Nicolás Pasquali, un joven argentino de 32 años, se encuentra en la recta final de un sueño: recorrer todos los países del mundo. Tras más de ocho años de aventura, ya visitó 194 naciones, acercándose al objetivo de ser el primer argentino en completar este logro.
Este joven, oriundo del barrio porteño de Belgrano, tejió una historia de aventura, desafíos y aprendizajes, inspirando a muchos a perseguir sus propios sueños.
La inquietud de Nicolás por conocer el mundo comenzó a los 12 años, por aquel 2004, durante un viaje familiar a Brasil. Fue allí donde se dio cuenta de la diversidad cultural que existe en el planeta. "Me voló la cabeza ver personas diferentes a nosotros", recuerda. Con la llegada de Internet, su curiosidad se expandió aún más, y a los 19 años se lanzó a la aventura de su vida. En sólo cuatro meses recorrió Sudamérica.
La financiación de su travesía ha sido un aspecto fundamental en su historia. "No es que tengo una familia de guita", aclara Nicolás. Desde joven, trabajó incansablemente en diversos empleos: desde dar clases de tenis hasta manejar para Uber y vender electrodomésticos en línea. Estudió administración de empresas y se especializó en finanzas, con el objetivo de generar un capital que le permitiera viajar sin restricciones económicas. A los 26 años logró reunir el dinero necesario y decidió emprender su viaje a tiempo completo.
Uno de los aspectos más impactantes de su aventura han sido las experiencias extremas que ha enfrentado. En 2019, por ejemplo, fue secuestrado en Mauritania junto a un amigo. Luego de tres días de cautiverio, lograron escapar de un grupo armado que los había capturado en el desierto. A pesar de este traumático episodio, Nicolás continuó su camino, impulsado por el deseo de explorar y conocer diferentes culturas.
Quedó atrapado en una isla y fue secuestrado: las peripecias del argentino que busca visitar todos los países del mundo
Tampoco faltaron las situaciones inesperadas. En Guinea Bissau, se encontró atrapado en una isla inhóspita durante 11 días, donde convivió con una tribu local. "Cuando caí en la realidad de que si me pasaba algo nadie se iba a enterar, entré en pánico", confesó. Sin embargo, a pesar del miedo, la experiencia le permitió conectar profundamente con una forma de vida que le resultó “fascinante".
Nicolás también tuvo que enfrentarse a la burocracia y la corrupción en varios países. En el Congo, estuvo preso por negarse a pagar una coima de 300 euros para cruzar la frontera. "Los africanos son muy corruptos y es habitual que te pidan plata para todo", explicó.
Sin embargo, a pesar de todos estos obstáculos, su objetivo sigue siendo claro: visitar los 196 países del mundo. Hasta el momento, ya visitó 194 y se encuentra en Senegal trabajando en la logística de su próximo destino.
Nicolás no solo busca la aventura; también desea dejar un mensaje inspirador. "Hay que atar los cables del sistema para liberarse y hacer lo que realmente querés hacer", sostiene. Su experiencia ha demostrado que, con dedicación y planificación, es posible alcanzar metas que parecen inalcanzables.
Una vez que complete su travesía, Nicolás planea regresar a Argentina, aunque con una visión renovada de la vida. "Me muero por tener una familia y compartirles lo que pude hacer", dice, con la esperanza de que sus futuros hijos puedan aprender de sus vivencias. Para él, el viaje ha sido más que una simple aventura; ha sido un viaje de autoconocimiento y crecimiento personal.