La relación entre perros y humanos se remonta a miles de años atrás, un lazo que ha evolucionado desde la caza y la protección hasta la compañía y el amor incondicional. Recientemente, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Linköping en Suecia ha arrojado luz sobre esta evolución, sugiriendo que los perros están atravesando una nueva fase de domesticación, impulsada por la hormona oxitocina, conocida como la "hormona del amor".
En sus orígenes, los perros eran vistos como herramientas de trabajo: ayudaban a cazar, protegían al ganado y actuaban como guardianes del hogar. Sin embargo, con el tiempo, su papel cambió drásticamente. Hoy por hoy, en muchos hogares argentinos, los perros son considerados parte de la familia, e incluso algunos llegan a ser tratados como "perrhijos". Esta transformación en la relación ha llevado a una evolución tanto en el comportamiento como en la biología de los perros.
El estudio sueco destaca cómo esta "tercera ola de domesticación" está moldeando a los perros para que sean más amigables y adaptables a un estilo de vida sedentario. A medida que los humanos buscan animales de compañía que se ajusten a sus necesidades emocionales, los perros están desarrollando una mayor sensibilidad a la oxitocina, facilitando su deseo de socializar y conectar con sus dueños.
Los investigadores observaron el comportamiento de 60 Golden Retrievers en una prueba diseñada para evaluar su capacidad de resolver problemas. En este experimento, los perros intentaron abrir un frasco de golosinas que, intencionalmente, era imposible de abrir. Los científicos recolectaron muestras de ADN y administraron oxitocina a algunos de los perros para analizar su comportamiento.
Los resultados fueron todo un hallazgo. Aquellos que tenían una variante genética específica del receptor de oxitocina mostraron una reacción más intensa a la hormona, lo que los llevó a buscar ayuda de sus dueños más rápidamente que los otros. Este hallazgo sugiere que, a través de la domesticación, la genética de los perros ha sido alterada de manera que afecta sus habilidades sociales y su relación con los humanos.
La evolución de los perros
La evolución del perro no se limita a su comportamiento. En este sentido, estudios anteriores han documentado cambios físicos, como una reducción en el tamaño del cerebro en comparación con sus antepasados salvajes. Esto se debe a que los perros domésticos viven en un entorno más seguro y cómodo, donde no necesitan luchar por su supervivencia. En este nuevo contexto, la adaptación ha llevado a un cambio en la forma en que los perros se comunican y se relacionan con las personas.
La investigación también menciona que, a medida que los perros han dejado atrás su papel de cazadores y protectores, han desarrollado características más enfocadas en la interacción social. Esta evolución biológica es un testimonio del profundo impacto que los humanos han tenido en la vida de estos animales.
La investigación sueca nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con los perros y cómo, a medida que evolucionamos nosotros, también lo hacen ellos. Esta nueva fase de domesticación podría marcar un antes y un después en la forma en que comprendemos y tratamos a nuestros fieles amigos, quienes, a su vez, han aprendido a buscar y dar amor de maneras que nunca habríamos imaginado.