Especialistas de un hospital privado porteño reconstruyeron la mano de un joven al implantarle tres dedos de sus pies. De esta forma, le devolvió la funcionalidad a esa parte del cuerpo sin afectar el desempeño de las extremidades inferiores, en una cirugía inédita en la Argentina. Si bien se habían realizado procedimientos similares, nunca antes fue de estas características. A nivel regional, estas transferencias de dedos de pies a manos se realizan sólo en la Argentina, y en contados centros de Chile y de Brasil.
"El trasplante de dedos de otra persona (donante cadavérico) implicaría comenzar con una terapia de inmunosupresión para que no se produzca un rechazo del tejido que conlleva como efecto secundario la posible disminución de las defensas del organismo. En el trasplante de dedos, estos riesgos pueden evitarse, realizando la reconstrucción mediante los propios tejidos del paciente, en este caso a través de los dedos de los pies", explicó a Télam Jorge Boretto, jefe de Cirugía de Mano y Miembro Superior del Hospital Italiano de Buenos Aires, donde se llevó adelante el procedimiento.
Los cirujanos del Italiano recibieron a Exequiel, un joven de 24 años que perdió cuatro dedos y parte de otro en un accidente con una picadora de carne.
Debido a la complejidad del caso, el equipo de salud se concentró en modificar las técnicas ya existentes y llevaron adelante la cirugía que se convirtió en la primera de este tipo en el país, tanto por la cantidad de dedos trasplantados como por la elección justamente de los dedos del pie. "La mención a que este es el primer caso es debido a que es el primero en el que se trasplantan tres dedos para una mano. En los restantes casos la transferencia ha sido de una parte de un dedo, de un dedo completo o de dos dedos", explicó Boretto.
El especialista describió que hace muchos años que se utilizan dedos de pie para reconstruir los de la mano. Con respecto al trasplante de mano completa (no de dedos) con donante cadavérico, el experto explicó que "se hace en otras partes del mundo, pero sólo en los casos de trasplante bilateral, cuando hay una amputación de las dos manos".
Si la reconstrucción con tejidos de donante cadavérico no es recomendable por lo que explicaba Boretto acerca de la necesidad de inmunosuprimir al paciente, la posibilidad de reconstruir la mano con impresión 3D tiene otra desventaja: que no permite que la sensibilidad ni la funcionalidad de la mano, algo que se logró en esta cirugía.
"La impresión 3D puede reconstruir algo similar a un dedo. Sin embargo, no deja de ser una ortesis de uso externo que no tiene sensibilidad, una función importante. Mediante el trasplante de los dedos del pie, se reconstruye todos los tejidos que se han perdido en el trauma (tendones, articulaciones, nervios o uñas)", insistió el especialista y añadió que "justamente, en estas cirugías se utiliza un microscopio quirúrgico que permite realizar la sutura de arterias o venas que tienen, en algunos casos, menos de 1 milímetro de diámetro".
Cómo fue la cirugía
La reparación quirúrgica constó de dos etapas: en una primera instancia, los médicos transfirieron el segundo dedo del pie izquierdo a la posición del dedo mayor de la mano derecha.
"Transferir los dedos del pie a la mano permite una reconstrucción que se define como 'igual con igual', ya que se logra la restitución de cada uno de los tejidos ausentes (articulación, tendones y complejo de la uña, entre otros). Este procedimiento permitió reconstruir el dedo con sus tres articulaciones", explicaron a Télam desde la institución.
En la segunda etapa, una semana después, el equipo realizó el trasplante del segundo dedo del pie derecho y una transferencia parcial del hallux (dedo gordo o primer dedo del pie). "De esta manera, la reconstrucción permitió lograr el movimiento de pinza, formando un trípode entre el pulgar y los otros dos dedos trasplantados", remarcaron.
En ese sentido, los beneficios de la técnica son extensivos a diferentes situaciones, como la reconstrucción de lesiones traumáticas o de resección de tumores que, de otro modo, terminarían en una amputación. También en personas que nacen sin dedos e, incluso, puede realizarse en niños o en bebés. "La única limitación es el tamaño de las arterias o venas", afirmó Boretto.