El ministro de Educación, Nicolás Trotta, junto con los ministros y ministras y equipos técnicos de las 24 jurisdicciones analizaron el informe “Impacto de la pandemia en la educación de niños, niñas y adolescentes” presentado por UNICEF, construido en base a una encuesta de hogares de todo el país. El mismo reveló que el 91% de los hogares argentinos reportó que los chicos y las chicas tuvieron clases presenciales, y solo un 9% aún no retomó la presencialidad.
El informe muestra que la escolarización adoptó distintas modalidades: en la mayoría de las jurisdicciones se implementaron modelos mixtos (combinan presencialidad y clases remotas); otras priorizaron la presencialidad completa, mediante jornadas reducidas y organización de las aulas en burbujas. Finalmente, un tercer grupo solo sostuvo escolaridad remota.
En mayo, el 67% de los hogares reportó que las niñas, niños y adolescentes asistían a la escuela con modalidad combinada o presencial exclusiva. El 33% restante continuaba su educación a distancia, ya sea por efecto de suspensiones temporales, por casos o sospechas de casos positivos en las escuelas, o bien por decisiones jurisdiccionales vinculadas con la situación sanitaria.
Las percepciones de las personas encuestadas evidenciaron que hubo un fuerte trabajo de las escuelas, sus equipos directivos y docentes para que la vuelta a las aulas se produjera en entornos seguros y cuidados. La difusión de los protocolos de regreso a clases fue exitosa: prácticamente la totalidad de los adultos consultados afirmó conocer y comprender las pautas y recomendaciones de los protocolos escolares. Y 9 de cada 10 afirmó que, en las escuelas, se cumplen.
Asimismo, el relevamiento comprobó que la presencialidad escolar tuvo un impacto sumamente positivo entre las y los estudiantes: 9 de cada 10 familias destacaron que el regreso a las aulas había mejorado el estado de ánimo de las niñas y niños del hogar. En la misma proporción, los y las adolescentes afirmaron que se sintieron contentos al volver a la escuela y de encontrarse con sus pares. Se destaca también, entre los adolescentes, mayor motivación con el estudio y la realización de tareas.
El informe “Impacto de la pandemia en la educación de niños, niñas y adolescentes” también advierte sobre el deterioro de las condiciones sociales y económicas en hogares por la pandemia COVID-19, y su proyección en las trayectorias escolares y en el ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes en 2020. El documento indica también que el 78% de los adolescentes que abandonaron la escuela en 2020 retomaron la escolaridad en 2021. El principal motivo por el que no volvieron se debe al desenganche de la escuela durante la pandemia y no querer seguir estudiando.
En el 6% de los hogares relevados, por lo menos uno de los chicos o las chicas interrumpió su escolaridad durante 2020: ello representa que como mínimo 357 mil niños y niñas dejaron sus estudios en el primer año de la pandemia y hasta más de 690 mil. En 2021, 8 de cada 10 hogares donde hubo estudiantes que abandonaron la escuela reportaron que la retomaron. Sin embargo, en el 19% restante los chicos y chicas no volvieron a clases, con fuertes disparidades entre regiones. En el noroeste y en el AMBA, estos valores ascienden a 29% y 26% respectivamente.
El acceso a la tecnología es uno de los desafíos más relevantes que se advierten en el actual contexto de escolaridad en pandemia. El análisis conjunto de equipamiento y conectividad muestra que, en 2021, el 26% de los hogares tiene una situación desfavorable: no tienen dispositivos para trabajo escolar o no tienen internet domiciliario. Adicionalmente, los datos muestran que 1 de cada 4 hogares cuyos chicos y chicas cursan exclusivamente a distancia carecen de recursos TIC.
El informe “Impacto de la pandemia en la educación de niños, niñas y adolescentes” se enmarca en la cuarta encuesta de UNICEF a hogares con chicos y chicas, representativa de todo el país, realizada entre el 24 abril y 12 mayo de este año.