El Gobierno abrió una licitación para comprar 20 millones de carnet de vacunación contra el coronavirus, para los que podría gastar entre 25 y 40 millones de pesos. Se trata de los "Carnet de Vacunación COVID-19" que se entregan a las personas que se aplican las dosis para inmunizarse frente al coronavirus: son plegables de cartulina blanca y tienen, en formato abierto, 22 por 15 centímetros.
De acuerdo al proceso de compra 80-0072-CDI20 iniciado por el Ministerio de Salud, 10 empresas se presentaron a la licitación y ocho de ellas ofertaron por la totalidad de los carnet solicitados, mientras que dos hicieron sus presupuestos por menos de la mitad de la cantidad pedida.
El detalle de las ofertas muestra que el menor presupuesto es de 23,4 millones de pesos y el más alto, de 49,8 millones de pesos: es decir, los precios de cada carnet van de 1,17 a 2,49.
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Además de establecer las condiciones para los oferentes, el Ministerio de Salud estableció que la contratación deberá ser por seis meses, tiempo en que se estima serán vacunadas los 20 millones de argentinos.
¿El carnet de uso obligatorio para ciertas actividades?
Una de las posibilidades que se evalúan es que el carnet sea obligatorio para ciertas actividades. La decisión sería doblemente beneficiosa: por un lado permitiría que estas actividades se realicen con un riesgo mucho menor al contagio y por otra obligaría a las personas a vacunarse.
Desde los diferentes ministerio del gobierno explicaron a El Destape que todavía no hay una decisión tomada y que una política de esa naturaleza debería involucrar a varios ministerios entre ellos Salud, Transporte, Seguridad y también a la Dirección Nacional de Migraciones, dependiente del Ministerio del Interior.
En Europa comienzan a definir lo que denomina el certificado de vacunación europeo común. Este documento sería un acta reconocida por los 27 países miembros de la Unión Europea que sería entregado a aquellos que hubieran sido vacunados contra el virus.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, en una carta a la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, defendió la necesidad de crear un certificado para facilitar los viajes dentro de los territorios de la Unión Europea. Este documento no sería un requisito indispensable para viajar, pero a los viajeros vacunados no se les pedirían otros requerimientos como el PCR, o la cuarentena obligatoria.