Adiestrar a un perro es una de las decisiones más importantes que podés tomar como dueño. La edad en la que empezás a enseñarle a tu amigo de cuatro patas puede tener un impacto significativo en su comportamiento y en la relación que establecés, por eso te vamos a dar la guía básica sobre cómo hacerlo.
Para empezar, es importante conocer cuáles son las etapas del desarrollo canino, ya que estas influyen en su capacidad para aprender.
Etapas del desarrollo canino
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Etapa neonatal (0-2 semanas)
Durante este periodo, los cachorros son completamente dependientes de su madre. Esta fase se caracteriza por un alto grado de vulnerabilidad y no es el momento adecuado para el adiestramiento, ya que los cachorros no tienen la capacidad de interactuar con el entorno ni de aprender.
- Etapa de socialización (3-14 semanas)
Este es el periodo más crucial para la socialización. A esta edad, los cachorros son especialmente receptivos a aprender sobre su entorno y a interactuar con otros perros y personas. Según la Asociación Argentina de Veterinaria (AAV), esta es la etapa ideal para exponer a los cachorros a diversas experiencias, sonidos y situaciones.
- Etapa juvenil (6 meses a 2 años)
A partir de los seis meses, los perros comienzan a establecer su independencia y a probar límites. Aunque todavía están en una etapa de aprendizaje, se necesita un enfoque más firme y constante. La American Kennel Club (AKC) recomienda que el adiestramiento en esta etapa se centre en comandos básicos y el refuerzo positivo.
En esta etapa los perros pueden mostrar comportamientos desafiantes, y es fundamental seguir un entrenamiento estructurado para asegurar una buena convivencia.
Beneficios del adiestramiento temprano
Prevención de problemas de comportamiento: La falta de socialización adecuada puede llevar a comportamientos no deseados, como agresividad o ansiedad. Los perros que no reciben una socialización adecuada en sus primeros meses pueden desarrollar fobias o reacciones extremas ante situaciones cotidianas, lo que va a complicar su manejo en el futuro.
Fortalecimiento del vínculo: El adiestramiento no solo enseña al perro, sino que también fortalece la relación con su dueño. Pasar tiempo juntos durante el aprendizaje crea lazos más fuertes y confianza mutua. Este vínculo es fundamental para una convivencia armoniosa y puede influir en el bienestar emocional tanto del perro como del dueño.
Integración familiar: Un perro bien adiestrado se adapta mejor a la dinámica familiar. Los comandos básicos como “sentado” y “quieto” son esenciales para una convivencia armoniosa. La AAV resalta que un perro que obedece órdenes simples facilita la inclusión del mismo en actividades familiares y reduce el estrés en situaciones sociales.
Recomendaciones para el adiestramiento
1. Iniciar a los 3 meses
Comenzar el adiestramiento alrededor de los 3 meses maximiza la receptividad del cachorro. A esta edad, los cachorros están abiertos a aprender y explorar, lo que facilita la incorporación de nuevos comportamientos y habilidades.
2. Usar el refuerzo positivo
Los premios y el elogio son más efectivos que los castigos. La veterinaria y especialista en comportamiento canino, Mariana Pacheco, enfatiza que el refuerzo positivo mejora la motivación del perro para aprender. La ciencia respalda que los perros responden mejor a los estímulos positivos, resultando en un proceso de aprendizaje más efectivo y placentero.
3. Socialización continua
La socialización no debe detenerse una vez que el cachorro ha pasado la etapa de socialización inicial; es un proceso que debe continuar a lo largo de su vida. La AAV recomienda llevar a tu mascota a parques, eventos y reuniones con otros perros, siempre supervisando sus interacciones. Esto no solo ayudará a que tu perro se sienta cómodo en diferentes entornos, sino que también le permitirá desarrollar habilidades sociales.
4. Consultas con profesionales
Considerar clases de adiestramiento o consultas con un etólogo canino puede ser de gran ayuda. La AAV sugiere buscar profesionales certificados que utilicen métodos basados en la ciencia. Los cursos grupales son especialmente beneficiosos, ya que permiten al perro socializar con otros de su misma especie y aprender a manejarse en diferentes situaciones.