La donación de órganos es un tema de vital importancia en Argentina y un acto de generosidad que puede cambiar vidas. En este país, el sistema se rige por regulaciones estrictas y valores éticos que garantizan la integridad del proceso y la igualdad de acceso a todos los ciudadanos.
Según informó el el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), organismo que impulsa, normaliza, coordina y fiscaliza las actividades de donación y trasplante de órganos, tejidos y células en Argentina, en 2022, 4.024 pacientes en lista de espera recibieron un trasplante de órganos y córneas, lo que significa un incremento del 24 por ciento en la cantidad de trasplantes con respecto a 2021.
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Del total de pacientes trasplantados, 1.985 recibieron un trasplante de órganos, siendo 1.681 de donantes fallecidos y 304 de donantes vivos. En total se realizaron 1.367 trasplantes renales, 422 hepáticos, 107 cardíacos, 35 renopancreáticos, 32 pulmonares, 17 hepatorrenales, 2 pancreáticos, 1 cardiorrenal, 1 cardiopulmonares y 1 intestinal, y 2.039 trasplantes de córneas. De este informe también se destaca que entre los pacientes que recibieron un trasplante, 328 fueron pediátricos –menores de 18 años–, de los cuales 207 recibieron un trasplante de órganos, y 121 de córneas.
Desde la implementación de la Ley Justina en 2018, cada persona mayor de 18 años se considera potencial donante de órganos o tejidos, a menos que haya expresado su negativa de manera previa.
Sin embargo, es fundamental desmitificar los conceptos erróneos que rodean este tema y promover la información precisa.
Mito 1: Toda persona fallecida puede ser donante
Este es uno de los mitos más comunes, pero es importante entender que la donación de órganos depende de las circunstancias de la muerte. Para que una persona sea un potencial donante, su fallecimiento debe ocurrir en una unidad de terapia intensiva de un hospital y debe ser certificado bajo criterios neurológicos. Esta condición se cumple en aproximadamente 4 de cada mil casos. Dar a entender que todos los fallecidos pueden ser donantes es un error fundamental que demuestra un desconocimiento del proceso.
Mito 2: El sistema de donación y trasplante argentino carece de transparencia
El sistema argentino de donación y trasplante es reconocido regional y mundialmente por su organización, marco legal y sistema de registro que garantizan la trazabilidad de los procesos y la transparencia. La Organización Mundial de la Salud ha elegido a Argentina como uno de los tres Centros Colaboradores en materia de Donación y Trasplantes en el mundo, junto con España e Italia.
Además, cualquier persona con conocimiento de actividades ilegales relacionadas con la donación y el trasplante puede denunciarlo. Los representantes del poder legislativo tienen la obligación de hacerlo. Esto garantiza la integridad del sistema y la ética en el proceso.
Mito 3: El personal de salud no se esforzará por salvar a una persona que es donante de órganos
Esto es completamente falso. El equipo médico siempre hace todos los esfuerzos posibles para salvar la vida de una persona. La donación solo se considera como una opción después de agotar todas las posibilidades de salvamento y cuando se ha declarado la muerte encefálica. Además, el equipo médico encargado de la ablación de órganos no es el mismo que trata a la persona con vida, garantizando así la prioridad de la atención médica.
Mito 4: Argentina tiene suficientes donantes de órganos
La realidad es que Argentina enfrenta una escasez significativa de órganos y tejidos disponibles para trasplantes. Actualmente, hay más de 7 mil personas en lista de espera para recibir un trasplante que podría salvar sus vidas, y otras 2.876 personas necesitan un trasplante para mejorar su calidad de vida.
Mito 5: Existe un tráfico de órganos en Argentina
No hay evidencia de tráfico de órganos en Argentina. El país opera bajo un único sistema nacional de trasplantes supervisado por el INCUCAI, que garantiza la legalidad y la ética en el proceso. La legislación argentina prohíbe expresamente el comercio de órganos y protege la identidad de donantes y receptores.
Mito 5: Los menores de 18 años no pueden ser donantes
En el caso de personas menores de 18 años, la autorización para la obtención de órganos y tejidos debe ser otorgada por ambos progenitores o por el representante legal del menor. La oposición de uno de los padres elimina la posibilidad de llevar a cabo la extracción en el cuerpo del menor.
Con todo, la donación de órganos es un acto de generosidad que puede salvar y mejorar la calidad de vida de muchas personas. Es esencial desmitificar estas creencias erróneas y fomentar la solidaridad. Aumentar la conciencia y el número de donantes es esencial para enfrentar la creciente lista de espera y brindar una oportunidad de vida a quienes la necesitan.
Con información de la Agencia de Noticias Científicas