La familia Macri logró otra maniobra para dilatar la causa por su deuda con el Estado por el Correo Argentino, que lleva más de 20 años. Las dos camaristas que tienen que resolver si confirman la quiebra de la empresa no se ponen de acuerdo. Ante eso tienen que sortear un tercer juez, sorteo que el Gobierno ya pidió presenciar (y no le avisaron) y aunque entre los candidatos no hay muchas chances de alguien que se atreva a contradecir a los Macri. Lo novedoso es que mientras sortean suspendieron todos los plazos y la camarista Matilde Ballerini, que falla en línea con los Macri, quiere incluso que todo se suspenda hasta que la Corte Suprema, que no tiene plazos, resuelva si la Justicia porteña puede entrometerse en el expediente y avalar el pedido de los Macri de desplazar a la fiscala Gabriela Boquin, que no sólo frenó la condonación de la deuda cuando Mauricio Macri era presidente sino que desde entonces es el único freno judicial a esta estafa.
La cuestión central, tal como informó El Destape, es el destino de la quiebra de Correo Argentino y su extensión a SOCMA, su accionista controlante, cuyos accionistas a su vez son los hermanos y sobrinos de Mauricio Macri. Él no figura, al menos en los papeles. Los Macri quieren que esta decisión, que ni siquiera tendría que estar en la Cámara Comercial porque la ley no lo permite, se dilate hasta que la Corte Suprema resuelva otra de sus maniobras: si la Justicia porteña puede meterse en esta causa que es de orden nacional y avalar el desplazamiento de la fiscala Boquin. Como la Corte no tiene plazos, eso implica que la causa quedará estancada. Van más de 20 años desde su inicio, el 19 de septiembre de 2001.
Las camaristas Ballerini y Guadalupe Vazquez mandaron a sortear un tercer juez por “no existir unidad de criterio” entre ellas respecto de qué pasará con la quiebra de Correo. “Interín, suspéndanse los plazos para dictar pronunciamiento”, agregaron. Y por último remitieron a una presentación de los Macri donde reclamaron “la suspensión del presente proceso y sus respectivos incidentes, hasta tanto la Corte Suprema de Justicia de la Nación dirima el conflicto de competencia”, es decir, la intromisión de la Justicia porteña, dócil al PRO.
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La quiebra de Correo Argentino fue dispuesta por la jueza Marta Cirulli el 5 de julio de 2021, a casi 20 años de iniciado el expediente. Lo hizo tal como marca la ley, cuando fracasó tanto la oferta de los Macri a sus acreedores como el procedimiento de salvataje. La misma ley establece que la quiebra no puede ser apelada, pero los Macri apelaron igual y la misma jueza Cirulli les concedió el favor. Así el tema llegó de nuevo a la Sala B de la Cámara Federal, cómplice del eterno letargo de este expediente.
La Sala B, sin embargo, ahora tiene otra conformación. La histórica aliada de Macri fue la camarista Maria Lilia Gómez Alonso, que tuvo que jubilarse no sin antes intentar violar la Constitución para continuar con sus favores. Ahora quedó Matilde Ballerini, que todos estos años supo firmar junto a Gómez Alonso para beneficiar a los Macri. Y llegó por concurso la jueza Guadalupe Vázquez, a quien los Macri buscaron enseguida apartar del expediente pero sin éxito. Boquin, fiscala ante la Cámara, ya dictaminó en contra de la suspensión de la quiebra. Pero Ballerini y Vázquez no se ponen de acuerdo: la primera está alineada a Macri y la segunda al Código Comercial. Por ende van a sortear al juez que desempate entre los integrantes de las demás salas de la Cámara Federal.
Carlos Zannini, que como procurador del Tesoro representa los intereses del Estado en esta causa (es decir, cobrar la multimillonaria deuda de los Macri con las arcas públicas), ya presentó hace varios días un escrito donde pide que se le avise si se hace el sorteo. Le avisaron a todos (los Macri y los síndicos del concurso) pero no al Estado.
No hay muchas chances de un juez probo: las cámaras siempre apuntan al fuero Penal de Comodoro Py pero en el fuero Comercial, donde se discute dinero y mucho, los magistrados no se destacan por ser reacios a las mieles corporativas. Son 14 camaristas, entre ellos: Pablo Heredia, Gerardo Vasallo, Juan Roberto Garibotto, Julia Villanueva y Miguel Bargalló, fieles devotos de Clarín; y Ernesto Luccheli, que fue subprocurador del Tesoro de Macri.