En el Delta de Tigre zoonosis se encarga de las campañas de vacunación de mascotas, se acercan en lancha y guían a quienes lo necesitan con las dosis de calendario. Pero el partido es muy grande y no da abasto. Ahí es cuando Leila aparece y se convierte en la favorita de las islas.
Leila Peluso tiene una lancha-consultorio con la que recorre el Delta del Paraná desde Tigre. Tiene pacientes en varios ríos de la zona y ha llegado hasta la isla Martín García para alguna consulta. Se graduó como médica veterinaria en 2017 y, aunque tuvo un paso por una clínica de mascotas, su papá le dio la idea de emprender.
"Desde chica me criaron para amar el Delta y hoy puedo unir mis dos pasiones con los animales", desde que se inscribió en la carrera sabía que quería trabajar día a día en contacto con ellos. Por eso, aunque casi opta por Biología Marina, consideró que con esta profesión estar con animales iba a ser parte de su rutina.
Cuando se graduó, el boca en boca de la zona hacía que la llamaran de distintos lugares, ella iba en lancha colectiva y pasaba mucho tiempo transportándose. Cuando finalmente decidió tener su propia lancha cabinada en la que puso camilla, para atender más cómoda a sus pacientes. Hoy diseña los recorridos para optimizar el consumo de combustible y poder cobrar menos a sus clientes.
Aunque gasta alrededor de 60 litros de nafta por día Leila elige mantener los precios bajos. En pandemia, explica, las personas gastaban más en el cuidado de sus mascotas pero hoy, con la inflación y la vuelta a la presencialidad, llegan a demorar tratamientos y cuidan más el bolsillo. La médica prefiere asegurarse que todos van a recibir atención y cobra un poco menos, “algo que se pueda pagar”, aclara.
El Destape acompañó a Leila en una de sus jornadas laborales que incluía vacunas de calendario, entrega de alimento balanceado y chequeos en sus pacientes; a mitad del día surgió una emergencia y ella indicó cómo atender a un animal lastimado mientras ella llegaba hasta allá.
Desde los muelles cuando la ven llegar los clientes le hacen regalos para que el recorrido le sea más leve, mientras los pacientes se acercan a saludarla y no tienen miedo a los pinchazos: saben que vienen acompañados de caricias.
Leila aprovecha para educar en cada casa acerca del correcto cuidado de las mascotas para evitar que una molestia se convierta en un problema. Insiste en que prevenir es mejor y más barato que curar, y que a veces el llamado llega muy tarde por esperar a que el problema pase solo.
Ante la pregunta de El Destape Leila también se toma el tiempo para desmentir los mitos más comunes del cuidado de mascotas, el rol educativo es otra parte de su trabajo ya que recorre el municipio ofreciendo charlas al respecto.
El mito más común tiene que ver con cuál es el mejor momento para castrar una hembra: “No es necesario esperar a que pase el primer celo, no es necesario que lo experimenten e incluso es mejor hacerlo antes para evitar los tumores de mamas”, aclara Peluso.
Aparte es muy común, relata la veterinaria, que se intente curar la sarna tirándole aceite quemado a los perros. Esto no genera ningún beneficio y no elimina el problema. En el mismo sentido, a los perros con moquillo les cuelgan un collar de marlo de choclo, una costumbre que no tiene ninguna explicación científica y tampoco cura la enfermedad. La idea de que se puede desparasitar animales con ajo es popular, pero no alcanza y pueden afectar al entorno al no eliminar del todo los parásitos.
Leila solo suspendió las visitas solamente cuando tuvo Covid, pero ya que Mahoma no fue a la montaña, la montaña llegó a ella: los vecinos llevaban a sus mascotas para que las revise a una distancia prudente y en el muelle. Su trabajo es necesario para mantener en buen estado a los miembros de las familias que no siempre pueden decir cómo se sienten. Hoy trabaja en cumplir el sueño de una veterinaria también en tierra, rodeada de animales del Delta.