El dicho "el perro es el mejor amigo del hombre" es conocido en todo el mundo, y en muchos países, como Argentina, los perros son una parte integral de las familias. Pero, aunque solemos dar por sentada esta estrecha relación, la pregunta de cuándo inició esta amistad es un enigma que se mantiene hace siglos.
Un reciente estudio de la Universidad de Arizona está desafiando las ideas previas sobre los orígenes de la relación entre humanos y perros, revelando que este vínculo podría ser mucho más antiguo de lo que imaginábamos.
Según la investigación, publicada en la prestigiosa revista Science Advances, los humanos y los antepasados de los perros actuales comenzaron a formar relaciones cercanas hace unos 12.000 años, mucho antes de lo que se pensaba.
Las primeras interacciones entre humanos y perros
Este hallazgo, basado en restos arqueológicos de Alaska, sugiere que las primeras interacciones entre los pueblos indígenas de América y los perros o lobos domesticados ocurrieron alrededor del final de la Edad de Hielo, es decir, aproximadamente 2.000 años antes de los registros previos.
El estudio se centra en un hallazgo realizado en 2018 en el sitio arqueológico de Swan Point, ubicado en Alaska, donde los investigadores descubrieron una tibia de un cánido adulto que data de hace 12.000 años. Este descubrimiento fue complementado por una excavación más reciente en 2023, en un yacimiento cercano llamado Hollembaek Hill, donde se halló una mandíbula de un canino de 8.100 años.
Lo más sorprendente de estos restos no es solo su antigüedad, sino lo que los análisis químicos de los huesos revelaron: ambos cánidos habían consumido salmón de manera regular, lo que indica que dependían de los humanos para su alimentación.
Ben Potter, coautor del estudio y arqueólogo de la Universidad de Alaska Fairbanks, explica que los cánidos de la época no cazaban salmón en estado salvaje. La presencia de este pescado en su dieta, entonces, sugiere que los animales recibían su comida de los seres humanos.
Aunque los investigadores aún no pueden confirmar si estos animales eran perros domesticados como los conocemos hoy, este hallazgo plantea nuevas preguntas sobre el origen de la domesticación de los perros.
Un aspecto fascinante de este estudio es que, aunque los animales de Swan Point y Hollembaek Hill se comportaban como perros —comiendo salmón proporcionado por los humanos—, genéticamente no parecen estar relacionados con las poblaciones de perros más recientes.
François Lanoë, principal autor del estudio, sugiere que estos cánidos podrían haber sido lobos domesticados en lugar de perros completamente domesticados. La línea que distingue a un perro de un lobo sigue siendo difusa, y este estudio agrega un nuevo capítulo en esa compleja historia.
Aunque todavía es pronto para determinar si los animales descubiertos en Alaska fueron los primeros perros domesticados en América, el estudio abre un nuevo camino en la comprensión de la relación entre los humanos y los perros. Está claro que nuestra conexión con ellos probablemente sea mucho más antigua de lo que pensábamos.