La reunión de los gobernadores de Juntos por el Cambio con funcionarios nacionales tuvo una particularidad extraña. De diez mandatarios, fueron nueve mientras que el décimo hizo presencia con su vice. Jorge Macri viajó hacia la Plaza de Mayo, pero lo hizo para dirigirse al Ministerio de Economía y no a la Casa Rosada donde sus pares se encontraron con Guillermo Francos, de Interior, y Nicolás Posse, jefe de Gabinete.
Macri pidió la reunión con Luis Caputo, titular de Economía, la semana pasada, antes del inicio del fin de semana largo de Pascuas. El jefe de Gobierno había estado junto a Francos ese lunes, después de que naufragara un encuentro de ese funcionario con todos los gobernadores cambiemitas. El motivo fue el mismo que el que convocó a sus colegas este jueves, avanzar sobre la ley ómnibus y el paquete fiscal, además de cuestiones propias de la Ciudad. Jorge, en sintonía con sus pares, también adoptó la posición de mostrar su apoyo en general.
Con el paso de los días, el primo de Mauricio se encontró con una superposición de agendas producto de la semana corta y decidió priorizar el mitin con Caputo, dado que fue él quien pidió ese mano a mano.
Nación reconoció el fallo de la Corte que estipula el pago de 2,95% de coparticipación, pero las reuniones deberán seguir para llegar a un acuerdo. En un contexto en el que el gobierno plantea que “no hay plata”, Macri reclama un pago de los fondos adeudados y actualizados con intereses, monto que llega a los $1,2 billones.
Caputo dejó claro que la CABA está en lo cierto, pero también que la Nación no puede hacer frente - en este momento - al cumplimiento del fallo de la Corte. Sin embargo, también planteó que buscarán ser creativos para encontrar la forma de que la Ciudad no pierda ingresos. Hasta ahora, la Capital Federal compensó la falta de puntos de coparticipación con un impuesto a las Leliqs que, por su reducción, resintió la recaudación. De allí la ansiedad de Jorge de buscar una solución.
Más allá del reclamo, llamó la atención su ausencia en el encuentro con Francos, también signado por la economía dado que el resto de los gobernadores se acercaron para definir fuentes de financiamiento para sus distritos. Según se explicó, el mano a mano en el Mecon había sido acordado con anticipación, por eso el faltazo.
En la reunión, los jefes provinciales volvieron a escuchar la idea de restituir el impuesto a las Ganancias, pero el gobierno se comprometió a analizar una suba del mínimo no imponible. El asunto no fue cerrado y enfrentará resistencias. Mario Manrique, secretario general adjunto del SMATA, ya adelantó que la CGT se opondrá.
Jorge Macri hizo presencia en el encuentro con Clara Muzzio, su vice, pero fue el único que adoptó esta posición. Hasta ahora, los gobernadores no arreglaron demasiadas reuniones como para afianzar lazos, pese a que lograron posiciones uniformes en este tiempo. Funcionaron en tándem, más allá de los reclamos particulares que pueda tener cada distrito, y sobrevivieron a un intento de división por parte del gobierno.
Hace un tiempo, desde la Casa Rosada se quiso avanzar con reuniones separadas, una con los jefes provinciales de la UCR y otra con los del PRO. Pero los cambiemitas fueron juntos y dejaron un claro mensaje: van a actuar como un equipo. El gran desafío para los dirigentes de la ex alianza es mantener ese armado en el tiempo.
Lo que más llamó la atención de doblete de reuniones no fue la actitud de Jorge sino la de Caputo. ¿Por qué el ministro de Economía prefirió encontrarse sólo con el jefe de Gobierno y no, a una distancia de pasos, con el resto de los gobernadores que también fueron a debatir las finanzas?
Desde Economía sostuvieron que nunca estuvo prevista su participación en el encuentro encabezado por Francos y Posse. Caputo sumó experiencia en el ámbito público durante la gestión de Mauricio Macri. Fue su secretario de Finanzas, luego ascendió a ministro en el mismo área y más tarde pasó al Banco Central.
Mauricio y Caputo “siempre” tuvieron una “relación buena”, según se aclaró cerca del ex presidente, pero se adjudicó el mano a mano con Jorge a una reunión propia entre un jefe de Gobierno y un ministro de Economía. Sin empujes o intervenciones del nuevo líder del PRO.
El titular de la Fundación FIFA, de perfil bajo por estas fechas, planteó una relación un tanto particular con Javier Milei y, con la paciencia que lo caracteriza, un cambio en ese vínculo a futuro. Mauricio no quiere sumarse al gobierno, tampoco quiere que el PRO desaparezca, pero no mira con malos ojos la construcción de una nueva coalición hacia delante.
En esa coalición, el PRO aportaría a La Libertad Avanza algo de estructura y dirigentes de peso. De hecho, ya hay un nombre que empezó a sonar para Buenos Aires. Jorge no se mostró tan convencido de esa relación que dependerá del resultado de la gestión actual: Milei puede ser un chaleco de plomo o puede ser un cohete. Te puede hundir o te puede llevar a la estratósfera.
Por el momento, Jorge está más concentrado en la gestión de la CABA y en intentar destrabar los fondos por los que pelean desde el 2020, no tanto en poner sus esfuerzos en el Congreso pese a que se sumó a la posición de los colegas de acompañar las leyes, en líneas generales. Esto quiere decir que todavía resta definir la letra chica que, como quedó demostrado en febrero, si no está consensuada puede hacer naufragar cualquier proyecto.
Mauricio, de diálogos varios, tampoco le cerró la puerta al radicalismo. Al menos a un sector de la UCR. En marzo se encontró con Maximiliano Pullaro y cada tanto, en forma esporádica, suele cruzar algunos mensajes con dirigentes halcones del partido centenario que no cancelaron la opción de volver a trabajar en conjunto.