División Palermo y discapacidad: cuando la lupa se pone sobre la sexualidad

La serie argentina más popular de Netflix interpela a través del humor los prejuicios sociales sobre las personas con discapacidad, con foco en sus relaciones sexoafectivas. Qué opinan las personas con discapacidad y los especialistas.

06 de marzo, 2023 | 00.05

La sexualidad de las personas con discapacidad toma especial relevancia en la exitosa producción nacional División Palermo con la trama “romántica” que envuelve a Felipe (Santiago Korovsky) y Sofía (Pilar Gamboa). La serie pone constantemente la lupa sobre ideas preconcebidas alrededor de las personas con discapacidad y cómo se las percibe socialmente. Especialistas que luchan por una inclusión real, con menos campañas publicitarias y más rampas, coincidieron en que el humor satírico, acompañado por el trabajo de asesoramiento, confluyó en un abordaje acertado. Los proyectos que se llevan adelante en el país para enfrentar la infantilización, la desinformación y el reduccionismo. 

"Lo que no se nombra, no existe", decía el filósofo George Steiner, y la pregunta que queda latente es: si tal es el desconocimiento sobre los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad, ¿cómo se garantiza que puedan acceder a ellos?

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En paralelo a la construcción de un humor ingenioso, necesario en la ficción nacional, el abordaje a temáticas que interpelan específicamente a las personas con discapacidad fue construido desde la escucha activa. Lucrecia Gómez, colaboradora autoral de División Palermo, supo desde el inicio qué quería comunicar a través del personaje de Sofía. “Por un lado, la vemos haciendo chistes sobre su discapacidad para poner incómodo a Felipe, pero a su vez no quiere mostrar la silla en Tinder. Esta dualidad interpela mucho a las mujeres con discapacidad”, explicó en diálogo con El Destape.

Tras la publicación de su libro “Cinco historias de una inválida imprudente y un poema para darle dignidad”, amistades en común con Korovsky facilitaron el contacto que terminó posicionándola como asesora a la hora de abordar, por ejemplo, la sexualidad de Sofía. “Para la escena de sexo entre Sofía y Felipe, le mandé a los guionistas videos con poses y consejos para ‘manejar’ a una persona que no tiene control sobre su tren inferior”, recordó entre risas Lucrecia.

La autonomía y firmeza en la actitud de Sofía fueron un factor clave para hacer frente a varios estereotipos alrededor de las personas con discapacidad. A propósito de la relación entre Sofía y Felipe, Lucrecia estaba interesada en tener un personaje masculino que, al tener tan poco registro de todo, no la registrara con la silla y, después de hacerlo, formara parte de su percepción de ella. Sin ir más lejos, en una escena le preguntan si la imagina sin la silla, y él responde: “Yo ya la conocí con la silla, no me la puedo imaginar sin ella”.  A su vez, el guion procuró presentar una relación más flexible, sin la seriedad y compromiso que normalmente se adjudica a toda relación con una persona con discapacidad. “Le dimos la entidad a Sofía para poder decir: ‘Che, no nos confundamos’ y cortarle el mambo a Felipe”, agregó.

Daniela Aza (@shinebrightamc), comunicadora especializada en discapacidad y diversidad, y Rocío Debona (@rociodebona), influencer de moda, estilo de vida y discapacidad, desde su perspectiva como mujeres con discapacidad, agasajaron la fidelidad de la serie en materia de discapacidad, y más específicamente en sexualidad. Coincidieron en que humor satírico, acompañado por el trabajo de asesoramiento, confluyó en un abordaje acertado que, desde la risa, puso sobre la mesa mitos desinformados que es necesario debatir como sociedad. “Seguimos siendo personas que ‘padecemos’ o ‘sufrimos’, lo vemos en muchos discursos por ejemplo cuando nos tratan de pobrecitos”, explicó Daniela. Por su parte, Rocío recalcó que la comedia contribuye a correr la mirada de lo que no se puede controlar: “Debemos desmitificar que las personas con discapacidad somos tristes o sensibles con nuestra condición. Reírme de mí misma me libra de un montón de lugares oscuros, al final del día”.

Proyecto DeSeAr: una iniciativa nacida de la urgencia social

Al hablar de inclusión, en el caso específico de la discapacidad, “accesibilidad” es la palabra clave. La accesibilidad es la cualidad de algo a lo que se puede llegar, que puede ser alcanzado, y es el requisito de los derechos de las personas con discapacidad. Un plan integral y sistémico para garantizar un acceso equitativo es, sin embargo, un proyecto actualmente relegado y que requiere voluntad política.

Ante esa necesidad, surge en febrero del 2020 el “Proyecto DeSeAr”, una iniciativa de la Asociación Civíl FUSA y la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), financiado por ONU Mujeres. Malena Correa, coordinadora del proyecto por parte de FUSA, afirmó que el objetivo del proyecto fue dar una respuesta sistémica e integral a la falta de acceso de personas con discapacidad que fueron socializadas como mujeres, a la salud sexual y reproductiva.

El proyecto constaba de tres componentes: El primero, ejecutado por REDI fue que las mujeres, jóvenes e identidades feminizadas conocieran sus derechos y pudieran reclamarlos por ellas mismas; el segundo, a cargo de FUSA, fue trabajar con personal de la salud, ofreciéndoles distintas formaciones y talleres; y el tercero fue generar cambios sustentables que acompañen las otras dos etapas, desde un rol de sociedad civil. “Hay una brecha de conocimiento tremenda con respecto a la discapacidad, incluso entre personas que garantizan derechos. Sigue primando esta mirada paternalista, que niega la autonomía de las personas con discapacidad”, comentó Malena.

“En general, se suele percibir a la persona con discapacidad como asexuada e impedida de sentir placer y ser deseada/deseante, lo cual es un mito y un tabú histórico”, afirmó Daniela. En este sentido, la infantilización de las personas con discapacidad contribuye en gran medida a la noción de fragilidad e imposibilidad de disfrutar su sexualidad. Al respecto, Rocío reveló que normalmente asumen que no tiene sexo, no puede ser madre o no tiene sensibilidad en su genitalidad, inclusive que es ´un bardo´ tener relaciones sexuales en su condición. “Adivinan que mi novio es mi hermano, mi enfermero o mi familiar, todas las posibilidades menos que es mi pareja”, contó.

A su vez, la homogeneización de la sexualidad hegemónica, heterosexual y centrada en el placer masculino solamente a través de la penetración implanta la idea de una única forma de placer. Si esto ya resulta nocivo para la vida sexual de las mujeres, ser mujer con discapacidad es ser doblemente excluida. Todos estos estereotipos construyen un imaginario social del que lamentablemente los trabajadores de la salud no están exentos.

En los talleres del DeSeAr se formaron más de 500 profesionales de la salud, Malena insistió en que se necesita una planificación metódica y compromiso político. “Se necesita un sistema de salud que sea receptivo, no sólo desde una infraestructura física, sino también accesibilidad en las comunicaciones y accesibilidad en la actitud de los profesionales”, concluyó.

Lejos de quedarse en el plano formativo, proyectos como DeSeAr siempre apuntan a generar cierto impacto político que dé cuenta de las carencias estatales y dejar un camino menos sinuoso para proyectos futuros. En el caso de este proyecto, el resultado fue trascendental: se redactó una modificación, aprobada por Diputados y Senadores, a la Ley de Contracepción Quirúrgica (26.130), que hasta el 2021 permitía las esterilizaciones de personas con discapacidad con autorización judicial, lo cual era violatorio de muchos derechos.

Menos campaña publicitaria, más rampa

La inclusión como recurso de Marketing es central en División Palermo. En el caso de la Guardia Urbana inclusiva, fue financiada como tapadera de una represión policial a la comunidad boliviana. Desde el rainbow-washing al green-washing, en los tiempos que corren todo se reduce a “¿cuánto se puede chapear con esto?”,  la discapacidad no es la excepción. ¿Cuál es la diferencia entre la inclusión comercial y la inclusión honesta e integral?

Para Lucrecia, “la inclusión marketinera reduce a la gente a su discapacidad, a su sexualidad o a la ‘diferencia’ que lo caracterice”. Se hace de la diversidad para replicar discursos huecos que, ante el primer cuestionamiento, flaquean. “Esto se ve claramente cuando una marca muestra fotos de personas con discapacidad en sus redes sociales, pero el local no es accesible”, explicó por su parte Daniela. El reduccionismo impide la verdadera inclusión: una cadena que de principio a fin contempla la accesibilidad física y comunicativa. “Si pensamos en una inclusión real, hay que considerar todos los procesos que nos hacen llegar ahí”, sentenció Daniela.

Korovsky marca el camino para producciones futuras. La presencia de personas con discapacidad en la creación de la serie, tanto desde el proceso autoral como en el elenco, es efectiva tanto en la calidad de la trama como en el efecto que la misma tiene sobre quien la ve. “División Palermo que muestra de una forma muy genuina y honesta el gran rechazo que la sociedad tiene hacia nosotras y cómo le cuesta entender que somos personas, diferentes pero iguales en derechos”, rescató Daniela.