En UP hablan de falta de conducción y de una CGT dividida que debilitó la movilización

En la principal oposición evaluaron que la falta de una conducción política clara dificultó la resistencia a la aprobación de la ley Bases, tanto en el recinto del Senado como en la manifestación callejera. Pero también opinaron que lo que hoy se ve como un triunfo del Gobierno, también le significó un fuerte desgaste. El posible inicio de un declive.

16 de junio, 2024 | 00.05

Había quienes veían el vaso medio lleno y destacaban que el bloque de Unión por la Patria se hubiera mantenido firme en su rechazo de 33 votos, además de haber instalado temas que obligaron a cambios en la Ley Bases. Que el Gobierno había conseguido un triunfo legislativo, sí, pero a costa de un enorme desgaste con presiones, compra de votos y violencia en las calles. Pero también estaban los dirigentes que observaban la mitad del vaso vacía, por haber estado tan cerca de propinarle otro duro golpe a la gestión de Javier Milei y no haberlo podido concretar. Lo mismo respecto a la idea de una gran movilización, frustrada por las diferencias en el sindicalismo que facilitaron el montaje represivo. "Si no hay una conducción política clara que indique cómo proceder, cada uno termina haciendo la suya", analizó uno de los dirigentes que le puso el cuerpo a la movilización.

"Una semana atrás decían que era el peor momento de Milei, ahora parece que atraviesa el mejor. No hay que mirar la foto, sino la película de una gestión que no tiene rumbo", aseguró otro de los referentes de Unión por la Patria que pasó varias horas en la plaza frente al Congreso mientras se discutía el proyecto del Ejecutivo. Por cierto, no fue la gran movilización que se esperaba y en eso tuvo que ver lo sucedido dentro del CGT, que no hizo una convocatoria oficial y se dio libertad de acción a cada gremio. Marcharon los sindicatos combativos, como los camioneros de Pablo Moyano y el Smata de Abel Furlán. Pero cuando Camioneros se vio ante la disyuntiva de un cordón policial que no lo dejaba avanzar, prefirió dar la vuelta y no seguir adelante. 

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"Hizo bien porque el objetivo de Patricia Bullrich era que Camioneros iniciara los incidentes y terminar con Moyano preso. Era una trampa. Después la represión la tuvieron que empezar de la nada, cuando todo estaba tranquilo", evaluó un diputado de UP. Señalaron con disgusto a los popes cegetistas Héctor Daer y Gerardo Martínez, de gira europea mientras aquí se cocinaba una reforma laboral y movilización de rechazo. "Nadie les exigía un nuevo paro general, pero tampoco lo de irse de viaje cuando acá se estaba organizando una marcha sindical, eso es una vergüenza", comentó un dirigente. El secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, lo justificó diciendo que la central había sido escuchada y se habían quitado los peores aspectos de la reforma laboral, por lo que perdía justificación una convocatoria oficial a marchar.

En realidad, con el ascenso de Guillermo Francos a la jefatura de Gabinete y la mayor intervención del asesor Santiago Caputo, el ala dialoguista de la CGT consiguió interlocutores atentos a solucionarles sus problemas de caja, principalmente con las obras sociales. El canal de diálogo le quitó las ganas a los sindicatos de "gordos" e "independientes" de seguir en la línea combativa, de forma de volver a su tradicional estrategia acuerdista. Se sintió la ausencia de las columnas de Uocra, UPCN, Comercio y demás en Congreso, pero principalmente se sintió el operativo que suele rodear a esas marchas, con un nivel de organización que le hace mucho más difícil la intervención de las fuerzas de seguridad.

Lo explicó el diputado Carlos Castagneto, uno de los que peor la pasó con el gas pimienta. "Le pido a algunos sectores que no movilizaron que estén a la altura de las circunstancias porque les van a sacar todos los derechos. Si la CGT se hubiera movilizado, no hubiera pasado lo que pasó porque la organización que tienen los sindicatos no la tiene nadie", argumentó, con toda lógica. Comentaron que minutos después de haber hecho esa declaración en una radio, Castagneto recibió un llamado de Daer -vuelto de Europa a toda prisa- para recriminarlo. Por cierto, en UP veían a Daer tratando de hacer un difícil equilibrio: con vínculo natural con el ala dialoguista, pero intentando no perder la buena sintonía que consiguió en estos meses con Moyano y compañía. 

Muchos identificaron el origen de estos problemas en la falta de conducción política de Unión por la Patria. "Si no hay alguien que ordene la estrategia y clarifique el rumbo que se va a tomar, es lógico que pasen estas cosas. No sólo con la CGT, también con los senadores y los gobernadores. ¿Quién puede hablar con Camau Espínola o con Kueider para que no voten con el oficialismo?", comentó un dirigente bonaerense. 

Por eso mismo, dado el contexto, se valororó la solidez que mostró la principal oposición tanto en Diputados como en el tratamiento en el Senado donde, pese a los cantos de sirena, todos sus legisladores votaron por el rechazo. Que tres senadores aprobaran el RIGI quedaba casi en lo anecdótico dado que no modificó nada en lo sustancial. "Desde el primer día dijimos que los 33 senadores íbamos a votar en contra y lo cumplimos", se jactó el jefe del interbloque, José Mayans. Unión por la Patria aún sufre el síndrome de la mancha venenosa, por el que ninguna otra fuerza de la oposición se le quiere acercar evaluando que perderá votos, pero es una situación que sólo podrá revertirse con el tiempo y un progresivo deterioro de la gestión libertaria.

La idea de una victoria pírrica, que marcara el inicio del declive oficialista, era una posibilidad que algunos contemplaban. "Ojo que el descenso de Mauricio Macri empezó después del tratamiento de la reforma jubilatoria", sostuvo un importante dirigente del peronismo. "La gente no tiene muy en claro qué es la Ley Bases, pero ahora percibe que es algo que la perjudica. La presión a los gobernadores, que haya trascendido las dádivas a senadores y que se haya votando en medio de una represión brutal, da la idea que es algo que va contra ellos. Por eso pienso que lo que hoy el Gobierno festeja como un triunfo, en poco tiempo puede transformarse en derrota. Fijate que al otro día los mercados festejaron, pero el viernes volvieron a caer. Ni dos días les duró la alegría", añadió.

Quedará esperar un tiempo para saber si se trata de ilusión o si tiene sustento en la realidad. En principio, algunos sondeos, como el que difundió esta semana la consultora Zuban Córdoba y Asociados, mostraron una nueva baja en el apoyo al Presidente, que se ubicó en el 45,6%. El relato económico oficial aún se sostiene en la progresiva baja de la inflación, pero todos los analistas pronostican que en junio volverá a subir debido a las subas previstas para transporte, nafta, electricidad, gas y prepagas, un nuevo golpe para los maltratados bolsillos de una clase media a la que se le acaba la paciencia.