En su primer año de implementación, el plan Mi Pieza del Ministerio de Desarrollo Social logró los objetivos propuestos, según la evaluación realizada por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA y presentada este miércoles en la Casa Rosada. Este programa, que fue financiado con los recursos del Aporte Solidario y Extraordinario a las Grandes Fortunas, llegó a cerca de 175 mil mujeres que viven en condiciones de vulnerabilidad con una ejecución del 87 por ciento del presupuesto total asignado, alrededor de 40 mil millones de pesos. Sin ese impuesto, aún no está claro cómo se financiará.
“Todos sabemos que no es fácil, pero es hora de que nos unamos, pongamos nuestro granito de arena para llegar a más personas, mujeres en este caso, que lo necesitan. No podemos parar, tenemos que redoblar esfuerzos”, aseguró el todavía Jefe de Gabinete, Juan Manzur, durante la presentación del informe ODSA/UCA.
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Por su parte, la ministra de Desarrollo, Victoria Tolosa Paz, prometió: “Mi Pieza va a seguir transformando la vida de las mujeres de los barrios populares”. La nueva funcionaria hizo así explícita la voluntad política de que el plan lanzado por Juan Zabaleta continúe durante su gestión.
El programa de redistribución para la ampliación de viviendas benefició a 761.991 personas, de las cuales 366.822 son niñas, niños y adolescentes. Para sus coordinadores, se trata de una política sociourbana que “tiene que trascender la gestión”, como Progresar o Procrear.
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En el acto realizado en el Salón Mujeres del Bicentenario de la Casa de Gobierno, también se escuchó una broma que ilustró la difícil situación presupuestaria que atraviesa Mi Pieza: "Ahora hay que agarrar a Sergio", se dijo entre risas. Fernanda Miño, secretaria de Integración Social Urbana, enfatizó luego en diálogo con El Destape: “Tenemos una gran política marchando a toda velocidad y no la podemos detener. Victoria (Tolosa Paz) lo sabe y lo acepta, pero es difícil para todos. Necesitamos recursos".
El plan, presentado en septiembre de 2021, brindó asistencia financiera para el mejoramiento y ampliación de viviendas en barrios de bajos ingresos. Estuvo dirigido especialmente a mujeres mayores de 18 años que viven en zonas de hacinamiento y vulnerabilidad emocional. A sus bolsillos les llegaba el dinero asignado, montos de 100 mil o 240 mil pesos, y eran ellas quienes decidían qué obras se iban a realizar en sus casas, según el estudio de la UCA. A través de ayudas económicas, fomentó la toma de decisiones de las mujeres y su participación activa en las obras, fortaleciendo su protagonismo en los barrios populares.
Casi la mitad de las beneficiarias ampliaron sus viviendas y más del 90% cree que las obras mejoraron la seguridad física, la convivencia y la salud del grupo familiar. “Además, se destaca la percepción sobre la inclusión de mujeres y personas LGBT+ que logra la línea”, indicó el informe, que fue elaborado con la base de datos de enero y febrero de las mujeres que se inscribieron para tener el beneficio y que resultaron ganadoras del sorteo.
Según Agustín Salvia, titular de la ODSA/UCA, lo más importante del plan es que no fue "una mera transferencia de recursos", porque también tuvo un impacto muy positivo en la economía local. “No está dirigido al consumo sino al trabajo, porque está ligado a la mejora de las condiciones de vida. Entonces, no empodera a los consumidores, empodera a los productores. Activa la economía en torno a la producción de riqueza y la planificación de obras, con objetivos específicos para el progreso social”, enfatizó el sociólogo durante la presentación.
El análisis de la población objetivo muestra que: el 44% de los beneficiarios pertenecen a la Región del Gran Buenos Aires, el 52,9% del total tiene entre 26 y 35 años y 7 de cada 10 mujeres son económicamente activas, en ocupaciones vinculadas a lo popular. economía.
El plan se llevó a cabo a través del Fondo Socio Urbano de Integración (FISU), al que se destinó el 15 por ciento de los 230 mil millones que recaudó el Aporte Solidario y Extraordinario a las Grandes Fortunas, además de un 9 por ciento del Impuesto PAIS.
"Esto explica la discusión que tenemos que tener en el parlamento nacional. Cuando discutimos por qué queríamos recaudar impuestos, respondimos que cuando recaudamos el aporte solidario pensábamos que la distribución de recursos iba a dotar a dos de las decisiones, para mí, más importantes: el FISU, que permitió Mi Pieza y también la beca Progresar”, remarcó en este sentido Tolosa Paz, quien también dijo que es una política que “tiene que ser defendida por todo el espectro político a lo largo y ancho de todo el territorio argentino”.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) recaudó, hasta el 30 de noviembre, $237.300 millones en Aporte Solidario. El 15 por ciento de ese monto, alrededor de 35 mil millones de pesos, financió gran parte de Mi Pieza. El programa aún no tiene nueva fecha de inscripción, porque aún falta confirmar las partidas que se le pueden destinar, teniendo en cuenta que ya no se tienen los ingresos por el aporte extraordinario de la pandemia. “ Queremos ser respetuosos y poder abocar primero los fondos al programa y después arrancar con el proceso, obviamente las que están anotadas siguen participando”, enfatizó Miño a este medio.
En ese sentido, la funcionaria reforzó: “Hemos comprometido gran parte del presupuesto para las obras que estamos realizando. Es un recurso que tiene que salir de algún lugar porque es rápido de ejecutar y sabemos lo que hace a la integración de los barrios populares. Es totalmente transformador hasta donde llega, pero necesitamos más recursos ". Y agregó: “El Aporte a las Grandes Fortunas nos ha permitido magnificar y escalar las obras, entonces necesitamos esas partidas”.
Según el estudio de ODSA/UCA, seis de cada diez beneficiarias realizaron hasta tres obras con el dinero recibido, lo que demuestra que el financiamiento no solo se ejecutó y llegó a los barrios, sino que también se destinó a mejorar las viviendas, como se esperaba. y no hubo compras banales. El 95% de los beneficiarios invirtió el dinero en negocios de materiales de construcción, el 70% en ferreterías, aperturas y acondicionamientos, así como en albañilería”, indicó el informe.
Por otro lado, Salvia explicó que “la mujer se sentía más empoderada política, social y económicamente, al tiempo que se multiplicaba el trabajo de una manera importante en las comunidades porque acudían al propio barrio”. Según el estudio, más del 90% está de acuerdo o muy de acuerdo con el impacto positivo que tuvo el programa en la situación laboral del barrio y más del 80% en el beneficio a las empresas.
A Miña le da "esperanzas" que hace dos semanas la Cámara de Diputados aprobara el proyecto de reforma de la ley de los barrios populares, la iniciativa que había declarado de interés público la integración de los barrios populares -que implica acceso a servicios públicos, saneamiento, infraestructura , etc. -, así como la suspensión de los desalojos durante cuatro años. El reclamo de continuidad del plan cobra mayor relevancia en este contexto. El Senado discutirá el proyecto este jueves.
“Hay un gran consenso entre oficialistas y opositores que hablaron maravillas. Los diputados y senadores hablan de sus territorios, ven que viene bien la política, que tiene que ver con trabajar con la comunidad, con las familias. Si fuera una política que no tiene resultados, que no genera transformaciones en el territorio, nadie hablaría bien. Tiene que trascender, ir más allá de las grietas y de la política con letra minúscula" reflexionó la funcionaria.
Los logros de Mi Pieza, según ODSA/UCA:
• La política enfocó adecuadamente a su población beneficiaria en mujeres con altos niveles de vulnerabilidad social en edades medias (25 a 45 años). Las participantes muestran niveles de vulnerabilidad laboral más altos que los de la población femenina en general, mostrando altos niveles de desempleo y precariedad laboral. Gran parte de las ocupaciones registradas corresponden a actividades por cuenta propia y altos niveles de inestabilidad, esto probablemente esté asociado a la pesada carga que representan para esta población en particular las tareas de cuidado dentro de sus hogares.
• A la mayoría de los beneficiarios se les ha asignado la mayor cantidad disponible. Predominan las obras de mayor envergadura, como ampliaciones de casas y mejoras de techos . Se está registrando una tendencia constante entre el grado de hacinamiento previo a la recepción de la ayuda económica y el tipo de trabajo que se ha realizado.
• Aunque formalmente el programa establecía la posibilidad de combinar diferentes obras, esta era una práctica común entre los beneficiarios, quienes tendían a complementar las obras asignadas con diferentes intervenciones en sus viviendas. En este sentido, el programa se constituyó como un elemento que permitió movilizar diferentes recursos económicos y sociales para el mejoramiento de las viviendas de los beneficiarios.
• Con base en los datos recopilados, se pueden observar resultados favorables en cuanto a mejoras estructurales a las viviendas que se manifiestan en el aumento de ambientes, mejora del servicio sanitario y del estado general de la vivienda. El aumento del número de ambientes en las viviendas como resultado de las obras realizadas en el programa contribuyó a reducir significativamente los niveles de hacinamiento.
• Estos aspectos tienen un impacto positivo en la calidad de vida de los beneficiarios y sus familias , que abarcan diferentes aspectos, como la mejora en el descanso, en las relaciones familiares, en la seguridad y en el bienestar en general. Sobre el impacto local de las obras.
• Al menos una mujer trabajaba en una de cada tres obras de 80 . El programa también estimuló el vínculo entre beneficiarios de un mismo barrio, generando redes de apoyo que en el futuro pueden reorientarse hacia otros proyectos comunitarios. Sobre el uso de la tecnología en la gestión de línea
• La contratación de mano de obra constituye un elemento más para dar cuenta del impacto económico de la línea Mi Pieza a nivel local. La mayoría de los trabajos emplearon al menos a 2 personas , sin considerar los casos en que el beneficiario también trabajó o conocidos, familiares o vecinos del mismo que participaron de manera no remunerada. La gran mayoría contrató gente del barrio para hacer el trabajo. Se observó que los beneficiarios a los que se les asignó un monto mayor tendieron a emplear a más personas. Esto significó un impacto positivo en la dinamización de la economía de los barrios populares . Sobre los efectos de la línea desde una perspectiva de género
• Con respecto a la gestión de la política pública, se observa un impacto positivo del uso de la tecnología aplicada al seguimiento de los programas sociales. En relación al uso de la aplicación, si bien se registran algunas dificultades, estas tienden a representar una menor proporción y disminución para los participantes de la segunda edición. A nivel global, los beneficiarios muestran un alto nivel de cumplimiento en el uso de la Aplicación Mi Pieza y los canales de comunicación utilizados. En cuanto al uso de la aplicación, el problema más importante declarado fueron las limitaciones en la conectividad.