones comerciales. “Por lo tanto, el mercado comprador de nuestros productos hoy por hoy no debería alterarse si seguimos trabajando como hasta ahora”, precisó.
El virus de la influenza aviar es altamente letal para las aves, pero no se transmite a las personas a través del consumo de carne o huevos. “Solo una manipulación indebida o sin tomar precauciones puede provocar el contagio al ser humano, que es de carácter excepcional –dijo Acerbi–. Vamos a reforzar el trabajo que venimos haciendo con los distintos organismos e instituciones públicas, y el control de fronteras y en el territorio, sobre todo en lo que respecta a las aves de ‘traspatio’, que son las que no están sujetas a las normas de bioseguridad que rigen las granjas de producción avícola”.
En este sentido, los funcionarios recomendaron no manipularlas si tienen comportamientos extraños o están muertas, sino comunicarse con el Senasa, que tomará intervención en el caso. “Queremos llevarles tranquilidad a los productores de que estamos trabajando de manera articulada y con una agenda muy intensa para evitar males mayores, como puede ser el ingreso de esta enfermedad en las granjas de producción agrícola –dijo Bahillo–. Estas tienen importantes protocolos de seguridad y requisitos muy estrictos, por lo que nos permitimos ser optimistas de que podremos evitar la introducción del virus”.
La Administración de Parques Nacionales propuso aumentar las rondas de trabajo y hacer monitoreo con drones. “Si tenemos que tomar medidas antipáticas, como por ejemplo el cierre de un parque nacional, lo haremos –aseguró Acerbi–, porque lo que viene después es mucho más complejo”.
El control de la influenza aviar es difícil, ya que su reservorio silencioso se encuentra en las aves acuáticas, que propagan el virus en sus rutas migratorias. Puede afectar a dos tipos de explotaciones: las de “traspatio” (pequeñas) y las comerciales, que involucran a miles de ejemplares. A las primeras, se les aconseja guardar las gallinas en el gallinero y no soltarlas hasta nuevo aviso.
“No es una gran prevención, pero ayuda –destacó Acerbi–. Es complicado porque sabemos la cantidad enorme de aves de traspatio que hay en la zona. Estamos coordinando con la gente de “agricultura familiar” del INTA para incrementar la vigilancia sin alarmar. Las explotaciones comerciales tienen protocolos desde hace muchos años y la recomendación es extremar las medidas de seguridad de los trabajadores”.
Bahillo comentó que acababa de hablar con la presidenta del Conicet, Ana Franchi, porque el organismo tenía más de 1200 investigadores trabajando en distintos proyectos de aves que implicaban recolección de muestras en lagunas y espejos de agua, y como precaución decidieron suspender momentáneamente esas actividades y que el personal vuelva a sus sedes.
“La probabilidad de transmisión de este virus a los humanos es baja y, de producirse, suele ser por vías respiratorias, por contacto con un ave enferma o muerta, o con alguna de sus secreciones –detalló Sandra Tirado, secretaria de Acceso a la Salud del Ministerio de Salud de la Nación–. Nosotros hacemos monitoreo constante. Para la notificación de un posible caso de influenza aviar, tenemos en cuenta los síntomas respiratorios, pero siempre en personas con antecedente de haber estado en contacto con un ave”.
Para Pilar Fernández, especialista argentina en enfermedades zoonóticas que trabaja en la Escuela Paul Allen de Salud Global del Estado de Washington, en los Estados Unidos, "la presencia de H5N1 en América latina es muy preocupante, en especial por la falta de experiencia que hay con estos virus y la extensión de la producción informal. Acá (por Estados Unidos), ya hubo un brote extendido hace un par de años y hay protocolos muy desarrollados. Si empieza a haber transmisión en animales de granja, las pérdidas económicas pueden ser enormes. En los establecimientos en los que se detectan animales enfermos, se elimina toda la población, por eso está considerado dentro de los seguros, no sé si allá ocurre lo mismo. Veremos qué sucede, pero es para estar atentos".
Hasta ahora no se reportó transmisión de persona a persona causada por virus de influenza aviar en el mundo. En 19 años, desde 2003 a 2022, solo se notificaron 868 casos en humanos. Esta temporada se presenta con alrededor de 290 brotes notificados en aves de corral y alrededor de 140 en aves silvestres.
Como prevención, desde el Ministerio de Salud recomendaron:
- Lavado frecuente de manos con agua y jabón, o uso de desinfectantes sobre la base de alcohol
- Evitar el contacto directo con aves silvestres.
- No tener contacto sin protección con aves de corral que parecen estar enfermas o muertas.
- En relación con las de grandes ciudades (gorriones, palomas) el riesgo se considera muy bajo ya que hasta el momento no se mostraron susceptibles al virus.
- No tocar superficies que podrían estar contaminadas con saliva, mucosa o heces de aves silvestres o de corral.
- En la actualidad no hay restricciones para viajar a zonas afectadas por influenza aviar. Sin embargo, se aconseja tomar las medidas de prevención necesarias para evitar el riesgo de contraer la enfermedad.
Ante el encuentro de aves muertas o con dificultades de locomoción, notificar al Senasa por las siguientes vías:
- notificaciones@senasa.gob.ar
- Apartado “Avisá al Senasa” en https://www.argentina.gob.ar/senasa
- O por el teléfono 11 5700 5704