En el partido bonaerense de Luján, esta semana se inició la construcción del primer barrio inclusivo de la Argentina. Se trata de una comunidad donde habitan personas externadas de la exColonia Nacional Montes de Oca, en el marco de la implementación de la Ley Nacional de Salud Mental y el proceso de desmanicomialización impulsado por la gestión actual. El anuncio lo hizo el presidente de la Nación, Alberto Fernández, junto a la ministra de Salud, Carla Vizzotti; el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Santiago Maggiotti; el intendente de Luján, Leonardo Boto; y la directora del establecimiento, Silvina Aguilar.
Además la institución fue renombrada: dejó de llamarse Colonia Nacional Montes de Oca para pasar a ser el Hospital Nacional y Comunidad Ramón Carrillo, en un claro homenaje al padre del sanitarismo argentino, pero también en sintonía con un modelo político que pondera y defiende la salud pública con inclusión social. El antiguo nombre había sido adquirido durante el gobierno de facto del General Onganía y no es representativo del abordaje en salud integral, con base comunitaria, enfoque en derechos humanos y perspectiva de género, que practica y sostiene actualmente el espacio.
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"Ha llegado la hora de hablar de la salud mental", dijo el Jefe de Estado al iniciar su disertación, remarcando el trabajo iniciado por el Gobierno Nacional para refundar el sistema y quebrar los prejuicios y tabúes que todavía persisten en relación a esta temática. Además cuestionó la “lógica manicomial” basada en medidas de seguridad para encerrar y aislar a los pacientes: “Una sociedad que trata a sus enfermos ocultándolos, marginándolos, condenándolos al abandono es una sociedad horrible, que se desentiende del dolor del otro. Y en estos tiempos, volver a recuperar el criterio de solidaridad es muy importante. Hagamos una mejor comunidad, una mejor sociedad” .En el proceso iniciado el lugar central lo tiene el dispositivo comunitario ya que, oponiéndose a la lógica manicomial de exclusión social, muros, silencio y marginación de los pacientes, el barrio permite a quienes viven allí circular libremente, trabajar, estudiar, votar, generar vínculos personales y amistades, enamorarse, viajar a ver a sus familias y realizar actividades recreativas, culturales y deportivas, entre otras cosas.
La construcción de la subjetividad, como base de la Salud Mental, implica que las personas tenga la oportunidad de organizar sus vidas, sus representaciones sociales, sus vínculos con otros y la sociedad que los rodea, y percibirse a sí mismos. Las prácticas comunitarias llevadas a cabo apuntan a revertir los efectos de deshumanización que tanto la institución manicomial como la sociedad generan.
Cómo será el barrio inclusivo Ramón Carrillo
La Comunidad ocupa un predio de 250 hectáreas, cuenta con un hospital y 8 pabellones, 8 hogares, y 12 dispositivos residenciales donde hoy habitan 421 usuarios y usuarias con diferentes discapacidades intelectuales y físicas. Además, todos los días trabajan más de 900 personas en las áreas de apoyo, enfermería, equipos interdisciplinarios, kinesiología, terapista ocupacional, deportes, rehabilitación e inclusión social, y los centros sociolaborales.
La institución está atravesando un profundo proceso de reforma basado en el modelo de salud comunitario y de desmanicomialización que propone la Ley de Salud Mental N° 26.657. Esto significa un cambio paradigmático en la forma de concebir la vida en comunidad de personas con discapacidades intelectuales y problemáticas de salud mental que, por fuera del circuito institucional, no cuentan con las redes de apoyo necesarias ni las posibilidades de desarrollar una vida digna. Pese a que en Argentina las instituciones manicomiales no han desaparecido, la actual gestión ha puesto en marcha todo un conjunto de experiencias concretas y políticas públicas en elaboración que marcan puntos de ruptura con el modelo tradicional de la institución psiquiátrica cerrada y se inspiran en una matriz crítica respecto de los modos de definir, entender y actuar en torno al padecimiento mental.
El barrio inclusivo en construcción, ubicado en el pueblo de Torres, contará con 50 casas de medio camino adaptadas para 2 o 4 personas, destinadas a 260 usuarios y usuarias que hoy viven en los pabellones. Las obras demandaron una inversión nacional de más de $1.000 millones. La política esta enmarcada en el programa Habitar Inclusión, lanzado en 2022, en un trabajo mancomunado entre Salud y Vivienda, con el objetivo de desarrollar una “política integral de hábitat tendiente a beneficiar a las personas que se encuentran viviendo en instituciones de salud mental sin criterio clínico que lo fundamente, con distintos grados de autonomía y sin posibilidad de gestionar por sus propios medios las necesidades habitacionales”.
Las 50 casas cuentan con una red de apoyo externa desplegada y con modalidades que se orientan a la inclusión bio-psico-social. Según información oficial “son espacios de contención, asistidas terapéuticamente, que tendrán un diseño especial formulado en conjunto con especialistas de la salud, orientadas a un abordaje complejo y conjunto entre las provincias y ambos ministerios, dentro de los planes de salud mental que se definan según la realidad de cada territorio”. En la actualidad se están desarrollando proyectos similares en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en las provincias de Buenos Aires, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Fe y Tucumán.
La importancia de la mirada comunitaria
Silvina Aguilar es quien dirige el flamante Hospital y Comunidad Dr. Ramón Carrillo. Es médica generalista “de formación, de convicción y de corazón”, y luego se especializó en Auditoría en Salud. En la exColonia empezó trabajando en la Dirección Médica, en todo lo que es procesos de gestión, fue Coordinadora del Centro Interdisciplinario, Directora de Coordinación Asistencial, y desde 2021 Directora General. Sin embargo, considera que en su recorrido lo que más la formó fue el trabajo en el territorio y en atención primaria.
La Directora acompañó al Presidente en el recorrido por la Institución y celebró el cambio de nombre institucional a Ramón Carrillo. Subraya que la exColonia, hoy comunidad, viene hace varios años con un proceso de transformación con el objetivo de lograr un modelo comunitario teniendo en cuenta que, en general, “los usuarios no tienen apoyos en la comunidad, porque o no tienen familias o sus familias no pueden sostener los apoyos”.
En la comunidad viven más de 400 personas con diferentes discapacidades, intelectuales y físicas: “Las discapacidades tienen que ver con lo adquirido, lo vivido o lo genético, y tenemos también discapacidades motoras producto de la edad”. Juan Carlos, por ejemplo, es un usuario huérfano que llegó a los 4 años porque en la institución funcionaba un hogar de niños. Su discapacidad intelectual y su deterioro cognitivo tienen que ver sobre todo con su historia. Sin embargo, en la institución pudo vivir, crecer dignamente y hasta completar la escuela primaria. “Algunos usuarios van a los colegios de adultos en el pueblo, cuentan con maestras integradoras y apoyo escolar, y muchos llegaron al secundario, y hasta son abanderados”, especifica Aguilar.
El punto más importante en el camino hacia la integración es el laboral y por eso están enmarcados en el programa Promover que ofrece acompañamiento a las personas con discapacidad en el desarrollo de su proyecto ocupacional para insertarse en empleos de calidad y/o desarrollar emprendimientos de manera independiente. “Hay usuarios que trabajan adentro y algunos que trabajan afuera, pero conseguir trabajo para ellos es lo más difícil - explica la Directora - todos cumplen un horario, de lunes a viernes, pueden ir ascendiendo. Es un trabajo, cobran su sueldo y se compran lo que quieren. Generalmente esa compra la piensan en conjunto”.
Tienen la opción de formar parte de los Talleres Protegidos, que hacen actividades propias en convenios organizaciones o fundaciones; o los proyectos sociolaborales que ofrece la propia comunidad. Entre las posibilidades se destacan el Dispositivo de Reciclado “Montes Verdes” que trabaja en promoción del cuidado y preservación del medio ambiente, con un convenio con la cooperativa de trabajo Usina Eco; o el programa Agroproductivo ecológico, "Cultivarte" , un proyecto piloto del Ministerio de Agricultura y la Agencia Nacional de Discapacidad, donde hacen compost, huertas, plantines y hasta producen plaguicidas.
Las actividades recreativas dentro de la comunidad son coordinadas por un equipo de 15 profesores de Educación Física. Se practican diferentes deportes como tenis de mesa, bochas, tiro al blanco, o básquet, y hay equipos de fútbol que forman parte de la liga de deporte inclusivo. Además trabajan en articulación con un equipo docente y estudiantes de las carreras de Comunicación Social y Educación Física de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), en el marco del proyecto de voluntariado “Participar”, que acuden a la institución para encabezar actividades lúdicas y deportivas.
El largo camino hacia la desmanicomialización
“Para cumplir la ley, primero tenemos que mejorarle la calidad de vida porque es un derecho. A partir del plan estratégico 2021 -2023, con el apoyo político y económico del Ministerio de Salud de Nación, pudimos pensar en una de las estrategias que es la realización de este barrio inclusivo en un convenio con el Ministerio de Hábitat y Desarrollo. La creación de las 50 viviendas va a permitir brindarles una casa a 260 usuarios y usuarias que hoy viven en pabellones”, explica Aguilar.
Luego de la mudanza está previsto para los próximos meses iniciar la refuncionalización de los pabellones. El expabellón 7 se transformará en un Centro de Rehabilitación Integral con cine, ludoteca, y punto digital para que la comunidad pueda asistir; el expabellón 5 en un hogar con capacidad para 46 personas mayores con necesidades de apoyo intensivas. Asimismo se está trabajando en la construcción de un complejo habitacional; otro de hogares con necesidades de apoyo intensivas; un salón de Actos; y hasta una pileta abierta a la comunidad en un proyecto junto al Ministerio de Deportes de Nación.
Otro de los puntos centrales del proyecto es la transformación del Centro Interdisciplinario de Salud Mental (CISaM) en un Centro Interdisciplinario de Salud Integral (CISI), es decir el paso de un centro monovalente a uno polivalente. “El Centro interdisciplinario de Salud es abierto a toda la Comunidad. Nuestro mayor fuerte es la salud mental, pero tenemos todas las especialidades: imágenes, laboratorio, odontología. Y al estar en Torres, un pueblo tan alejado, lo que implementamos son los circuitos de salud integral que significa que las personas vienen un día y se hacen todos los estudios necesarios juntos”, cuenta la Médica. En el último tiempo, por la apertura y sobre luego de la pandemia, registraron un aumento considerable en las consultas médicas que pasaron de 20 mil a 40 mil.
“En el camino hacia una verdadera desmanicomialización hay que dejar de tener prácticas manicomiales que pueden estar en cualquier lugar, desde una guardia con la atención de una persona con un brote y que lo aten, hasta una cárcel. En las universidades también se siguen replicando esos modelos", advierte la Directora". Y concluye: “Creo que se está trabajando mucho pero la rehabilitación la tiene que hacer la sociedad, no ellos. Tenemos que trabajar en los prejuicios y los estigmas: ¿qué es normal? ¿Qué es locura? ¿Por qué se relaciona la peligrosidad con la locura? El que iniciamos es un laburo enorme, falta un montón, pero se está trabajando arduamente en este tema”.