Avanza la ley de etiquetado frontal de alimentos: quiénes se oponen y cómo impacta la alimentación en pandemia

Esta semana se discutió en un plenario de tres comisiones en la Cámara de Diputados. Quiénes se oponen a la sanción de esta ley y cómo impacta la pandemia en la importancia que le damos a la alimentación.

02 de mayo, 2021 | 00.05

Luego de la media sanción que tuvo en la Cámara de Senadores el año pasado, el proyecto de Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos continúa su recorrido en la Cámara de Diputados. Esta semana se debatió en un plenario de tres comisiones: Legislación General; Acción Social y Salud Pública; y Defensa del Consumidor, del Usuario y de la Competencia y de Industria.

Resta que se discuta en una comisión más en una fecha aún no definida. Si bien hasta ahora no fueron solicitados cambios, algunxs diputadxs esperan poder realizar modificaciones en torno a las excepciones.

De qué trata el proyecto

Este proyecto busca, por un lado, el rotulado en forma de octógonos de color negro sobre el frente de los envases, que deberán informar a los usuarios si el alimento contiene exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.

Además, promueve la alimentación saludable y establece que el Consejo Federal de Educación deberá promover la inclusión de actividades didácticas y políticas que establezcan los contenidos mínimos de educación alimentaria nutricional en los establecimientos educativos de nivel inicial, primario y secundario del país.

En otras palabras, el objetivo de esta Ley es acercarle el derecho a la alimentación adecuada y, por consiguiente, a la salud de todxs los consumidorxs.

“Hoy en día, no tenemos idea lo que consumimos, es decir, no sabemos si ese producto esconde o no algún riesgo”, reclama el licenciado Ignacio Porras, Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales (SANAR).

Y añade: “Actualmente tenemos un consumo de 185 kg por cápita por año de productos ultraprocesados: productos comestibles y bebibles que suelen estar acompañados de un exceso de ingredientes críticos como sodio, azúcares, grasas saturadas, grasas trans, grasas totales”.

Otra de las claves del proyecto está en la publicidad dirigida a la población infantil. Existen alimentos muy poco saludables que contienen diseños que buscan ser atractivos para los niñxs. “Es importante separar el juguete y/o el sticker del alimento y todas esas cosas que entran por el ojo de los niños”, opina Natalia Manini, integrante del Movimiento Nacional Campesino Indígena Somos Tierra.

Quiénes se oponen a la ley de Etiquetado Frontal de Alimentos

Las industrias azucareras y la de los ultraprocesados han demostrado ser los principales opositores a este proyecto ejerciendo lobby sobre disntintxs legiladorxs. Esto quedó demostrado durante el debate en comisión en la Cámara Alta, cuando la senadora Silvia Elías de Pérez (Cambiemos/Tucumán) dijo que con esta norma se estaba "demonizando" el azúcar.

Sin embargo, para la cocinera Narda Lepes no todos los empresarios o productores piensan igual “pero sí los cinco más pesados que se encuentran dentro de La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL)”. Y agrega: “Esos son los que producen el 80 % de los ultraprocesados a gran escala”.

Por su parte, Porras añade que existen ciertos funcionarios públicos que, por más que actualmente trabajen en el Estado, tuvieron posiciones importantes en la industria. “Es el caso de Jorge Neme, un ex director de una azucarera que actualmente se desarrolla en Cancillería como secretario. Él fue quien manifestó que esto debería tratarse vía Mercosur, como si desconociera la soberanía de los países que son miembro para dictar leyes en favor de la salud pública”.

“Es lógico que las industrian grandes vean la necesidad de armar las normas según sus propios intereses y esos no son alimentar a la población sino comercializar lo mas barato posible”, remarcó Manini.

Otro de los puntos más importantes de la iniciativa tiene que ver con la mejora de la asistencia alimentaria por parte del Estado. De aprobarse, y ante la situación de tener que comprar alimentos, el Estado deberá elegir el que menos sellos de advertencia tenga. “Esto es una forma de mejorar la asistencia alimentaria que actualmente se le está brindando a personas en situación de vulnerabilidad”, añadió Porras.

El impacto de la pandemia

La pandemia y el hecho de estar más tiempo en nuestras casas nos invitó a pensar mucho más en la comida. En relación a este aspecto, Manini sostuvo que este contexto le brindó la oportunidad a quienes producen alimentos sanos de acercarse a lxs consumidores. “Es una forma distinta de distribuir y de salir de la lógica del ‘supermercadismo’, o de las cadenas que manejan los precios y qué comemos. La Pandemia nos permitió visibilizarnos y revalorizar los mercados de cercanía”.

En la misma línea, Lepes plantea que es la primera vez que miramos un poco más este tema y que se lo toma en serio. “Cuando estuvimos en cuarentena de lo único que hablábamos era de comer. Y el programa que más rating tiene hoy en la televisión es de comida. Tenemos que hacerles sentir al Congreso que la gente está mirando lo que están haciendo y que los que voten en contra quedarán en la historia”.

Esta iniciativa tuvo transparencia desde su construcción. Nació de distintos partidos políticos y de más de 10 proyectos. Está basada en la mejor evidencia científica y sin financiamiento de las industrias alimentarias, farmacéuticas o de bebidas alcohólicas o no alcohólicas. También tuvo en cuenta la evidencia científica generada por el Ministerio de Salud que determinó en dos estudios que realizó que el mejor perfil de nutrientes es el de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Por eso, esta ley es la mejor que podemos tener en este momento”, concluyó Porras.

LA FERIA DE EL DESTAPE ►