La vuelta a las clases presenciales fue una de las principales fuentes de propagación de los contagios por coronavirus que impactó de lleno en la llegada de la segunda ola de la pandemia. A esa conclusión llegaron investigadores del CONICET que publicaron un paper que pone en serias dudas la decisión unilateral de Horacio Rodríguez Larreta de mantener la presencialidad en las aulas pese a las advertencias sanitarias en contra.
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En cambio, la suspensión de las clases presenciales logró disminuir la circulación viral en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), según los relevamientos científicos que respaldan la decisión de Alberto Fernández de suspender la enseñanza presencial desde el pasado 19 de abril.
El parate temporal de la presencialidad en las aulas fue apoyado por la provincia de Buenos Aires y buena parte de los gobernadores a excepción del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que se rebeló al decreto presidencial y mantuvo a los alumnos en las aulas pese al veloz incremento de los contagios por COVID-19.
Según los informes científicos, la suspensión temporal de la presencialidad en las aulas contribuyó a disminuir la circulación viral y a colaborar a la baja de la curva de contagios. Como contracara, el relevamiento concluye que la vuelta de los alumnos a las aulas a principios de 2021 impactó directamente en el aumento significativo de los casos y a la llegada anticipada de la segunda ola de la pandemia del coronavirus a principios de este año.
Además, los científicos concluyeron que los protocolos sanitarios dentro de los establecimientos escolares no funcionaron y que muchas burbujas fallaron. "Muchos establecimientos educativos fueron cerrados por los brotes de contagios, al mismo tiempo que fueron levantados numerosos cursos", puntualiza el informe.
En ese marco, los científicos resaltaron que los contagios que se produjeron dentro del sistema escolar sirvieron "como una fuente de propagación del COVID en distintas regiones del conurbano".
"El comportamiento de la curva de contagios, que refleja una suba pronunciada a menos de un mes del inicio de clases, nos da una idea de la magnitud efectiva del efecto que tuvo el inicio de las clases presenciales en conjunto con la falla parcial de los protocolos. Está comprobado que los niños pueden infectarse de la COVID-19, que pueden contagiar y que, en un número considerable de casos, el cuadro puede tener complicaciones graves. Es importante señalar que cada niño contagiado en un colegio funciona como un propagador de la enfermedad al interior de sus respectivos núcleos familiares", alertan los científicos.
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Clases presenciales, ¿sigue el modelo?
"El inicio de las clases presenciales ha contribuido de forma significativa a la propagación del SARS-COV-2 en la Provincia de Buenos Aires y la región del AMBA, con sus consecuentes implicaciones para el resto de las regiones del país", señala el informe llevado adelante por Federico Holik, Andrés Kowalski, Marcelo Losada, Maria Leticia Rubio Puzzo y Victoria Vampa, todos investigadores del CONICET y referentes científicos de universidades públicas.
Según el informe, la abrupta suba de contagios se dio a partir de la tercera semana del reinicio de las clases presenciales a comienzos del ciclo lectivo 2021. "Esto sugiere que las clases funcionaron como un evento de contagio masivo, que influyó de forma significativa en el aumento del número de infectados", subraya el trabajo científico.
A su vez, el aumento de los contagios por coronavirus impactaron directamente en la suba de la ocupación de camas de terapia intensiva en el sistema de salud y al aumento del número de fallecidos a causa del virus.