La masiva protesta de médicos el lunes 17 de agosto que incluyó una larga caravana de vehículos y un acto con cuelgue de guardapolvos y ambos en el ingreso del Ministerio de Salud cordobés –en el complejo Pizzurno- visibilizó un problema que al principio de la pandemia por el coronavirus ya fue denunciado por el personal de los servicios de salud pública y privada: bajos salarios, pluriempleo, aprietes y malos tratos.
La movilización del lunes fue motorizada por Médicos Autoconvocados de Córdoba (MAC), pero también adhirió la Asociación de Auditoría y Calidad de Atención Médica, el Círculo Médico y el Consejo de Médicos y, según los organizadores, “es la continuación de la protesta del 25 de mayo” donde miles de cordobeses de toda la provincia salieron a movilizarse en forma espontánea contra la criminalización de los trabajadores de la salud. Esto ocurrió luego de que el médico Lucas Figueroa, que había denunciado la falta de cuidados preventivos y medidas de seguridad en el geriátrico Santa Lucía de Saldán, fuera imputado por la Justicia cordobesa por propagar el virus COVID-19.
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La marcha sirvió para visibilizar que, en cinco meses, las condiciones laborales siguen siendo las mismas o peores que en marzo, cuando se lanzó la cuarentena preventiva, frente al avance de la pandemia del COVID-19.
En Córdoba, por caso, ya hay más de 5 mil infectados por coronavirus, de los cuales murieron 87 pacientes. “Es urgente e indispensable que se realice el testeo diagnóstico periódico a todos los trabajadores hospitalarios de la provincia, como ya hemos pedido anteriormente en reiteradas oportunidades al ministro de Salud, Diego Cardozo, y a las autoridades del Centro de Operaciones de Emergencia (COE). En el Hospital Materno Neonatal hay un nuevo caso de una enfermera; en el Hospital Córdoba se cerró la UCI y hay al menos dos trabajadores contagiados; también recibimos denuncias de trabajadores contagiados en el Hospital San Roque",enumeró Gastón Vacchiani, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS). "Eso habla a las claras que la pandemia ya está atacando a los trabajadores de la salud, primera línea en el combate del virus. Desde marzo venimos denunciando que la principal razón de contagio hospitalario es el pluriempleo y la falta de insumos para protegernos”, apuntó.
El dirigente de la UTS le dijo a El Destape que “desde marzo venimos planteando el cese del pluriempleo, el detonante fue el caso del Hospital Italiano; ya denunciamos ante las autoridades la necesidad de tender al cese del pluriempleo, para lo cual creemos esencial que se otorguen licencias especiales sin afectar el salario a todo trabajador o trabajadora que preste funciones en dos o más instituciones, del sector público o privado". Por otro lado, indicó que propusieron que "en todos los hospitales se implemente la división del personal en grupos, y la rotación para un mejor manejo de los testeos, controles de la aparición de los síntomas, o surgimiento de casos asintomáticos entre el personal de salud”.
Vacchiani apuntó que “hace cinco meses, los pacientes eran ancianos, después bajó el rango etario y ahora los que caemos somos los miembros de los equipos de salud. Cuando se queden sin médicos ¿quién va a combatir el virus?”. En tanto, desde el Círculo Médico señalaron que “estamos transitando con gran tensión en el sistema de salud una época que amerita aunar esfuerzos y trabajar sobre objetivos comunes. Nos resulta repudiable todo aquello que obedezca a intereses mezquinos”.
“En medio de esta situación de la pandemia, hemos tenido varios profesionales que han venido reclamando porque no tenemos los equipos de protección necesarios o por los salarios dignos porque no se cobraron los bonos, y ha habido aprietes por parte de directivos de los hospitales y de las autoridades del Ministerio de Salud", aseguró Julio Viscardi, dirigente de la Asociación de Auditoría y Calidad de Atención Médica. "La presión es muy grande, los honorarios son bajos, no hay un reconocimiento al esfuerzo, no hay elementos de protección personal y encima hay aprietes y desplazamientos de colegas”, agregó. Asimismo, Viscardi señaló: “Se está intentando armar un Colegio Médico independiente, pero nos hicieron llegar un anteproyecto de un Colegio Médico que el Gobierno luego desconoció, sin embargo la idea sería atar este Colegio a los caprichos del gobierno de turno, lo cuál es algo que no queremos en la comunidad médica”.
Desde el Consejo de Médicos, la entidad que otorga las matrículas profesionales, coincidieron en criticar la formación de un Colegio de Médicos bajo un paraguas estatal: “Como consecuencia de la situación crítica de la salud que se viene arrastrando desde hace años, agravada por la pandemia de COVID-19, ha provocado reclamos y movilizaciones importantes y ha planteado con fuerza la necesidad de la organización gremial. El anónimo anteproyecto parece querer montarse en esta realidad que describimos, pero menoscabando las funciones del Consejo de Médicos, poniendo en riesgo la existencia misma de la Federación Médico Gremial y los colegios que funcionan en el interior provincial, confundiendo las funciones deontológicas y gremiales, proponiendo una curiosa estructura creada por ley con participación del Estado”.
Aprietes a médicos
Respecto de los aprietes denunciados, un caso que tuvo una fuerte repercusión fue el despido de Medardo Avila Vázquez, jefe del Servicio de Neonatología y Pediatría de la clínica privada Caraffa. Este reconocido médico fue echado de la clínica tras haber comprado sin autorización un medicamento de sólo $ 1.000 para un paciente de 2 años de edad con leucemia. Y la semana pasada se conoció el caso de Pablo Igarzábal, un médico del Hospital Córdoba quien denunció que Martín Najos, director General de Hospitales del Ministerio de Salud de Córdoba, lo llamó “muy nervioso y en malos términos" y le pidió que “nos dejemos de joder con los Autoconvocados”, en relación a una nota publicada por el Movimiento Autoconvocados de Córdoba.
Igarzábal le dijo a El Destape que “podemos tener pareceres distintos entre colegas; pero claramente, cuando se trata de un funcionario a un trabajador, y en esos términos, es un apriete". Y siguió: "En nuestro hospital está muy complicada la situación y estamos trabajando con muchísima responsabilidad para merecernos ésto; menos en épocas dónde nuestra dignidad laboral se encuentra pisoteada”.
Mientras que los médicos residentes del Hospital Córdoba elevaron una nota al director Guillermo Moisés Azize, en la que le hacen saber “nuestras preocupaciones, interrogantes y malestares a raíz de la situación actual en el contexto del brote de casos positivos de COVID-19 en el Hospital Córdoba”. El documento al que accedió El Destape, describe que “muchos de nosotros/as en diferentes oportunidades hemos presentado síntomas, tanto dentro del brote intrahospitalario como fuera de él; al consultar a nuestros/as superiores en torno a las medidas a seguir en ambas situaciones, las respuestas han sido dispares, lentas e imprecisas". Y sigue: "En ocasiones hemos encontrado respuestas que ignoraban protocolos a seguir y/o han sido disimiles para casos semejantes”.
Los residentes también reclamaron porque “las capacitaciones que hemos recibido para sortear esta situación epidemiológica y reconocer las diferentes vías de actuación han sido escasas, no han estado distribuidas en el tiempo ni han recibido actualizaciones suficientes a lo largo de la situación de pandemia pese a que los protocolos de actuación e incluso la misma definición de caso sospechoso ha variado en estos meses”.
En cuanto a los equipos de protección personal, los médicos residentes del Hospital Córdoba se quejaron de “los que hemos recibido no han sido distribuidos a todos los equipos de trabajo de manera equitativa". Y apuntaron que "inicialmente fue difícil acceder a los mismos y en estos últimos meses el principal obstáculo ha sido la falta de reposición adecuada a los tiempos de uso estandarizados para cada componente". Por estas faltas de equipo, han tenido que realizar tareas sin la adecuada protección o, advierten, "al negarnos a realizar las mismas sin los equipos de protección profesional correspondientes, nuestra atención se ha visto afectada". Por último, resaltan que "hay personal en igualdad de condiciones de exposición al virus con directivas diferenciadas en torno a cómo actuar, personal aislado sin seguimiento, usuarios/as del Hospital sin respuestas, personas con enfermedades crónicas que no acceden a consultas, atención y medicación, sin más respuesta que la postergación de las mismas".