Esta semana pondrá en juego el futuro de las alianzas del gobierno con los bloques dialoguistas. Si el debate en Diputados no mantiene las modificaciones hechas en el Senado, La Libertad Avanza corre riesgo de perder varios votos aliados importantes para negociar cualquier otra ley. Una advertencia que empezó a cobrar más fuerza con el paso de las horas y el pedido explícito para sostener los cambios discutidos hasta la semana pasada.
Este problema para la Rosada fue advertido desde Diputados, incluso por una figura que está a favor de no respetarlos por no sentirse incluida en los pactos políticos. Pero también en el Senado ya se empezaron a sentir los estruendos. Si el gobierno no cumple con lo acordado, varios radicales adoptarán la posición de quitarle el respaldo a la hora de debatir leyes.
El punto de conflicto principal es el de las privatizaciones. Después de un arduo debate, Bartolomé Abdala, el miembro informante y presidente provisional del Senado, comunicó el retiro de tres compañías estatales del listado de empresas a rifar: Radio y Televisión Argentina; Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Un trío de importancia suprema en el interior del país, vinculado a la colectividad informativa y física.
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Hace diez días, cuando se inició el debate por la ley Bases y el pacto fiscal en el recinto del Senado, el oficialismo pidió retirar las tres empresas porque, de lo contrario, iban a perder todo el paquete de compañías a privatizar dado que el planteo fue en bloque. Todas o ninguna. Ante la chance ciertamente probable de que ganara la segunda opción, eligieron quitar las problemáticas para garantizarse el acompañamiento.
Los dichos de Guillermo Francos, jefe de Gabinete, y las expresiones públicas de algunos dirigentes parlamentarios que, luego de reuniones con el gobierno, instalaron la posibilidad del regreso de las tres empresas a la lista de privatizaciones, encendieron las alarmas, “No soy un chico ni estoy jugando”, lanzó un representante de las provincias molesto ante el eventual rompimiento del pacto político.
A diferencia del Senado, en Diputados la UCR se mostró de acuerdo en privatizar la aerolínea de bandera. "Eso está claro desde un principio", lanzó una fuente parlamentaria. En la última reunión con Francos, el coordinador de ministros les confesó la intención del gobierno de insistir con la reincorporación de empresas privatizables, lo que puso a los centenarios en un aprieto. "Estamos cruzados, nuestros senadores dicen que hubo un acuerdo sobre eso para que votaran la ley", se explicó.
No aprobar los cambios, se sostuvo desde el Senado, sería “un retroceso para todos” e impactaría directo en la construcción de confianza. Ese es el “desafío”, según se analizó. Pero, al no respetar lo trabajado, la edificación pierde sus cimientos. “Con desconfianza, es mucho más difícil” avanzar en negociaciones.
En caso de que efectivamente se incumpla lo pactado hace menos de dos semanas, el gobierno se la verá complicada para aprobar otras iniciativas. Ante un escenario de minoría visible, La Libertad Avanza necesita, depende del acompañamiento de otras fuerzas. Gran parte de la UCR no estará ahí para hacerlo, si la Rosada rompe los acuerdos. Entre los temas sensibles está, por ejemplo, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Más allá de las distancias internas propias de la UCR, los cañones fueron apuntados directamente contra el gobierno. Es el que tiene la pelota y el que debe ubicarse en tiempo y espacio para garantizarse un desempeño parlamentario medianamente bueno a futuro.
En Diputados, no todos se vieron alcanzados por los acuerdos políticos del Senado y, por lo tanto, se encontraron con la libertad de votar según sus propios intereses. El problema pasó a ser del gobierno y no de la UCR. Aunque sufragios claramente opuestos dejaron al descubierto la desconexión estratégica y la molestia por tener que aceptar las imposiciones de unos y no de otros.
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Javier Milei se enfrentará a un desafío enorme una vez que termine la discusión sobre los dos paquetes de leyes. Los bloques aliados ya plantearon que mantendrán una relación un tanto más independiente, marcando su propia agenda, apoyando algunas cosas y otras no. Esa agenda puede interferir con los deseos del gobierno – como fue el tema jubilatorio – e incluso toparse con el veto presidencial. Un escenario que se complejizará si el oficialismo pierde la confianza producto de pactos políticos rotos.
El jueves, durante el acto por el Día de la Bandera, horas antes de unas nuevas mini vacaciones presidenciales, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, marcó públicamente esta relación conflictiva con el gobierno. Le pidió obra pública, federalismo, que atienda a las necesidades del interior, más y mejor educación pública. Pero, también, le dijo que acompañará el camino del equilibrio fiscal.
La figura de Pullaro es interesante porque condensa, en una sola persona, el carácter de gobernador, de opositor, de dialoguista, de aliado de Martín Lousteau. Como radical cercano al senador quiso, a diferencia del porteño, que la ley Bases saliera aprobada. Contiene las distintas contradicciones del escenario político actual. Pero lo importante del mensaje es la demanda. ¿Puede pasar que se pierda la confianza y se rompa el trabajo conjunto en el Congreso y que los mandatarios provinciales profundicen sus demandas a Nación?
Por ahora, las provincias aliadas enfocan sus pedidos en la obra pública y, de momento, no cuestionan profundamente al gobierno nacional. Acusan a la gestión anterior de haber paralizado estos trabajos, así como fondos coparticipables. En esa misión se embarcó la Rosada al transferir trabajos de infraestructura a cada distrito.
El otro que también puede jugar fuerte es Mauricio Macri. Esta semana, Milei se refirió a él en pasado. “Es una persona que ha tenido un rol muy importante cuando fue presidente", lanzó en diálogo con TN. Al mismo tiempo, ubicó al titular del PRO en un lugar de poder, al asegurar que no le pide cargos, sino que es el gobierno el que solicita dirigentes cuando lo necesita.
Cerca de Macri reafirmaron la posición del ex presidente de no exigir espacios en el gabinete, sino de dejar la decisión en el jefe de Estado. Puede que algunos sospechen que Mauricio quiere generar las condiciones para que Milei tome esa decisión. Sobre la referencia en pasado, se aseguró que el hombre de la Casa Rosada tiene un “profundo respeto” por el titular del PRO, por lo que no habría avanzado en un plan para jubilarlo.