Infancias y memoria colectiva: cómo se aborda el 24 de marzo en las escuelas

Reflexionar sobre el horror y el dolor que produjo la dictadura es un desafío en las aulas cuando se trata de las infancias. A pesar de ello, docentes se las ingenian para mantener viva la Memoria, la Verdad y el pedido de Justicia. Qué pasa puertas adentro para no olvidar.

24 de marzo, 2023 | 00.05

Este 24 de marzo, además de conmemorarse el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, se celebran 40 años de democracia ininterrumpida. Este aniversario implica de fondo un proceso sociocultural y demográfico que no puede quedar en un segundo plano y es que en la Argentina contemporánea coexisten varias generaciones, muchas nacidas en plena democracia, y actualmente las infancias crecen y se socializan en hogares e instituciones donde los cuerpos no cargan con la memoria viva y la experiencia biográfica de aquel período de oscuridad.

Esta lejanía, de alguna manera inevitable por el paso del tiempo, implica la necesidad de fortalecer la construcción social de la memoria colectiva como dimensión conflictiva y dinámica. La forma en que se evoca el pasado, el sentido y contenido que a éste se le administra, responde en general a las características y complejidades del presente político y el ordenamiento de los discursos hegemónicos. Por eso, como toda dimensión social, la memoria es un espacio de lucha simbólica y la columna vertebral de la construcción del sentido de la vida colectiva de cara al futuro.



En ese sentido las escuelas e instituciones educativas, y el trabajo docente, constituyen dispositivos historizadores, correas intergeneracionales de transmisión de conocimientos y memorias, sobre todo en tiempos de crisis de representación signados por un fuerte avance de los discursos negacionistas, el crecimiento de las nuevas derechas en los poderes del Estado y el cuestionamiento a los consensos democráticos fundamentales.

Hechos históricos como pueden ser el 24 de marzo o la última dictadura cívico militar implican además sumergirse en territorios donde conviven el dolor, las violencias y las ausencias. Por eso en las escuelas, sobre todo a nivel inicial y primario, el trabajo con las infancias se centra en un acercamiento a la temática habilitando espacios de circulación de la palabra, reflexión, expresión artística, y recuperación de memorias del pasado desde la perspectiva de la defensa de los derechos, sin necesidad de enfocarse en el horror y los crímenes.

Las experiencias en nuestro país son tan diversas como enriquecedoras y dependen muchas veces del acompañamiento institucional, la voluntad del docente, el compromiso familiar e incluso del capital social y cultural de lxs alumnxs.  No obstante, la práctica no puede reducirse exclusivamente a lo que sucede en el aula o durante la clase. La pedagogía de la memoria implica la continuidad dialógica con el exterior, como un ejercicio permanente de ciudadanía. Para ello se ponen en marcha instancias de intercambio y actividades enfocadas en derechos, memoria e identidad que también involucren a lxs adultxs responsables, familiares y toda la comunidad educativa en general.

Experiencias democráticas en las aulas y pedagogía de la memoria

Lucía Castiñeira trabaja como docente de 6to y 7mo grado en la Escuela N°16 D.E. 14 de la Ciudad de Buenos Aires. Lo primero que destaca es la necesidad de atravesar el tema de la Dictadura siempre valorizando lo que significa vivir hoy en democracia, y generando ejercicios que en el aula promuevan actitudes democráticas: “En mis grados nos tocó organizar el acto del Día de la Memoria y un ejercicio desafiante fue que los chicos y las chicas tomaran decisiones sobre el acto, la música, quiénes iban a hablar, quiénes iban a la bandera. Debatieron y votaron todo, y el discurso que se va a leer lo escribió uno de los chicos. En un contexto como el que vivimos, donde la democracia se pone en peligro en un montón de situaciones lamentables, es fundamental poner en valor el derecho a elegir, a ser escuchado”.

Para la organización del acto alumnxs y profesores trabajaron de forma mancomunada con la idea de representar los diferentes momentos históricos : “La idea que tuvieron las chicas para el acto era bailar murga, entonces pensamos en esa expresión como una escena de la democracia. Y en paralelo quisieron representar una escena de la dictadura, que es una foto de Daniel García donde se ve que están deteniendo a una persona en la vía pública en la Marcha de ‘Pan, paz y trabajo’ de 1982. El profe de Naturales y Matemática, que también da Plástica, trabajó con ellos cómo representar una foto a través de un hecho artístico. Entonces el acto arranca con esta performance sobre la dictadura, y termina con la escena de la democracia que es las chicas bailando murga”.

En general durante el primer ciclo, y sobre todo en los primeros años, se recomienda el uso de recursos culturales como libros, revistas, cuentos y canciones prohibidas, muestras de arte, y videos que tocan el tema de una forma acorde a la edad. A partir de séptimo grado se acude a materiales históricos de lectura y artículos periodísticos: “En 4to o 5to grado se trabaja mucho el cuento de Osvaldo Soriano que se llama El Negro de París, donde se cuenta la historia de una familia en el exilio, lo que implica reponer algo del contexto histórico. También se trabaja a partir de conocer a las Madres, las Abuelas, los Nietos y las Nietas recuperadas. Hablar de algunas historias de vida concretas sirve para ponerle carne a la historia. Recién en 7mo entra el tema de la Dictadura en el diseño curricular, como contenido histórico. Y eso es importante aclararlo: no es lo mismo el ejercicio de educar para la memoria que enseñar historia”.

“Yo me propongo que los chicos y chicas entiendan la complejidad social, los diferentes actores sociales, los distintos intereses en juego, políticos, económicos, sociales y culturales", subraya la educadora de la escuela de Paternal. Y agrega: "Este año trabajé sobre ‘¿Quiénes eran los Desaparecidos y las Desaparecidas?’, y para eso hicimos un recorrido histórico, observamos todo el proceso, analizamos casos, fuentes, fotografías y textos como el Nunca Más. El sentido es empezar a armar una mapa de la época y complejizarlo sabiendo quiénes eran y qué pensaban los desaparecidos, qué otros modelos de país querían. Es importante entender el pasado, para analizar el presente y construir un futuro, y eso implica un ejercicio de desnaturalización y sensibilización constante”.

Las reacciones son muy distintas, aunque en general hay mucha sorpresa cuando entienden que es un hecho del pasado reciente. Esto se observa en las visitas de algún familiar de un detenido desaparecido la escuela o a través del relato de algún profesor: “Para el acto estábamos eligiendo las canciones y pusimos en el aula Los Dinosaurios, de Charly García. Se acercó una maestra de otro grado y un profe que les contaron cómo ellos habían vivido la dictadura siendo estudiantes. Si bien para ellos 40 años es mucho, el ver y escuchar a gente que lo vivió les hace tomar otra dimensión y acerca un tema que está quedando cada vez más lejos en las nuevas generaciones. Por eso como docentes tenemos el compromiso de poner este tema en la agenda y crear actividades que sean significativas, que los atraviesen”.

Alejandra da clases en la Escuela Primaria Común N° 10 Presidente Manuel Quintana del barrio de Balvanera, en Ciudad de Buenos Aires, y en dicha institución el proyecto anual que elaboraron está basado en la construcción de las identidades: “Comenzamos desde la primera semana con el nombre propio, la elección del mismo, leímos cuentos acerca de la importancia de tener desde un nombre, hasta una familia”. Como se trata de un proceso durante toda la cursada irán desarrollando diversas actividades como una visita a la Plaza de Mayo, la famosa Ronda de los jueves, conocer Teatro por la identidad, charlas de referentes como Carola Noriega, de DDHH Morón; Norita Cortiñas, cofundadora de Madres de Plaza de Mayo y posteriormente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; o la legisladora porteña e hija restituida, Victoria Montenegro.

Además, para generar una referencia cercana y enraizar la memoria, hacen especial hincapié en vincular la temática con los lugares de interés cercanos en el barrio. “Lo hacemos con soltura y pensando en el trabajo continuado de nuestras infancias años tras año para ir profundizando. El acto del 24 de marzo es una buen oportunidad para contarles a las familias, sobre todo a muchas que son inmigrantes y tal vez no estén tan embebidas, lo que nos dejó la última dictadura cívico militar”, explica la maestra.

Antonella Bianco es profesora de Música y Gestión Cultural de la Escuela Media N°  6 del D.E. 5, emplazada en la Villa 21 – 24. Por la particularidad de su área, el abordaje de la memoria se genera desde proyectos culturales: “Nosotros trabajamos alrededor de lo que fue el Siluetazo y la idea esta semana es hacer uno en la escuela. Las producciones alrededor de esto por parte de los chicos y chicas fueron muy interesantes porque pudieron recuperar un montón de inquietudes y hacer preguntas. El rol del arte y la cultura es la denuncia y la visibilización de lo que pasó, y en los más chicos a través de canciones de denuncia o prohibidas durante la dictadura”.

Los recursos musicales, artísticos y literarios son dispositivos amigables para introducir problemáticas como la censura y la suspensión del derecho a la libertad de expresión. Para ello cantan canciones de María Elena Walsh o leen libros infantiles prohibidos en la dictadura como "Monigote en la arena" y "La Planta de Bartolo" de Laura Devetach;  "El pueblo que no quería ser gris”, de Beatriz Doumerc y Ayax Barnes; o "Un elefante ocupa mucho espacio" de Elsa Bornemann. También suelen recurrir a materiales pedagógicos emitidos y producidos por Canal Encuentro y Paka Paka como los capítulos de Zamba que atraviesan con temas complejos como la desaparición de personas y el robo de bebés

“Tenemos que entender que así como se cumplen 40 años de democracia, son 47 del inicio de la dictadura cívico militar, por lo tanto en muchas ocasiones ni siquiera los padres de los chicos y chicas habían nacido", subraya la profe de música. Y agrega: "El rol que tienen los docentes y las docentes es poder acercar a los pibes y pibas desde distintas experiencias lo que significó. Y en general los chicos y chicas lo reciben muy bien. Es muy emocionante poder escucharlos recuperar un montón de emociones y palabras alrededor de la fecha y la construcción de la identidad”. Por otro lado, para el acto formal, la escuela decidió homenajear a los vecinos y vecinas que eran miembros de la Junta Vecinal de la Villa 21 24, desaparecida en su totalidad, hoy presentes a partir de una baldosa emplazada en la puerta de la escuela.

“En líneas generales ya no hay resistencias a la temática, como si lo hubo en un comienzo, pero lxs profes lo incorporamos en su mayoría a la currícula sobre todo pensando en la proliferación mediática de los discursos negacionistas y los discursos de odio en la actualidad. En estos 40 años de democracia hay un rol muy importante de la escuela como espacio que nos permita desandar esos discursos que bombardean mediática y permanentemente a los pibes jóvenes respecto de lo que pasó y del cuidado de la democracia”, concluye Antonella.

Lucia Shaffner es maestra de 5to de la Primaria N°13 de Islas, en el Delta de Tigre. Menciona que comenzó hablándole a lxs niñxs sobre su identidad y sus derechos, a partir de diferentes juegos, cuentos y poesías: “Les explico que ellos deben hacerse valer y que los adultos tenemos la obligación de respetarlos”. Una vez que les niñes incorporan y reconocen estos derechos, los vincula con los derechos de los adultos y les explica que “hubo un momento en nuestro país en el que estos derechos fueron violados y no fueron respetados”. Asimismo lleva a las clases obras y canciones de artistas conocidos por ellos, como María Elena Walsh, para hablarles de las personas que eran perseguidas y debieron exiliarse de nuestro país. “también les explico por qué lo llamamos ‘Dia de la memoria’ y por qué no lo debemos olvidar”, agrega la Seño Lu.

Una parte central de la actividad implica que los niños y las niñas trabajen el tema en familia y en el barrio. Para ello una de las consignas presentadas fue: “Averiguá la edad que tenían tu papá, tu mamá, tus tíos y tías, abuelos y abuelas y/o vecinos en 1976 y pediles que te cuenten algún recuerdo de cómo fue para ellos vivir ese momento de nuestra historia”. El anclaje barrial también está presente en la institución de Tigre donde los alumnos y alumnas del secundario trabajaron un proyecto que implicaba nombrar a los desaparecidos del Delta de diferentes Arroyos y Ríos .

Damián Galerti es maestro de 4to grado de la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Nº2 Mariano Acosta. Explica que el 24 de marzo se trabaja desde distintas líneas de intervención que cambian según el grado y las áreas utilizando por ejemplo cuentos prohibidos, actividades de reflexión y debate, o alguna producción en función de construir e intervenir espacios desde la memoria, la verdad y la justicia: “se utilizan distintos disparadores del debate y la reflexión. Por ejemplo, en 4° vamos a trabajar con fotografías alusivas y el proyecto fotográfico "Ausencias".

Acerca de la pertinencia de enseñar un tema tan complejo como la dictadura, Galerti explica que en el primer ciclo trabajar con cuentos y literatura permite pensar en una situación análoga a la dictadura y la importancia de la democracia. “Hoy tuve un intercambio con cuarto grado, solamente pregunté qué sabían del tema y fue muy rico el nivel de complejidad del debate. Y a su vez hicieron aportes desde distintos lugares, mencionando también algunas cuestiones referidas a torturas, desapariciones y los vuelos de la muerte, pero desde un lugar de mucho respeto – relata el docente - fui moderando el debate, dada la edad, en función de que sea algo que permita analizar sin caer en la horrorización”.

Conjuntamente el plantel docente desarrolla un abordaje integrado buscando que no quede en la eventualidad sino que sea leído desde una puesta en común compartida por toda la comunidad educativa: “les chiques reaccionan y aportan desde distintos lugares, hay quienes están muy informades y hacen aportes muy interesantes, y hay quienes han intercambiado poco al respecto y escuchan al resto, por su puesto hay quienes se interesan más que otres, quienes se sorprenden más, etc.”.

Natalia García es docente de nivel primario y explica que en particular este año, con la conmemoración de los 40 años de democracia, se trabaja en forma transversal desde las prácticas del lenguaje hacia las otras áreas. En su proyecto pedagógico incluyó el libro "¿Quién soy?" de editorial Calibrescopio: “Allí se puede encontrar una variedad de cuentos y relatos sobre nietos desaparecidos y reencuentros que son sumamente enriquecedores. Cada historia tiene su propio escritor o escritora y su propio ilustrador o ilustradora”.

En relación al enfoque historiográfico, desde las Ciencias Sociales, detalla que se presentan imágenes y documentos reales, previamente chequeados, como por ejemplo tapas de diarios y/o revistas de la época desmitificando los relatos de la junta militar, e imágenes de las rondas de Abuelas y Madres en Plaza de Mayo: “se toman símbolos de suma importancia para nuestra sociedad como el pañuelo blanco y se elaboran propuestas creativas e intervenciones que trascienden el aula. Lo interesante de esto es que lo ponen en valor cuando salen afuera y ven lo trabajado plasmado en fotos, muestras, murales, notas periodísticas, diarios y revistas”.

García entiende que resulta absolutamente necesario y posible hablar de dictadura y de  desapariciones con les niñes sin que esto constituya un hecho traumático: “No hay que tener miedos. Así como la ESI, la memoria, la verdad y la búsqueda de justicia son un derecho y viviendo en democracia no podemos evadir estas cuestiones. Construir pensamiento crítico es una labor diaria dentro de la escuela. Lo que debe cambiar es justamente la estructura escolar que arrastra una deuda de actualización muy grande a nivel contenidos y conceptos “.